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EDITORIAL
La infancia no puede esperar: expectativas, compromisos y accionesEl nuevo gobierno asume en medio de la expectativa demandas ciudadanas y compromisos que deben redoblarse en la lucha contra la pandemia y crecimiento de la pobreza que afecta a miles de familias peruanas. Es en este marco, que es necesario priorizar y poner en práctica las políticas para atender a la infancia, nuestras niñas y niños, para priorizar acciones como el combate contra la anemia y la desnutrición infantil, la educación ya declarada en emergencia, entre otros problemas que afectan el pleno desarrollo de los niños y niñas las cuales se han acentuado aún más debido a la pandemia.
Como iniciativa ciudadana el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia estará vigilante para que las acciones a favor de la infancia se cumplan. En el marco de nuestra labor para seguir impulsando que la primera infancia sea una prioridad en las políticas del gobierno central y de los gobiernos regionales y locales, continuamos con una serie de acciones y promoviendo programas educativos y de capacitación, con el apoyo de organizaciones internacionales y sociales.
A pesar de iniciativas y buenas experiencias desarrolladas en los últimos años, el nuevo gobierno enfrentará importantes desafíos para mejorar la calidad de vida de los niños peruanos. Cerca de 800 mil niños menores de cinco años con anemia y más de 300 mil con desnutrición crónica, lo que afecta significativamente su desarrollo y sus oportunidades, problemas en la cobertura y especialmente en la calidad de la educación inicial, serias deficiencias en la atención a los niños menores de tres años, violencia contra la infancia, descentralización efectiva de programas y gestión eficiente del presupuesto para la infancia. Estos son algunos de los temas urgentes que debe enfrentar con prioridad el nuevo gobierno con un Legislativo, y una sociedad civil actuante y vigilante.
Inversión en la Infancia ha contribuido, y seguirá incidiendo desde la sociedad civil, a poner estos temas en la agenda nacional. Falta mucho por hacer, por esto, es urgente una alianza público – privada y ciudadana para no seguir poniendo en segundo plano esta prioridad que demanda nuestra niñez, y nuestros adolescentes.
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