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Economista Javier Iguíñiz critica sistema educativo y laboral del país

“La visión económica del desarrollo es una visión suicida a largo plazo”

Javier Iguíñiz participó del XIII Encuentro Nacional “Concertación 10+10 para crecer en la equidad sin pobreza” de la Mesa de Concertación.
La pobreza y la calidad de vida de los ciudadanos, la injusticia dentro del sistema laboral del país, los perjuicios de un enfoque económico sobre el desarrollo humano y las desigualdades dentro del sistema educativo nacional, fueron los temas principales de la exposición de Javier Iguíñiz, profesor principal de la Universidad Católica y asesor de la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza (MCLCP), durante el XIII Encuentro Nacional “Concertación 10+10 para crecer en la equidad sin pobreza”, organizado por MCLCP el pasado 24 de marzo.  La presentación de Iguíñiz se realizó durante el panel “Aportes y desafíos de enfoque de desarrollo humano para la gestión del desarrollo en el Perú al 2016”.

Javier Iguíñiz señaló que si bien en los últimos años se ha logrado una reducción de la pobreza en el país (según el estudio Evolución de la Pobreza al 2009 del Instituto Nacional de Estadística e Informática –INEI- la pobreza pasó a nivel nacional de 48,6 por ciento en el 2004 a 34,8 por ciento en el 2009), ésta reducción sólo se refiere a la pobreza monetaria y no a una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos.

“Está mejorando la pobreza del ingreso, pero ese ingreso no es equivalente a una mejor calidad de vida, porque para conseguir ese ingreso, en muchos casos se ha tenido que trabajar más, porque la remuneración no está aumentando. Y eso le quita al trabajador tiempo para pasarlo con su familia. La pobreza de ingreso baja, pero la pobreza vista más ampliamente aumenta en otras esferas de la vida, que quedan desatendidas por el enorme esfuerzo que hay que hacer para obtener ese ingreso”, aseguró Iguíñiz.

En ese sentido, consideró que se debería mejorar la situación laboral de los trabajadores, desde un incremento salarial hasta la facilidad para que éstos puedan mantener las obligaciones que tienen con su familia.

“Se dice que cuanto más precario el trabajo más empleo habrá, algo así como que hay que esclavizarte para conseguir más empleo, cuanto más esclavo seas más empleos encontrarás. Estoy dramatizando el asunto, pero cuando se dice que el empleo debe ser más precario, menos seguro, menos estable, que no hay que pelear por un mejor salario, se está diciendo que el empleo es un sacrificio que obliga a abandonar otras responsabilidades familiares por la búsqueda de un ingreso, aunque éste no sea seguro”, indicó.

Javier Iguíñiz también criticó el enfoque económico con el que se evalúa el desarrollo humano del país, al señalar que éste termina “instrumentalizando” al ser humano. “Este tipo de enfoque termina mirando el desarrollo humano en términos de cosas, en términos de cuánto se produce. Entonces, el ser humano queda medio instrumentalizado como trabajador, e incluso, instrumentalizado como capital humano”.

“La visión económica del desarrollo es una visión suicida a largo plazo. Si se insiste en que lo económico es lo principal del desarrollo, que lo económico es la vía para lograr todo lo demás, mientras la desigualdad sigue creciendo, estamos ante una bomba de tiempo fenomenal, porque no podemos decir que lo más importante es aquello donde la desigualdad aumenta más. Estamos fabricando frustración”, agregó Javier Iguíñiz.  

En comparación, señaló que el enfoque por capacidades resulta ser mucho más beneficioso para el desarrollo del ser humano, al motivar a la persona a “agenciar” su propio destino siendo capaz de luchar por su vida y buscar su propia felicidad. “Una sociedad desarrollada es una en la que sus miembros tienen diversas oportunidades para desempeñarse en la vida. Una sociedad subdesarrollada ofrece pocas oportunidades (…) Un pobre, en este enfoque, es una persona que está atada a su propio destino. Pobre es quien está sometido a circunstancias externas que no escogió, ya sea por raza, sexo, lenguaje. No es sólo por cuestión de dinero”, explicó Iguíñiz.

Agregó que es necesario insistir en colocar al ser humano en el centro de la lucha contra la pobreza. “Hay que insistir en que el último criterio de evaluación es lo que le pasa a la gente, no puede irle bien a la economía y mal a la gente, bien a la política y a la democracia si le va mal a la gente, bien al país y mal a la ciudadanía. Si a las personas no le va bien, a nada le va bien”, manifestó.

Por último, Javier Iguíñiz criticó el actual sistema educativo del país calificándolo como “elitista”, tanto en el sector privado como estatal. Cuestionó que la calidad en la educación dependa del nivel de ingreso económico de cada familia.

“Es fatal el progreso que está teniendo en la educación esta relación perversa entre educación e ingresos. Es un tema que seguimos dejando pasar sin pelear contra ese círculo vicioso que es la aplicación en la educación de la relación calidad-precio. Está bien que esto se haga por un peine o por una camisa, pero cuando se trata de educación, de que si la calidad de la educación va a depender de cuánto puede pagar la familia, estamos instalando un mecanismo de reproducción silenciosa de la desigualdad”, aseveró Iguíñiz.

En el panel, que tuvo a Javier Iguíñiz como expositor principal, participaron como comentaristas  Rocío Silva Santisteban, secretaria ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, quien señaló que hay que “cambiar la percepción del pobre” de una persona que debe ser tutelada a una persona que puede tener posibilidades de desarrollo;  Agustín Haya de la Torre, presidente del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), quien defendió lo que llamó un avance en el desarrollo humano del país, que, según dijo, “nos permiten superar las visiones pesimistas del pasado”; y Esteban Caballero, representante residente del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), quien destacó la labor de diálogo de la MCLCP.

El moderador de este panel fue el padre Gastón Garatea, coordinador nacional del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia y primer presidente de la MCLCP, quien felicitó el trabajo de la MCLCP. “Los felicito porque se sigue con el espíritu de la Mesa, se sigue tratando humanamente los problemas importantes del país. Podemos decir que hemos escuchado a mucha gente y eso nos cambia. La Mesa es un lugar de conversión para muchos de nosotros”, expresó.

En la ceremonia inaugural del XIII Encuentro Nacional “Concertación 10+10 para crecer en la equidad sin pobreza”, también participaron Federico Arnillas, presidente de la MCLCP; y Didier Trebucq, representante en el Perú del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Durante el desarrollo de este XIII Encuentro Nacional se presentaron tres agendas: La Agenda Nacional y Descentralizada por los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes 2011-2016; la Agenda para el desarrollo integral de las poblaciones rurales y lucha contra la pobreza 2011 – 2016; y la Agenda Macroeconómica para la reducción de la pobreza y la desigualdad 2011 – 2016 (ver nota "Se aprueban agendas nacionales para el desarrollo humano").

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