“Desnutrición cero no es una utopía”

Entrevista: Carlos Noriega

Roger Shrimpton es consultor en temas de desnutrición crónica infantil en países de África. Antes fue jefe de la División Mundial de Programas de Nutrición del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), secretario del Comité Permanente de Nutrición de Naciones Unidas, encargado del tema de desnutrición en Brasil. Es uno de los mayores expertos en el mundo sobre el tema de nutrición. El Blog Inversión en la Infancia dialogó vía Skype con Roger Shrimpton para conocer su opinión sobre la viabilidad de alcanzar en el Perú la meta de desnutrición crónica infantil cero, tal como plantea el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia. Shrimpton señala que el Perú puede llegar a esa meta en una década. También habla de las experiencias en la reducción de la desnutrición crónica infantil en otros países y de las políticas que se deben aplicar para terminar con este problema.  

No es una utopía ni una fantasía, sí es posible acabar con la desnutrición y hay ejemplos cercanos al Perú de eso. En el Noreste de Brasil, por ejemplo, donde hace diez o veinte años atrás había problemas serios en desnutrición crónica, hoy en día ya no existe más ese problema. 

En los últimos años el plan Hambre Cero ha disminuido bastante el problema de la pobreza en Brasil. Los programas en Brasil han estado ligados al reparto de alimentos y dinero dirigidos a las familias más pobres y las familias que reciben esta ayuda están obligadas a llevar a sus hijos a los puestos de salud para su cuidado, control y vacunación. De esta forma, se está combinando la mejora en los ingresos de las familias más pobres con una mejor atención de los servicios de salud.
 

Si los programas para la población de bajos recursos son bien direccionados, si se mejora la situación de esa población, es posible alcanzar esa meta en una década.

Creo que es más un problema de organización que de recursos económicos. Es un problema de capacitación y orientación de los recursos humanos que existen; de garantizar que la cobertura de las acciones de salud existentes sea realmente efectiva y de largo alcance. Es posible que en el Perú tengan todos los programas necesarios, pero que estos programas no tengan la cobertura necesaria ni la intensidad de acción necesaria para causar un efecto importante.  

Así es, no se requieren grandes recursos económicos. No sé exactamente cuánto costaba el subsidio económico para la población más pobre en Brasil (parte del programa Hambre Cero), pero sé que no era una cantidad enorme de dinero. 

En primer lugar asegurar una mejora en el ingreso de las familias. La solución no necesariamente es la distribución de alimentos. Ha habido programas de distribución de alimentos que no han tenido éxito. Pero si esa distribución de alimentos va acompañada de una mejor distribución del ingreso y de una mejora en las áreas de saneamiento y de educación de la madre, que es fundamental, entonces sí se tendrán buenos resultados. Aumentar los niveles de escolaridad femenina disminuye la desnutrición infantil.

En el pasado la mayor parte de la atención a la desnutrición ha sido concentrada en garantizar que el niño tenga el peso adecuado para su edad. Ahora sabemos que también debe mejorarse el estado nutricional de la madre, en lo posible antes del embarazo. Problemas de anemia y enfermedades como malaria en las madres, y el embarazo en mujeres menores de 18 años, cuando la mujer aún es una niña, son causas que pueden contribuir para que el niño desde antes de nacer tenga una predisposición de ser desnutrido. Una vez que eso sucede, es muy difícil recuperar al niño. 

En África la situación es mucho peor que en América Latina. El progreso es muy bajo en todas partes. Las cifras no están bajando. Sin embargo, donde más se ha mejorado es en América Latina, aunque en esa región todavía existe el problema de desnutrición crónica infantil, como es el caso de países como el Perú, donde hay lugares en los cuales más del 50 por ciento de los niños tienen desnutrición crónica. En un país que tiene la riqueza que tiene el Perú, esta situación es algo para pensar. 

Brasil y Tailandia son dos ejemplos exitosos. Tailandia logró, en un plazo de entre 10 y 20 años, disminuir la desnutrición crónica infantil a cero aplicando las acciones que mencioné anteriormente. Brasil, como señalé antes, ha eliminado la desnutrición en el Nordeste, donde hace 20 años era muy alta. Para alcanzar este éxito son claves los programas ligados a mejorar el peso del niño al nacer, vacunar a los niños, controlar la anemia materna y enfermedades como malaria, las infecciones y la desnutrición en las madres. Una cosa importante en el caso de Brasil también fue la reducción del número de partos: evitar embarazos en menores de 18 años, no tener partos precoces, no tener hijos tan seguidos uno del otro, y no tener demasiados hijos, han sido factores importantes para reducir la desnutrición infantil.

Se ha conversado sobre este tema y estoy viendo la posibilidad de asistir. En otros países cuando se han dado mesas de diálogo sobre este tema ha sido muy importante la participación del sector Salud, y también del Ministerio de la Mujer, porque hay temas de género y de discriminación contra la mujer que deben ser considerados. La sociedad civil tiene un lugar importante. También las ONG que son activas en estos temas. Muchas de las decisiones son tomadas a nivel de regiones, provincias, distritos,  por lo que esos poderes locales deben ser concientizados sobre la importancia de eliminar la desnutrición infantil y ellos deben tener la iniciativa de ser responsables en la atención a los niños de sus localidades.