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NOTICIA
Conferencia de prensa virtualOpiniones alerta ciudadana: Infancia y niñez en emergenciaSobre el pronunciamiento realizado por la Iniciativa Ciudadana “Inversión en la Infancia” donde se considera urgente definir una agenda clara y de acción inmediata para los próximos 12 meses, que dé una atención prioritaria a la infancia y niñez, ante la emergencia sanitaria que enfrenta el país, opinan: el padre Gastón Garatea, miembro directivo de Inversión en la Infancia; el Antropólogo y docente PUCP, Carlos Eduardo Aramburú; la directora de la Red Peruana de Alimentación y Nutrición, Faviola Jiménez y la ex Ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello. Padre Gastón
Garatea, miembro directivo del grupo impulsor Inversión en la Infancia. El R.P. Gastón Garatea empezó su
ponencia explicando que existe la necesidad de responsabilidad por parte Estado
Central, en priorizar a la infancia en medio de la emergencia que atraviesa el
Perú. “No hay duda que estamos en un momento muy difícil, es duro ver lo que
pasa a nuestro alrededor y por eso la necesidad de pedir a los ministros que
sepan diferenciar lo que es una urgencia nacional de una urgencia de la
infancia”. En esa línea aseguró que el primer ministro (Pedro Cateriano) es
quien debe tener claridad que, ante esta situación, es importante la
participación de todos por el bien de la niñez. “Es fundamental el contacto
personal con toda la población, y especialmente con los grupos más vulnerables
como de las zonas más altas de nuestro país, que tienen grandes carencias de
comunicación”. Carlos Eduardo Aramburú, antropólogo
y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). C.E. Aramburú señaló que los efectos
indirectos de la pandemia son dramáticos para los más pequeños, donde aproximadamente
5 millones de niños y niñas menores de 5 años serían parte de las alarmantes
cifras de pobreza monetaria. Por ello, el gasto público debe ser priorizado y
ejecutado de manera eficaz. Para lograrlo, se propone un mapa distrital basado
en la niñez, donde las y los niños deben ser una prioridad para los gobiernos
locales y trabajar de manera articulada con sectores como educación y salud. Para llevar esto a cabo, se plantea
brindar apoyo técnico desde la academia y demás instancias, para el diseño de
diagnósticos y protocolos; así como de planes eficaces de atención y prevención
por la infancia. Enfatizó que no se trata de recargar
de tareas al gobierno central, regional y local, porque, efectivamente, no
pueden solos. Se busca articular esfuerzos desde lo local, ayudando a mapear
las potencialidades como los clubes de madres, docentes organizados, grupos a
nivel local, comando distrital por la infancia, entre otros; poniendo a
disposición el soporte técnico. De esta manera, se propone que las responsabilidades
se vean a nivel comunitario, habilitando espacios donde se pueda discutir los
principales problemas que enfrentan y plantear soluciones. Para ello, es
importante optar por estrategias de prevención, que busquen evitar daños y que
tengan un beneficio mayor, sobre todo a largo plazo. Faviola Jiménez,
directora de la Red Peruana de Alimentación y Nutrición (RPAN). Recordó que el contexto de salud
nutricional de la infancia antes de la Covid-19 ya era complejo, siendo la
anemia un problema medular no resuelto en la atención de menores de 3 años.
Considera importante una estrategia para apoyar fortalecer el tema de seguridad
alimentaria que tenga un respaldo comunitario, siendo los comedores populares y
ejemplo que no se debe perder de vista. Si bien, no se cuenta con cifras
exactas sobre el estado actual de anemia y desnutrición en las diferentes
regiones, se estima que el 12% de menores padece desnutrición crónica y el 46%
anemia. Sin embargo, la gran inequidad del país vuelve esta cifra engañosa e
invisibiliza las regiones y distritos críticos donde las cifras son mucho más
altas; más aún en zonas rurales, andinas y amazónicas. Para ello, es fundamental reactivar
la atención primaria de la salud, principalmente para el monitoreo del
Crecimiento y Desarrollo Infantil (CRED) de la mano con el apoyo de promotores
de la salud. Otro importante problema a atender,
en especial en esta época del año, son las Infecciones Respiratorias Agudas
(IRAS), cuyos síntomas son muy similares a los de la COVID-19 y que se han
dejado de lado ante la saturación de los centros de salud. Situación que supone
la muerte de niños y niñas, siendo el subregistro una importante debilidad, que
se ve en el seguimiento de esta y muchas otras enfermedades. Asimismo, resaltó las serias
consecuencias de las secuelas que la desnutrición crónica trae consigo. Ya que,
una mala nutrición y anemia se comportan como un enemigo invisible, cuyos
efectos se manifiestan en el largo plazo y van a afectar al ser humano a lo
largo de su vida de manera irreversible. Por ello, abordar este problema en
términos de “seguridad alimentaria” supone atravesar el trabajo de diversos
ministerios y articularlo (ministerios de salud y educación para coordinar
más), ya que el impacto de la buena o mala nutrición, se ve reflejado en la
alimentación diaria. Para finalizar, hizo hincapié en la
importancia de la lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de
vida. Señaló que, a partir de los 6 meses, una vez que se hace la transición a
la alimentación complementaria, es importante brindar un suporte nutricional,
como una papilla, que pueda suministrar los nutrientes que requieren los niños. Marisol Pérez
Tello, ex Ministra de Justicia. Recalcó que una tarea importante para
hacer frente al tema de violencia en la infancia es la reactivación de la
Comisión Interministerial de Asuntos Sociales (CIAS) que está vinculada a la
PCM. Existen autoridades responsables que se hacen cargo de una parte, pero los
niños y niñas son seres son integrales. Por lo tanto, si bien todos los
ministerios que relacionan con los niños, al no trabajar de manera integrada,
los avances se dan de manera desarticulada. Con respecto a la información pública
disponible, la Defensoría del Pueblo indicó que antes de la pandemia (marzo
2020) ya se habían registrado doce mil casos de violencia. La realidad ha
sobrepasado a las instituciones y existe una gran frustración por protocolos
que no se han aplicado. Lamentablemente, las circunstancias de pandemia crean
un contexto de proximidad entre el agresor y la víctima, alejando a esta última
de espacios de socialización más amplios, como la escuela, que sirven para
alertar sobre situaciones inadecuadas. La implementación de DEMUNAS
virtuales no ha tenido éxito, por lástima. Sin embargo, eso no puede seguir y
es imprescindible reactivar urgentemente programas de atención, canales de
denuncias, espacios de acompañamiento; no se le puede abandonar. Por ello, se plantea trabajar en una
estrategia que incluya un “Comando antiviolencia” enfocado a trabajar con el
entorno donde están los niños desde lo local. Manifestando un compromiso
abierto por la integridad de las niñas y niños en las comunidades. Un paso
importante para ello es dar a conocer de los canales de denuncia a través de
plataformas como “Si se ve”, “Aprendo en casa”, que permitan difundir servicios
de atención y protección que ya existen. La estrategia contra la violencia,
debe ser de prevención, no solo castigando al agresor, si no, atendiendo a la
víctima y evitando que su vida se vea expuesta. Es necesario comenzar a tener
la respuesta oportuna, antes de que ocurran situaciones de violencia; porque
una vez que ya se da el suceso, hemos llegado tarde. Se debe incrementar el esfuerzo en la
prevención castigo físico y humillante, un gran paso para ello fue modificar el
código civil, pero el camino continúa hacia un cambio de paradigma que elimine
el castigo físico como parte de la crianza de niñas y niños en las familias y
el entorno. Para ello, se busca fomentar la crianza positiva, generando
entornos no violentos, para que estos niños y niñas sean futuros adultos que se
respeten a sí mismos y a los demás. Lo previamente mencionado va de la
mano con la creación, extensión y fortalecimiento de espacios que visibilicen
la voz de los niños y niñas, donde no tengan miedo de hacer denuncias y donde
se puedan sentir seguros de acudir sin tener represalias en su contra. Los
espacios locales deben construirse como espacios seguros para los niños desde
las familias, docentes, vecinos, etc. Es en la importancia de escuchar
estas voces y de darles legitimidad, que consideramos que el presidente debe
asumir dar a las niñas y niños un espacio para escuchar sus voces y atender sus
demandas. |