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OPINION
La papilla para emergencias: "Otra vez tropezando con la misma piedra"Dr. Óscar Liendo La inseguridad alimentaria es la falta de acceso, disponibilidad y
consumo de los alimentos esenciales en la dieta diaria, ello es particularmente
importante en la primera infancia, cuando sabemos se están desarrollando sus
potenciales físicos y cognitivos. El garantizar la seguridad alimentaria de
esta constituye un derecho de la infancia y una obligación de estado. El riesgo a la inseguridad alimentaria de la infancia es alto en muchas
regiones de nuestro país, donde esta vive
en áreas de pobreza urbana y rurales andinas y amazónicas, ellos dependen de los
magros ingresos y una precaria disponibilidad de alimentos de sus familias. Encuestas sucesivas sobre el consumo de
alimentos en menores de tres años, como la Encuesta de Consumo alimentario del
INS del 2019 han mostrado que un 28.7% de los menores de tres años presentan
déficit de sus requerimientos calóricos y un 73.9% en la ingesta de hierro. Ya
antes en el 2015, el mapa de inseguridad alimentaria del MINDES del 2015 habían
mostrado una alta o muy alta vulnerabilidad a la inseguridad que afecta a un 17%
de nuestra población ubicada en 593 municipios andinos, 118 amazónicos y 23
costeños, siendo estos 54% rurales. Otro riesgo de inseguridad alimentaria son las emergencias, en estas se merman
los ingresos de familiares y limita el abastecimiento en el mercado. La
alimentación de cada familia se reduce a la olla común, donde los más pequeños
carecen de su alimento más aparente como las papillas, dependiendo estas de los
escasos alimentos disponibles. Respecto a ambos riesgos alimentarios la respuesta gubernamental ha sido
muy débil. El programa Kaliwarma fue concentrado en la población escolar y
algunos niños mayores de tres años beneficiado cuando reciben educación inicial,
mas no así en la población de menores de tres años que están en sus hogares
cargo de sus madres o cuidadores, quienes solo reciben educación nutricional sin
considerar sus reducidas disponibilidades familiares de alimentos. Para las emergencias, lamentamos que los seres humanos seamos la única especie que se tropieza dos veces con la misma piedra. Como país hemos experimentado hasta dos emergencias que pusieron en riesgo nutricional a nuestra infancia, sin embargo otra vez no disponemos del alimento que estos niños pequeños requieren, vale decir una papilla precocida y reconstituible con agua que contenga todos sus requerimientos nutricionales. El terremoto
de Ica del 2017 y el fenómeno del Niño en Piura del 2018, demostraron que no
bastaba con suministrar víveres básicos a las familias de damnificados, pues la dieta familiar de emergencia
presentaba una gran dilución familiar y
carecía de micronutrientes representando ello un riesgo nutricional manifiesto
para los más pequeños. Como consecuencia la primera infancia quedó expuesta a
la desnutrición aguda y se puso en riesgo los avances realizados por combatir
la desnutrición crónica y anemia. En
ambos casos se decidió dotar a cada familia de una papilla en polvo para la
primera infancia, fácil de reconstituir con agua hervida fría, considerando que
la misma ya existía anteriormente pero había sido suspendida desde el año 2012,
fue necesario volver a producirla aceleradamente y así superar estas emergencias.
El monitoreo nutricional de ambas experiencias demostró que la intervención logró
impedir la desnutrición aguda y reducir además los indicadores de la desnutrición
crónica y anemia infantil. Consideramos que en momento actual no bastará con educar a nuestras
madres en como improvisar papillas con lo disponible, gobierno y sociedad deberán
dotar a la brevedad una papilla para la primera infancia que debe incluirse en
las canastas alimentarias que se distribuyen entre la población más vulnerable
de cada municipio. La misma será muy útil en los próximos meses de cuarentena y
aislamiento obligatorios así como en futuras emergencias. Nuestras autoridades
y ciudadanía tienen ahora la palabra, requerimos urgente de decisiones inmediatas para evitar el deterioro
nutricional de nuestra primera infancia… |