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EDITORIAL
El futuro de nuestra niñezLa semana del 20 de noviembre se ha celebrado los 30 años de la Convención de los Derechos del Niño que representa un avance en el Derecho Internacional y los Derechos Humanos en particular que compromete a los Estados firmantes a asumir un rol activo en la protección y atención de nuestra infancia, nuestras niños y niñas y nuestros adolescentes. En el caso de la Niñez peruana, estas conmemoraciones fueron una oportunidad para analizar que se ha hecho y avanzado como también tener una visión de la agenda pendiente con ellos.
Hay avances y procesos en marcha que nos muestran resultados importantes en la observancia y defensa de los derechos de la infancia, la niñez y los adolescentes, pero también muchas cosas aún por hacer. UNICEF en un reciente documento denominado “A 30 Años de la Convención sobre los Derechos del Niño: Lo Avanzado y lo en Pendiente Perú” señala justamente los retos pendientes entre los que están: Ampliación de la cobertura de los programas focalizados mejorando la calidad de la oferta universal de servicios, y construir pisos mínimos de protección social, especialmente en las primeras etapas del ciclo de vida; Reforzar la equidad y progresividad del gasto para asegurar la eliminación de brechas de desigualdad, especialmente en zonas rurales, periurbanas, lengua materna distinta al castellano o discapacidad; Concretar la implementación de la política integral de primera infancia en los niveles regionales y locales y finalizar el proceso de creación de un nuevo programa presupuestal orientado a resultados.
Estos pendientes dan una pauta para avanzar y mejorar las acciones a realizar. Pero también es importante visualizar el cómo vemos el futuro de nuestros niñas y niños. Cabe destacar en este escenario la importante labor que vienen haciendo muchas organizaciones en la observancia, promoción e implementación de la Convención de los Derechos del Niño. Son los casos de Save The Children, World Vision, Plan Internacional, Acción por los niños, por citar algunas de las decenas de entidades y organizaciones sociales que vienen actuando en el país.
Una visión compartida para construir un futuro en donde el afecto, la felicidad y cuidado de la niñez sean valores y principios de nuestra comunidad, la lucha frontal contra la violencia, acoso y sus consecuencias que sufren nuestras niñas, una educación con equidad y pertinencia adecuada a su realidad territorial, son valores que se deben medir nuestro avance y desarrollo como sociedad. Para ello se requiere mucho de los padres, de las comunidades educativas y de una sociedad más activa y vigilante y de un estado más actuante y determinante en sus acciones e intervenciones.
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