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OPINION
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Anemia 2018: ¡Penosos resultados!

Por: Marco Castillo* 

El INEI presentó los resultados de la Encuesta Demográfica y de salud Familiar-ENDES 2018. Sin duda alguna, esta publicación constituye un esfuerzo destacable pues permite contar con series de información sensibles sobre los cuales se hace imperativo actuar de manera mucho más influyente y comprometida. 

En esta oportunidad solo nos vamos a referir al tema de la anemia pues por su multidimensionalidad está presente en diversas mesas y comisiones de trabajo. En el congreso; en los ministerios de (i) salud, (ii) desarrollo e inclusión social, (iii) educación, (iv) mujer y poblaciones vulnerables, (v) vivienda y saneamiento; en gobiernos regionales y municipales. Sin lugar a dudas se trata de una plataforma pública más que importante. 
   
Entre 2005-2010 el indicador se fue reduciendo de manera paulatina a razón de casi 1,6 puntos porcentuales como promedio hasta llegar a 50,3 por ciento en el año 2010. A fines del siguiente año y coincidentemente con la creación del Midis por el gobierno de Humala el indice de anemia publicado por el INEI fue de 41,6 por ciento, casi 9 puntos de sorprendente reducción. Para que se haya producido esto se supone que se ejecutaron acciones extraordinarias que posibilitaron tan significativa disminución. ¿Cuáles fueron para que sirvan de modelo? Por qué el indicador saltó a 46,8 por ciento en 2014? Desde entonces el promedio de anemia global se mantiene estancado en alrededor del 43,5 por ciento.  

Según el mapa nacional de anemia en niños menores de tres años, la mayoría de departamentos presenta un índice entre 50 y 80 por ciento. En el extremo más alto (poblaciones alto andinas y comunidades de la selva básicamente) ese indicador nos dice que ocho de cada diez niños padece de anemia. Este es un tipo de violencia que no puede admitirse. 
 
Reconocer que lo que se viene haciendo no viene dando resultados es un paso necesario y urgente para no seguir perdiendo el tiempo haciendo más de lo mismo. De esta manera, el discurso políticodejará de decirnos que se viene trabajando intensamente y obteniendo logros importantes en esa área, pues eso no es verdad. No es un secreto que desde el punto de vista de la asignación cada año se otorgan mayores recursos a los distintos programas sociales centralizados a cargo del ejecutivo. No nos equivocamos si asumimos que importantes montos de tales presupuestos financian gasto corriente de una planta burocrática cada vez más grande.

Y nuevamente en este punto debemos llamar la atención sobre las tantas veces mencionada calidad del gasto público. No es lógico proporcionarle mas recursos presupuestales a una arquitectura funcional que no obtiene mejores resultados, que no privilegia como debiera el trabajo en campo y que no concerta correctamente la lucha contra la anemia con los gobiernos subnacionales (regionales o municipales), ni logra aglutinar a sectores de la ciudadanía para que se comprometa en un necesario voluntariado de lucha frontal contra la anemia. 

El 2021 está a la vuelta de la esquina. Si recordamos bien, el primer gabinete del ex presidente Kuczynsky prometió reducir el indice de anemia a 19 por ciento, y faltan apenas dos años para que este periodo presidencial y congresal concluya. 

Los ciudadanos queremos vivir en un Perú donde se concerten ideas y acciones entre los principales poderes del estado, no más confrontación; los verdaderos enemigos de nuestro país son la anemia infantil, la pobreza, la inseguridad ciudadana y la corrupción.


*Marco Castillo Torres, economista y miembro del Grupo Inversión en la Infancia.

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