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OPINION
Primera infancia: El bien público por antonomasiaPuede sonar irónico que los históricamente insignificantes para la sociedad, como han sido y, desafortunadamente, lo siguen siendo, los niños y niñas en su primera edad, los consideremos como el bien público primordial. Y es que sin ellos bien atendidos desde los primeros instantes de su existencia, la humanidad toda caminaría hacia su desaparición. Por ello, los niños desde su primera infancia son prioridad y garantía de sobrevivencia de la especie toda. Es lo que desde hace ya varios años el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia ha colocado en la agenda pública a través del Pacto Ciudadano por la Primera Infancia, y que reitera en un reciente Pronunciamiento. Y es que inversión también evoca la urgencia de invertir el orden de prioridades, por la que las nuevas generaciones sean realmente las primeras inter pares en los presupuestos nacionales, en las políticas públicas. Pues el éxito del presente de corto plazo en materia de eliminación de la anemia y la desnutrición crónica infantil constituye una de las condiciones de futuro menos desigual para la comunidad nacional toda. Los expertos señalan que el entorno tiene una incidencia real y significativa para el desarrollo saludable de los niños y niñas en sus primeros años de vida. Y hoy podemos decir que vivimos cierto malestar en los entornos políticos, sociales, culturales, éticos. La corrupción, la inseguridad por formas y expresiones de violencia horizontal y callejera, familiar y en el ámbito de instituciones educativas como en medios de comunicación masiva, son un inocultable signo de entornos que no favorecen un desarrollo armónico de los niños y niñas pequeños. Esto es lo que hay que invertir para que la inversión económica tenga márgenes reales de responder a lo que otros han calificado como inversión inteligente, vale decir, oportuna más que temprana y en el marco de un proyecto emancipador global y no sólo como servicios puntuales necesarios pero de no fiable incidencia y continuidad en el tiempo político cambiante. El malestar en los entornos dice directa relación con la constitución de nuevas subjetividades en los niños pequeños, subjetividades corporalizadas que no garantizan espontáneamente un desarrollo que haga de ellos ciudadanos celosos de la dignidad, de los comportamientos respetuosos y solidarios, amantes de los acuerdos legales o de lo que se ha dado en llamar culturas de lo legal y legítimamente acordado en la sociedad. Incluso, esta realidad interpela qué sentido y bajo qué condiciones debiéramos hablar de inclusión social cuando las tendencias dominantes se inscriben en eso que nombramos como malestares en los entornos. En Pronunciamiento del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia retoma lo que ya la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) había sugerido: la necesidad de contar con una autoridad que dé visibilidad a la cuestión de las primeras infancias en un país pluricultural como el nuestro y “coordine los esfuerzos multisectoriales…que tenga poder, recursos y una imagen…” que asegure reconocimiento político. En el país hemos tenido ejemplos de ello, como fuera el Consejo Nacional de la Juventud (CONAJU), como es el Consejo Nacional de Educación, la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza, etc. Ciertamente que la voluntad política deberá estar acompañada de un marco político y legal sólido, y de una real capacitación de los operadores en la gestión de los programas y proyectos que se implementen. Las últimas décadas con los programas sociales de alivio a la pobreza, de apoyo a las familias, nos han dejado lecciones, no siempre aprendidas, respecto a las filtraciones, a los riesgos de hacerlos funcionales a los gobiernos de turno, etc. Función de una autoridad visible para la primera infancia sería garantizar el logro de objetivos para el 2021: salud, educación y entornos que inviten a la ciudadanización y a una cultura democrática desde los primeros años de vida de niños y niñas. Este es el horizonte en que se inscribe el Pronunciamiento del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia. Alejandro Cussiánovich, educador, miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia. |