Casi 70 por ciento dice que el Estado se preocupa muy poco o poco por la infancia

De acuerdo a una encuesta de Ipsos Perú, el 68 por ciento de la población percibe que el Estado se preocupa muy poco o poco por la infancia, y un 51 por ciento declara haber sido testigo de violencia física contra los niños en su entorno cercano. Los resultados de esta encuesta fueron presentados por Alfredo Torres, director de Ipsos Perú, en el III Encuentro Nacional por la Primera Infancia, durante la conferencia “La primera infancia en la agenda nacional, el compromiso ciudadano y la responsabilidad social y política del país”. 

La encuesta “Percepción ciudadana sobre infancia, política y felicidad” fue realizada por Ipsos Perú en Lima Metropolitana entre el 12 y 16 de setiembre. Los resultados de esta encuesta fueron comentados por Carlos Amat y León, ex ministro de Agricultura y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, y por el sociólogo Gonzalo Portocarrero, profesor de la Universidad Católica. La moderación de este panel estuvo a cargo del padre Gastón Garatea, coordinador nacional de Inversión en la Infancia.  

De acuerdo a este sondeo, el 30 por ciento de los encuestados tiene la percepción de que el Estado se preocupa “muy poco” por la infancia, un 38 por ciento opina que se preocupa “poco” y un 26 por ciento responde que “ni mucho ni poco”. Solamente el 4 por ciento considera que el Estado se preocupa “mucho” o “bastante” por los niños. 

"Hemos encontrado que la sensación de los ciudadanos es que el Estado se preocupa poco o nada por la primera infancia, y lo mismo pasa con los candidatos municipales”, afirmó Alfredo Torres, al comentar estos resultados.

De acuerdo a este sondeo, un 68 por ciento señaló que los candidatos municipales no tienen propuestas para la infancia; solamente un 14 por ciento dijo que sí encontraba propuestas dirigidas a los niños entre los candidatos para las elecciones municipales. 

Aunque un mayoritario 81 por ciento de los encuestas respondió que la violencia no es una forma adecuada de educar a los hijos, al ser preguntados si han sido testigos en su entorno cercano de golpes o insultos a los niños, un 51 por ciento admitió que han sido testigos de golpes a los niños y un 53 por ciento que han sido testigos de insultos.

“La gran mayoría sabe que la violencia no es una forma de educar a sus hijos y que expresarles afecto es importante (el 91%), pero lo preocupante es que más de la mitad dice que los niños de su entorno cercano reciben golpes e insultos”, indicó Alfredo Torres.    

   

“Hay una sensación de que todo tiempo pasado fue mejor”, señaló Torres al comentar la respuesta de los encuestados cuando se les pidió que comparen su infancia con la de sus hijos.

Un 77 por ciento de los adultos encuestados considera que antes la nutrición de los niños era mejor que ahora, un 72 por ciento que la manera de jugar entre los niños era mejor antes, un 64 por ciento que la salud de los niños era mejor, y un 61 por ciento que el tiempo compartido entre padres e hijos era mejor cuando ellos eran niños que ahora que son padres. 

Al comentar los resultados de esta encuesta, Carlos Amat y León se refirió al proceso de migración del campo a la ciudad, y al estrés y violencia que se vive en ciudades como Lima y cómo eso afectan a los niños. Cuestionó la violencia promovida por la televisión, la que, dijo, los niños consumen durante mucho tiempo diariamente. “ Los niños crecen en un contexto de violencia y estrés. En los últimos 50 años, lo que le pasa a nuestros niños es lo que le está pasando al país”. 

Amat y León indicó que la encuesta de Ipsos refleja la indiferencia que hay hacia los niños. “Hay que luchar contra esa indiferencia”, señaló. “Podemos reconstruir nuestro país buscando otras maneras de cuidar de una mejor manera a la niñez. Hay que mejorar no sólo los contenidos de lo que enseñamos en el Perú, sino cómo nos educamos", indicó.

Sobre el rol de los padres frente a la violencia que sufren los niños, Gonzalo Portocarrero comentó que "la violencia  obedece mucho a la postergación afectiva del niño; es necesario que haya vínculos afectivos, que los padres asuman más su responsabilidad. Tiene que haber afecto, amor hacia los niños por parte de sus padres. La primera infancia es un período decisivo y muchos de los problemas que una persona pueda tener siendo adulta obedecen a la postergación afectiva que sufrió de niño”. 

Portocarrero, quien coincidió en que los niños están sobre expuestos a una influencia negativa de la televisión, criticó la formación y educación que reciben en la actualidad los niños. “Lo que tenemos ahora es una sobrevaloración de los aspectos 0cognitivos del niño y una subestimación de los aspectos emocionales, afectivos, hay una sobrevaloración de la competitividad y una subvaluación de aspectos como la solidaridad". 

El padre Gastón Garatea afirmó que "comprometer a los políticos en favor de una infancia bien atendida y sin violencia, es sumamente difícil. En relación a  la felicidad de nuestros niños y las políticas dirigidas a ellos, hay mucho por hacer. Queremos niños felices, hay que ver si nuestro sistema está preparado para hacerlos felices"