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ENTREVISTA
Óscar Liendo, médico pediatra experto en políticas públicas y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia,"La atención integral para la infancia cada vez es más difícil"El médico pediatra experto en políticas públicas y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, Óscar Liendo, analiza la situación de la vacunación y su problemática a nivel nacional.
De acuerdo a los últimos porcentajes oficiales solo el 60 por ciento de los niños menores de 3 años tienen todas sus vacunas requeridas para su edad, eso quiere decir que 4 de cada 10 niños no las tienen. ¿Cuál es la problemática detrás de estas cifras?
Estos indicadores son fundamentales porque el tema de la vacunación no solo es aplicar una dosis sino completarlas. Entonces cuando se señala que solo el 60% ha completado quiere decir que el otro 40% quizás se ha aplicado alguna dosis, pero no están completamente protegidos. Es el caso de esta niña de 5 años que tuvo vacunaciones iniciales, pero no las completó y está dentro de este porcentaje vulnerable, esto genera las condiciones ideales para que aparezcan enfermedades como la difteria.
Primero, la enseñanza que queda es que todo niño que empieza a vacunarse tiene que completar, sino se expone al riesgo como el caso de esta niña. Segundo, aún es insuficiente el nivel de protección en el país aunque hay que recocer que se han realizado esfuerzos a diferencia de años atrás, pero no es suficiente.
Este tema se ha agravado con la pandemia que ha cerrado los servicios, ha interrumpido la atención infantil en casi todos los centros de salud y puestos sanitarios; y con ello las inmunizaciones. Entonces, probablemente este porcentaje de vulnerables empiece a subir, hemos perdido 11 meses de vacunación. En este sentido, es importante el sistema de vigilancia porque detecta casos y ha detectado este problema en Lima, ya se ha hecho el cerco epidemiológico, pero el gran reto es saber cómo vacunamos a los pequeños que están mayormente confinados.
¿Cuáles son las acciones urgentes que se deben llevar a cabo para incrementar estas cifras?
Tengo entendido que el Ministerio de Salud lanzó una campaña, la primera jordana se hizo a mediados de octubre, pero habrá otras en noviembre y diciembre con la idea de compensar ahí la estrategia son los puestos de vacunación.
¿Por qué no se pudo prevenir este caso? Entiendo que estamos en medio de la emergencia sanitaria y que varios servicios ya se han reactivado, pero justamente este tema no se reactivó ¿Por qué?
La pandemia lamentablemente cambia la agenda y nos consta el tremendo esfuerzo que ha significado para el Ministerio de Salud afrontarlo. El primer tema ha sido la atención de casos tanto a nivel hospitalario como a nivel de hogares, esto ha insumido mucho esfuerzo. Por ello, cuando comenzó la pandemia se descuidó el primer nivel de atención y se concentró en hacer las Ucis, los hospitales y menos labor en centros y puestos sanitarios.
A mediados del semestre anterior este problema fue corregido, se reabrieron los centros de salud, pero sin encontrar estrategias para vacunar a los pequeños en medio de este contexto; ha sido todo un reto.
En algunos lugares se ha trabajado muy bien con el padrón nominal para vacunación domiciliaria, en otros casos se ha aprovechado el programa “Taita” que llega a los hogares y creo que es la respuesta porque nadie tiene una receta específica, hay que usar todos los canales para avanzar en las inmunizaciones porque nos exponemos a rebrotes no solo de difteria sino de sarampión, entre otros.
Todo lo que se ha avanzado en los últimos años podría retroceder si no se encuentra una estrategia para mantener vacunados a todos los pequeños.
Contrariamente a lo que se cree, las zonas rurales tienen mayor porcentaje de niños vacunados a comparación de las zonas urbanas. ¿Cómo se explica esto?
El mérito ahí es de los servicios de salud porque en las zonas rurales se han encontrado buenas estrategias para vacunar a los pequeños. En estas zonas vacunar significa coordinar con la organización comunitaria porque usualmente se congregan en instancias comunales que hacen más factible la vacunación de los pequeños.
Además, las labores de los centros de salud y los puestos sanitarios resultan imprescindibles porque logran atraer y captar a los pequeños para que no solo los vacunen sino para que les hagan sus controles de peso, talla y desarrollo.
Lamentablemente, lo ideal es la atención integral que cada vez es más difícil, solo el 15% de los niños tienen ese tipo de atención integral llamado CRED (control de crecimiento y desarrollo). A mi entender se debe regresar a las estrategias más comunitarias, el propio CRED está demasiado institucionalizado.
Pero toda la historia de los 80 y 90 fue inversa, en lugar de atraer a los consultorios a los pequeños lo que se hacía era la atención en la comunidad, creo que hay que retomar estas estrategias definitivamente, pero va ser un proceso gradual.
Entre tanto, resulta importante las estrategias para vacunar a los pequeños como las campañas de vacunaciones entre noviembre - diciembre y las visitas domiciliarias a través de diferentes programas que pueden existir.
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