A pesar de las alertas de todos los que trabajamos en infancia, incluida la iniciativa ciudadana Inversión en la Infancia, para trabajar arduamente en el incremento de los índices de vacunación porque sabíamos que en países como Brasil y Venezuela ya se habían presentado casos de rebrotes de esta enfermedad, no hemos podido avanzar mucho. Las coberturas de vacunación en nuestro país son lamentables. De acuerdo a cifras oficiales, el 40 por ciento de os niños menores de tres años no tienen todas sus vacunas para su edad. Esto es gravísimo, teniendo en cuenta que, para prevenir enfermedades, que ya deberían ser pasadas, como la difteria la cobertura en vacunas debería estar por encima del 90 o 95 por ciento.

En ese sentido, hay que trabajar arduamente en la sensibilización de la población y, sobre todo, de los padres de familia para alertarlos porque hay enfermedades que tienen tasas más altas de mortalidad que el covid, en los niños menores de un año.

Sobre la difteria es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria llama “Corynebacterium diphtheriae”, que tiene el 10 por ciento de mortalidad, es decir 10 de cada 100 niños con este problema podría fallecer. La difteria se presenta entre los 2 y 5 días de haberse producido la infección y se caracteriza por tener unas placas de color blancas o grises muy grandes producidas por la toxina de esta bacteria, que dificulta pasar alimentos y obstruye la respiración. En nuestro país, ya habíamos erradicado esta enfermedad hace más de 20 años, pero lamentablemente hemos tenido un nuevo caso.

Es lamentable que se haya producido este primer caso, sabemos que el gobierno está haciendo todo tipo de esfuerzo para cercar el problema y seguramente realizarán campañas de vacunaciones. Pero más allá de eso, lo importante es que los padres que no han completado las vacunaciones de sus hijos, lo hagan.

Las vacunas ortodoxas son tres dosis antes del año, la famosa DPT (la “D” es por difteria), el refuerzo al año y medio y luego el último refuerzo a los 4 años. Entonces, tampoco es que si el niño está con las vacunas completas le pongan una más por gusto ¡no tiene sentido!, pero sí preocuparse en completar las vacunaciones.

Esta enfermedad no es exclusiva de los niños, un adulto también puede contagiarse. Se contagia a través de la respiración, la toz, los estornudos, por las gotitas de saliva y también por objetos contaminados, hay que tener mucho cuidado con esta enfermedad ¡Una más! ¡Una más! que nos está amenazando.

Mi perspectiva con respecto a esta enfermedad es positiva, en el sentido que no se produzcan más casos, porque el Ministerio de Salud está tomando las medidas correspondientes de manera muy rápida con este caso aparecido en la Victoria, para cercar y tomar a todos los contactos. Pero siempre estamos en riesgo, sino nos preocupamos cada uno como familia en hacer nuestro trabajo.

A mí me preocupa, me preocupa muchísimo el tema de los antivacunas, que prácticamente son enemigos de las sociedades modernas, que atemorizan a las madres y hacen una bulla tremenda para que no se den las vacunas.

En estos momentos, no solo hay niños que dejaron de vacunarse por el tema del covid, sino que hay otros niños que los padres tomaron la decisión equivocada de no vacunarlos y esos son los que están en mayor riesgo. Esos son los que están en mayor riesgo.

El tema aquí es saber cómo prevenir que a mi hijo le da difteria, primero ver si el niño tiene la vacunación y ver si está completa. En primera infancia, las madres que no han vacunado que vayan a vacunar a sus hijos y las que no han completado, completen las vacunaciones.



*Sarah Vega, miembro directivo de Inversión en la Infancia, ex presidente de la Sociedad Peruana de Pediatría.