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ENTREVISTA
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Tania Pariona, congresista electa del Frente Amplio

“Congresistas de distintas bancadas estamos de acuerdo en crear una autoridad responsable para la primera infancia”

"Creo que hay indiferencia y falta de seriedad cuando vemos problemas como la anemia y la desnutrición", dice Tania Pariona.

Entrevista: Carlos Noriega

Tania Pariona, congresista electa por Ayacucho del Frente Amplio, participó hace unos días en la movilización “Anemia y Desnutrición Cero” realizada en esta región, organizada por la  mancomunidad que agrupa a cinco provincias (Cangallo, Huanca Sancos, Sucre, Víctor Fajardo y Vilcashuamán), con el apoyo del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia. Sobre los resultados de este encuentro y lo acordado en una reciente reunión de congresistas electos de distintas bancadas con Inversión en la Infancia, habla Tania Pariona en la siguiente entrevista.

Hace unos días se realizó en Ayacucho la movilización “Anemia y Desnutrición Cero”, en la que usted participó. ¿Cuál es su evaluación de este encuentro y de los acuerdos y compromisos a favor de la infancia que adoptaron los alcaldes provinciales y distritales? 

Con esta movilización se ha generado una corriente de opinión favorable, en el sentido de compromisos convencidos y comprometidos para enfrentar el problema de la anemia y la desnutrición crónica infantil en nuestra región, y particularmente en la provincia de Víctor Fajardo que ha sido el lugar focalizado para desde allí hacer este lanzamiento de movilización, de campaña, contra la anemia y la desnutrición infantil. Se ha generado una especie de sensibilidad humana sobre el tema, porque todavía no hay conciencia completa de todos los impactos negativos que la anemia y la desnutrición genera en el desarrollo integral de los niños, en sus desempeños en el aprendizaje, en el nivel de concentración y receptividad que tienen en las clases los niños que asisten a las escuelas. Especialmente en los niños de cero a cinco años, que es la base fundamental en la que hay que actuar para asegurar ciudadanos saludables. En Ayacucho se ha logrado con esta movilización tener un espacio de encuentro entre autoridades locales, provinciales y distritales, y también con congresistas electos de la región, como en mi caso, para empujar esta agenda contra la anemia y la desnutrición infantil, que es algo que tiene que ver con  la salud nacional.

En Ayacucho la anemia en niños menores de cinco años está en 35 por ciento, en los niños menores de tres años llega a 45 por ciento, y la desnutrición infantil está en 21 por ciento. Todos estos indicadores están por encima de los promedios nacionales. Y en la provincia de Víctor Fajardo, que es su provincia y donde usted ha señalado se ha focalizado este encuentro, la anemia en niños menores de cinco años está por encima del 50 por ciento y la desnutrición es mayor al 30 por ciento, es decir, niveles mayores a los ya altos promedios regiones de Ayacucho. ¿Por qué estos altos niveles de anemia y desnutrición infantil en Ayacucho, y específicamente en la provincia de Víctor Fajardo? 

El problema es multifactor, es decir hay varias causas para la anemia y la desnutrición infantil. De un lado, se debe a un problema de falta de acceso al agua, muchas de las comunidades, distritos, todavía no acceden al consumo de agua tratada, agua clorada. Esto es un problema central, que hay que colocarlo como tal. Otro factor tiene que ver con la cultura alimentaria. Ayacucho y las comunidades tenemos una basta biodiversidad de productos nativos, que bien podrían contribuir a mejorar el combate contra la anemia y la desnutrición, mejorando nuestra canasta básica alimentaria para estar mejor nutridos si los consumimos bien, pero hay un cambio de actitudes, de las formas de comer sano, que se nota en nuestras comunidades cuando, por ejemplo, se deja de consumir una sopa de morón para cambiarla por una sopa de fideos, o se lleva al mercado huevos de corral para cambiarlos por una botella de aceite. Tenemos que mejorar nuestra cultura alimentaria, comer no para llenar el estómago sino para estar sanos. Necesitamos garantizar una cultura alimentaria basada en el abastecimiento de los productos locales. Pero tenemos que lograr que tengamos agua suficiente para nuestros cultivos, porque no vamos a poder tener estos productos alimenticios en la cantidad necesaria, como en años anteriores, por un problema de escasez de agua. Ahora en Ayacucho nosotros estamos sufriendo una emergencia hídrica. No tenemos suficiente agua que vaya para el riego. Tenemos que garantizar el abastecimiento de agua, tanto agua para riego como agua tratada para el consumo de las personas.

¿Qué rol les toca a los gobiernos locales en la tarea de combatir la anemia y la desnutrición infantil, en temas como promover una alimentación saludable? ¿Cómo está funcionando ese trabajo?

Es necesario un trabajo intergubernamental, que tiene que ver con el trabajo de las autoridades ediles de manera articulada con los sectores Salud y Educación, con las familias, con los promotores de salud que existen en nuestras comunidades, y hacer el acompañamiento debido en cuanto se detecta a un niño con anemia, que es lo que no ha ocurrido. En muchas postas de salud si bien se cuenta con el equipo para hacer el despistaje de anemia con una gotita de sangre, muchas de ellas no lo han hecho, no ha habido una campaña ni de despistaje de anemia ni de prevención, y en las postas de salud en las cuales ha habido este tipo de campañas, según estadísticas han atendido a menos de la mitad o incluso a menos del 30 por ciento de la población infantil. 

¿Eso se debe a una falta de voluntad política de las autoridades, es un problema de desidia, de descuido?

Creo que hay indiferencia y falta de seriedad cuando vemos problemas como la anemia y la desnutrición. Un cáncer, una diabetes, una hepatitis, son vistos como problemas más alarmantes, dejando de lado a la anemia como si fuera un problema con el que no pasa nada. Pero la anemia es muy grave para los niños porque afecta su buen desarrollo. Creo que para cambiar esto y darle a la anemia la importancia que tiene es necesario un cambio de pensamiento y de mentalidad de los propios operadores de salud, de los docentes que reciben a esos niños que tienen síntomas de anemia, síntomas en el sentido que los vez durmiendo, inquietos, con poca receptividad en las clases, poca interacción con el docente. Entonces, los operadores de salud y los docentes son actores claves en esta gran movilización de sensibilización contra la anemia y la desnutrición infantil que se está haciendo. Ellos son actores claves para hacer el seguimiento permanente, la vigilancia constante con el sector Salud, con las propias familias, con los propios niños.


"Lo primero que se debe hacer en el Congreso es actuar como una vocería permanente a favor de la infancia", señala la congresista electa por Ayacucho.
En esta movilización contra la anemia y la desnutrición infantil en Ayacucho las autoridades locales acordaron reducir la anemia en un 30 por ciento para el próximo año y en un 60 por ciento para el 2018. ¿Qué se requeriría para ir más allá de esas metas y lograr la meta anemia cero para el año 2018, teniendo en cuenta que el presidente electo, Pedro Pablo Kuczynski, ha anunciado que su gobierno tiene como objetivo acabar con la anemia infantil para el 2018? ¿Qué se necesita en Ayacucho para cumplir con ese objetivo nacional planteado por el próximo gobierno?

Nos hemos planteado la meta de reducir la anemia en un 60 por ciento para el año 2018, pero hemos dicho que ojalá no tuviéramos ningún niño con anemia. Hay un tema de fondo que abordamos en esta reunión que se refiere a la descentralización de programas, de proyectos, y también de presupuestos. Tenemos distritos que apenas tienen a una persona encargada de dar seguimiento y de reportar por cinco programas sociales del Estado y metas que vienen desde el mandato del Ministerio de Economía, y una persona no se abastece. Necesitamos equipos formados, comprometidos, con dominio de los instrumentos y herramientas que acompañen este proceso. Estamos claros en lo que se tiene que hacer, pero necesitamos los medios necesarios para hacerlo: estamos hablando de presupuestos, de equipos formados y comprometidos con el tema, de evitar que los alcaldes sigan viniendo hasta Lima para pedir, suplicar, la aprobación de un proyecto, haciendo fila en el ministerio. Esto es algo que me parece deberíamos superarlo en un país que tiene renta media, en un país que va en crecimiento económico, pero ese crecimiento económico todavía no se ve traducido en un verdadero desarrollo humano.

¿Con esa descentralización, dándole mayores recursos a las municipalidades y gobiernos regionales para proyectos locales contra la anemia y la desnutrición infantil, se podría superar esa meta de reducir en Ayacucho la anemia en un 60 por ciento para el 2018 y alcanzar la meta anemia cero para ese año?

A eso hay que sumarle la voluntad política, el empoderamiento, para enfrentar este problema de la anemia. Puedes tener el presupuesto necesario, pero si no hay la voluntad política, la conciencia de invertir en la infancia, después se desvía ese presupuesto para otro lado y se justifica cómo si se estuviera invirtiendo en la infancia…

¿Y en los alcaldes de Ayacucho ve la voluntad política para invertir en la infancia como una prioridad, o, como usted dice, se desvían los recursos que deberían ir a programas para la infancia y se utilizan en otros temas? 

Un buen ejemplo de voluntad política para invertir en la infancia y su desarrollo es el alcalde de mi distrito, de Cayara, que está comprometido y quiere trabajar de lleno a favor de la infancia. Alcaldes como él creo que son ejemplo de este empoderamiento real con su gente, con su pueblo. Pero no todos los políticos tienen esa mentalidad. Muchos políticos están viendo este tema de la infancia en función de si los coloca o no en un nivel de popularidad. Muchas veces los alcaldes comprometidos con temas sociales, con temas humanos, se tienen que enfrentar incluso a procesos de revocatoria, porque pareciera que el alcalde que hace obras físicas es el mejor alcalde y no necesariamente es así, porque invertir en la niñez, en la juventud, en las mujeres, en proyectos de desarrollo humano, no son obras tangibles, sus resultados los vas a ver después de un largo tiempo o no los vas a ver mostrados en vitrina como se hace con las pistas, pero estás haciendo la mejor inversión en las personas, que es lo más importante. En esto hay que hacer un cambio de conciencia, no solo desde los políticos, sino también desde la propia ciudadanía.

Usted ha participado en una reciente reunión organizada por el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia con congresistas electos de distintas bancadas para trabajar multipartidariamente impulsando políticas a favor de la infancia (ver nota “Congresistas electos respaldan creación de una autoridad visible y responsable para la primera infancia”). ¿Cómo ve esta iniciativa?

Los congresistas electos que hemos participado en esta reunión hemos dicho que vemos el tema de la infancia como un compromiso más allá de los colores políticos. Hemos estado de acuerdo en  que hay una prioridad que no debemos olvidar, que es la inversión en la infancia. Y los congresistas de las distintas bancadas hemos llegado al acuerdo de que necesitamos tener una autoridad nacional que vigile, que vele por la infancia. Tenemos una política nacional de infancia, pero no tenemos una entidad, una autoridad, para implementar este plan nacional que va aterrizando en los gobiernos locales. Por eso es importante crear una autoridad responsable para la primera infancia, algo en lo que hemos estado de acuerdo los congresistas de distintas bancadas presentes en esta reunión. La mayor parte de los políticos no tienen en su agenda a la infancia, alguno que otro pone a la juventud, pero la infancia no está presente. Por eso se hace necesario que desde el Congreso se tenga una vocería permanente en términos de vigilancia, movilización, para que este plan escrito de políticas para la infancia se convierta en acciones concretas y finalmente impacte positivamente en la vida concreta de los niños.

¿Qué le toca hacer al Congreso para impulsar las políticas a favor de la primera infancia? ¿Cuáles deben ser las acciones urgentes del próximo Congreso en este tema? ¿Cuál será su agenda como congresista respecto a la infancia? 

Vengo de un proceso organizativo desde muy niña y siempre he sentido que el tema de la infancia ha sido una agenda postergada. Lo primero que se debe hacer en el Congreso es actuar como una vocería permanente a favor de la infancia. El tema de la infancia no es una cuestión particular, especifica, es transversal a otros temas, que tienen que ver con la ley de soberanía alimentaria, con la ley de cambio climático, porque si no tenemos productos no tenemos buena comida, si no tenemos buena comida no tenemos buena salud, si no tememos buena salud no tenemos buena educación. El tema pasa por integrar y articular también los otros temas grandes que tienen impacto en la infancia. En el Congreso tenemos que abrir estos espacios de encuentro permanente con congresistas que están comprometidos con la infancia, pero también con los sectores sociales organizados que tiene que ser los espacios que nos generen propuestas, demandas. Hay una serie de pliegos de reclamos legislativos para la infancia, por ejemplo trabajar la ley de los derechos de los niños y adolescentes, hay modificatorias que se deben hacer respecto con los derechos sexuales y reproductivos. Está el tema de la anemia, que debemos colocarlo para que tenga una partida presupuestal específica y tenemos que fiscalizar el uso de ese presupuesto. Creo que el Congreso tiene una labor de fiscalización en términos de reasignaciones de presupuestos y de responsabilidades a nivel nacional, regional y local. También en dar seguimiento a la implementación del Plan Nacional de Acción por la Infancia y Adolescencia, que sería la política marco que es el instrumento que hay que vigilar desde este espacio parlamentario multipartidario que hemos constituido en esta reunión con el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia.  


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