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EDITORIAL
Infancia y niñez: ¡Hay, hermanos, muchísimo que hacer!Desde Inversión en la Infancia, hemos hecho distintos análisis serios sobre la situación que visibiliza y pone a la infancia y la niñez en su real dimensión: en constante estado de vulnerabilidad frente a la emergencia social que vive el país.
Tanto expertos nacionales y
organizaciones internacionales coinciden en que el panorama actual golpea con
fuerza a nuestros niños, niñas y adolescentes. Y para muestra de esto, mostramos
los siguientes datos. Con respecto a la vacunación de
niños entre 5 a 11 años, tenemos regiones que están por debajo del 20% de
cobertura con dos dosis. En líneas generales, casi la mitad del total de
regiones a nivel nacional están por debajo del 40% en cobertura con dos dosis
en niños de 5 a 11 años. Según datos del Ministerio de la
Mujer y Poblaciones Vulnerables, más de 21 mil menores fueron víctimas de
violación solo en los últimos cuatro años. Se trata de la repudiable cifra de
un promedio de 15 menores ultrajados a diario, entre niñas, niños y
adolescentes. Producto de la pandemia, la
pobreza se ha incrementado en 9,9%. Eso significa que hay unos 11 millones de
personas en el país que viven en situación de vulnerabilidad, y quienes más
sufren este escenario son los niños y las niñas. El 51.0% de los hogares del país se encuentran en riesgo de
pasar hambre, es decir, con inseguridad alimentaria, de los cuales 3.5% de los
hogares se encuentra en inseguridad alimentaria severa, según el estudio de
Evaluación de la Seguridad Alimentaria ante Emergencias (ESAE) 2021. UNICEF, por su parte, informó que
en los dos últimos años alrededor de 705.000 niños, niñas y adolescentes han
dejado o están en riesgo de dejar la escuela, lo que equivale al 10% de los
matriculados y la cifra tiende al aumento cuando acabe el proceso de matrícula
de este año. Existen compromisos pendientes y
urgentes a favor de las niñas, niños y adolescentes en el país. Por parte del
congreso, urge una legislación efectiva, una representación comprometida y una
fiscalización eficiente en la gestión del presupuesto. Además, sin duda, es
fundamental la articulación entre el poder Ejecutivo y el Legislativo, para
hacer frente a los flagelos que viven la infancia y niñez. Como una iniciativa ciudadana, el
Grupo Impulsor Inversión en la Infancia seguirá trabajando para poner en agenda
y el escenario público a esta población tantas veces olvidada. Siguen la
violencia contra nuestras niñas y niños, crece la pobreza, aumenta el riesgo de
hambre. Falta mucho por hacer. Sin duda, ahora más que nunca, es urgente una alianza pública, privada y ciudadana para priorizar con más fuerza las demandas de la niñez e infancia. Como diría el poeta César Vallejo: ¡Hay, hermanos, muchísimo que hacer! |