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OPINION
“No podemos preocuparnos por la infancia y niñez dentro de un año, debe ser hoy, ahora”Marisol Pérez Tello Hay cosas que por la pandemia pueden pasar inadvertidas pero que van a dejar secuelas que podemos evitar si actuamos oportunamente, y esto tiene relación directa con los niños, niñas y adolescentes. Sin duda la anemia y la desnutrición infantil están ligados a la pobreza, tema que se va agudizar como consecuencia de la crisis económica post pandemia. Preocupan las consecuencias que puedan tener en los niños, en su aspecto cognitivo las cuales tenemos que atender por la afectación que puedan tener en su salud, aparte de lo que les causaría el Covid-19, que "aparentemente" había excluido a los niños, y hoy vemos que ha sido todo lo contrario. Existe la sensación de una falta de prioridad
a la infancia y la niñez, a pesar que la pobreza va influir directamente en la
anemia y la desnutrición, lo que a su vez va generar consecuencias en sus capacidades
de aprendizaje y capacidades cognitivas. Y lamentablemente no hay tiempo, un día
que se pierde con un niño desnutrido o con anemia, es un niño con secuelas que
van a ir quedando y en algunos casos van a ser imposibles de remediar No podemos preocuparnos por la
infancia y la niñez dentro de un año, debe ser hoy, ahora. Pero se une otro
problema que ha sido constante y son las políticas públicas en un país con una
alta rotación de autoridades públicas. El haber dejado la Comisión
Interministerial de Asuntos Sociales, conocida como CIAS, como un espacio de
encuentro para tomar decisiones sobre la infancia, lamentablemente cada
ministerio trabaja por su cuenta. Entonces, los ministerios que impactan en la
vida de los niños, niñas y adolescentes desde su nacimiento no actúan. Como por ejemplo, el RENIEC debe
ocuparse del registro del derecho a la identidad de los niños para que puedan
acceder a los servicios de salud, y el
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) que ve aborda todo lo
relacionado a la violencia, la cual tristemente se ha incrementado en los niños
y niñas al dejar de asistir a la escuelas. En los centros educativos veían espacios
de protección lejos del agresor que está en casa, ya que sus compañeros o
profesores podían ser testigos de las huellas que la violencia que atraviesa
aquel niño o niña. Hoy llevan más de 140 días fuera de la visibilidad de ese
contexto social expuestos a una violencia intra familiar que hasta marzo, según
Aurora reportaba, solamente en violencia sexual, más de mil niñas, porque,
debemos decirlo, la violencia sexual tiene rosto de mujer. En el MIMP es necesario activar controles
a través de las DEMUNAS, y los mecanismos de urgencia ya que la norma que se
aprobó, una que el Covid-19 recogía, no ha tenido seguimiento, ni por parte de
la Defensoría, esto ha sido muy negativo. Lo que pedimos es un plan de 360 días. Es una acción concreta que permita interactuar a todos los ministerios involucrados con la infancia y la niñez y lograr un liderazgo visible del Presidente de la República, el presidente del Consejo de Ministros. Que asuman esta labor de coordinación desde la Presidencia del Consejo de Ministros, coordinación que se ha abandonado, que permita tener claros temas urgentes como anemia y desnutrición, lucha contra la violencia hacia niños, niñas y adolescentes, que exista un plan, un espacio donde puedan hacerse denuncias y espacios de monitoreo. Finalmente, hay que insistir en el
trabajo desde lo local. Si pretendemos que se visibilice a la infancia y a la
niñez desde el gobierno nacional será muy complicado. Hay que activar los
mecanismos locales y para ello hay incentivos que se pueden reactivar. El éxito
de un gobierno regional o local no debe ser solo el cemento, el éxito de un
gobierno nacional, regional, y local depende de su capacidad de invertir en el
capital más importante de una nación que son las personas, así que necesitamos
volver mirar a los niños y a las niñas, decirles que siempre estamos presentes,
que son nuestra preocupación, que somos conscientes que toda esta situación originada
por la pandemia impacta también en los niños y los jóvenes. La crisis originada por la pandemia
nos debe unir, podemos tener posiciones políticas distintas, algunas son
posiciones técnicas diferentes. Es el momento de llamar la atención de las
autoridades para decirles y pedirles que nos preocupemos por lo más valioso que
tiene un país que es su futuro, porque esos niños nos necesitan, y nos
necesitan ahora. |