“Necesitamos una reconversión cultural para enfrentar la violencia contra la infancia”

El antropólogo y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, Carlos E. Aramburú, analiza la preocupante situación de violencia que afecta infancia en el país. Sostiene que es necesaria una reconversión cultural para enfrentar este problema. 

El problema es que no tenemos políticas de amor. Hay información sobre individuos, trabajadores, género, vivienda, pero ¿cuánta información hay sobre el concepto de familia? No hay una realidad estadística sobre este punto y el número de familias criadas por mujeres solas está creciendo rápidamente. Una familia más frágil es una familia que tiene, a veces, sin deseo de la mujer, menos amor que dar. Está en aumento la separación y el divorcio. El problema judicial más fuerte del país son juicios por alimentos, papás que no brindan recursos económicos a sus hijos, lo que es un acto de desamor. Sería muy interesante mirar la estadística y las políticas con los ojos de las mamás para entender que es lo que falta hacer. Este debe ser el punto de partida para superar estos altos índices de violencia que recientemente hemos sido testigos.

No hay muchos estudios al respecto, pero hay una investigación pequeña de un colega en San Marcos que estudia a violadores de niños de más de 60 años que purgan prisión, y encuentra tres cosas: primero, ninguno tiene culpa; todos conocían a la víctima; y todos tenían un problema de familia disfuncional, de falta de afecto en la niñez o violentados cuando eran niños. Se normaliza la violencia en un niño que siempre trata de imitar a la gente que tiene cerca, tanto padres y madres, con muchos padres ausentes y padres violentos. 

El tema es un cambio cultural profundo, lo llamaría reconversión cultural, y eso es importante porque a los peruanos les encanta decir que otros tienen que hacer las cosas. No creo eso, nosotros tenemos que empezar a hacerlo desde lo cotidiano. Tengo tres nietos maravillosos y me doy cuenta todos los días de que mi hija es una madre perfecta. Ella dice yo soy 80 por ciento amor y 20 por ciento transpiración. Y esa es la fórmula perfecta de moverse.

 

Es un término que hace tiempo no escuchaba y nos hace pensar de una forma más creativa. Esa idea de reconversión hacia el afecto, la solidaridad y la cohesión es un tema fundamental. En segundo lugar, las cosas que me parecen que ilustran este asunto de forma más clara es ¿qué hace a un hombre echarle gasolina a una mujer y prenderla, qué cosa hay detrás de eso? A nadie en su sano juicio se le ocurre hacer algo así. 

Creo que pediría liderazgo en valores. Tengo dos ideas: ciudadanía no solo es tener derechos, es tener responsabilidades, pensar en tus acciones diarias y qué cosas puedes hacer para fomentar esta idea de cohesión, reconversión, solidaridad, y especialmente en el entorno. Y lo segundo es que detrás de esta lucha por la corrupción hay valores, pero hemos trivializado el tema preguntándonos si el proceso está bien hecho, y no estamos viendo el tema de fondo: ¿Por qué la corrupción es tan dañina? porque es un acto de desamor, es falta de amor. 

El último cálculo es de 17 mil millones de soles como coste de la corrupción. Cuántos niños puedes atender con esa plata, cuántos colegios puedes mejorar, cuánta salud hay. Hay dinero, lo que no hay es voluntad y afecto.