Edición 14
Diciembre de 2009
ÍNDICE
Comparta sus comentarios
Links que vale la pena visitar
ENTREVISTA
Compartir en facebook

Rosa María Alfaro, comunicadora

“La televisión tiene que ser educativa desde la diversión”


Entrevista: Manuel Bonilla



Comunicar y generar ciudadanía es el quehacer diario de la directora de Calandria, Rosa María Alfaro. Comunicadora y profesora universitaria, ha participado como ponente en innumerables congresos y seminarios en Latinoamérica. En la siguiente entrevista, Alfaro habla sobre la televisión y su relación con la educación y la infancia. ¿Educar o entretener? Ese ha sido el eterno debate acerca del rol de la “caja boba”. Rosa María Alfaro propone el “edu-entretenimiento” como la respuesta más conciliadora.

¿Cómo es vista la infancia desde la televisión?

En los últimos tiempos, como un sector que no jala dinero. Recordemos que lo que sustenta un programa de televisión es la publicidad. El rating no es otra cosa que una llamada de atención para los anunciantes, que deberían tener un papel más importante en la discusión acerca de la televisión que queremos para nuestros niños. Antes, por ejemplo, el niño les pedía a sus padres que le compren tal o cual juguete. Esa figura ha ido desapareciendo debido a que hoy los niños son más independientes y, sobre todo en la clase media y popular, ya no hay dinero para juguetes, salvo en esta época de Navidad. La televisión de estos días es una televisión destinada para la familia y no tanto para los niños. El niño, como sujeto de comunicación especial, ha desaparecido.

¿Deberían producirse más programas solo para niños?

Me parece fundamental que existan programas para niños, porque eso significa volverlos a colocar como actores importantes, independientemente de la calidad del contenido, que ya es otra historia. La programación para niños en la televisión no debe ser solo dibujos animados, sino que debe buscar y alentar producciones y deseos de ellos: utilizar la propia creatividad infantil para conocerlos más a fondo, pero también para recoger algunas de sus propuestas. Cuando un niño se involucra de esa manera puede ser más crítico al ver la televisión.

¿La televisión tiene tanta importancia como la que le estamos dando?

Claro. Tiene importancia gracias a la imagen y el sonido, pues vivimos en una sociedad donde la escritura es secundaria, casi vista como un mal necesario. El lenguaje audiovisual es, todavía, el más amplio del mundo. Y, además de estimular los sentidos y provocar emociones, existe una relación sincrónica entre el individuo y la pantalla.

¿Esa relación es únicamente de entretenimiento?

Creo que un niño prende el televisor para entretenerse, para reírse, para pasar un buen rato y para compartir con sus amigos eso que ha visto. No considero que lo prendan para aprender, pero, sin embargo, aprenden.

En algunos hogares, la televisión cumple la función de “niñera”. Le dejan la televisión encendida al niño para que esté tranquilo…

Yo no creo que esa función de niñera sea “real”, porque los niños se desempeñan por sí mismos frente a la televisión: ellos escogen, ellos buscan; aunque existen padres que ponen restricciones y prohíben ciertos contenidos. Una niñera es alguien que te cuida y la televisión no hace eso. Sí te acompaña, te distrae.

¿Qué rol debería tener la televisión en la sociedad?

Hay que exigirle que sea estimulante, que los niños se sientan interpelados y tomen posición, y que la televisión sirva para que vayan perfilando su identidad y sus decisiones. Para ello se requiere un estudio para conocer los dilemas, desengaños, miedos, frustraciones y angustias de los niños, y que se vean representados en la pantalla. Así el niño tenderá a ser un personaje más activo al ver la tele y podrá decir “eso es mentira” o “qué buena idea”.

¿Eso quiere decir que en el Perú la televisión sigue siendo una “caja boba”?

Diría que es una caja fácil. Todo lo que se produce no tiene mucha inversión, es fácil de hacer, es muy simplista y tiene poca imaginación. La meta es buscar un contenido que sea “edu-entretenido”. Eso significa un contenido educativo desde la diversión; es decir, lo educativo tiene que adaptarse al entretenimiento. El educador debe estar dentro de los discursos, no hacer los discursos porque eso sería aburrido, insufrible.

¿Cómo concebiría un programa educativo para niños que no sea aburrido?

No subvalorándolos, no mostrando “simplonadas”. Desde el inicio tienen que existir conflictos y ver cómo se resuelven; así es la vida real. No se debe perseverar en la idea de darles el modelo del personaje bueno y malo. Este último, al inicio, es terrible, y solo al final es derrotado. Esas estructuras son nocivas. La responsabilidad en la televisión no solo se trata de si se exhibe un cuerpo desnudo o no, sino qué campo de compresión permite la televisión. En el caso de una serie para niños, tendrías que ponerle mucho peso al cómo va a continuar. En eso tiene que estar implícito algún tipo de valores en disputa; no tiene que ser un rollo aburrido o solemne. Los niños tienen que adquirir un protagonismo al poder ser transformadores del cambio. Se necesita repensar la infancia, pues se tiene una noción del niño como un pequeño adulto. Eso es falso, pues además de tener los niños y los adultos distintos intereses y aficiones como resulta obvio, tienen un camino de vida totalmente diferente, sobre todo por los cambios vertiginosos que se dan en la sociedad.

¿Se debe invertir en una televisión de calidad para los niños así como se destinan recursos para programas de salud y nutrición?

Claro que sí. Primero, debería hacerlo el canal 7. Es decir, debe ser una inversión del Estado. Por ejemplo, en Chile existe una comisión gubernamental, formada por gente que no es del gobierno, que organiza concursos públicos anuales donde se "licitan" los recursos para invertir en un año de producción de los mejores programas piloto de todos los rubros, incluido el infantil. Entonces, ¿por qué aquí no? Es fundamental que los niños también sean el público y el tema privilegiado sobre el que todos debemos discutir.

IR AL ÍNDICE

inversión en la infancia
Av. José Ramirez Gaston 235 Miraflores. Lima, Perú | 422-4241 | contacto@inversionenlainfancia.net