Para el Consejo Nacional de Educación, la importancia ética y social, pero también política y económica, de la inversión en la primera infancia siempre ha estado fuera de toda duda.

Es por eso que el primer objetivo estratégico del Proyecto Educativo Nacional, aprobado y oficializado el 2007, se inicia planteando a la primera infancia como una prioridad nacional. Prioridad que supone políticas públicas efectivas que garanticen los derechos a la vida y a la educación desde el nacimiento para toda la infancia, empezando por la más pobre y excluida, a través de oportunidades de calidad para que alcancen su óptimo desarrollo.

A todos nos preocupan los malos resultados que produce nuestro sistema educativo nacional, pero pareciera que hemos olvidado una verdad elemental: somos un país con profundas desigualdades sociales y si no garantizamos a todos los niños un buen inicio en la vida, estamos sembrando la semilla del fracaso. Es decir, estamos sembrando de obstáculos el camino de su posterior desarrollo intelectual, afectivo y social, así como de su propia realización personal. La primera infancia es un periodo colmado de oportunidades para el desarrollo de las aptitudes de las personas. Invertir en ellas es invertir en el potencial humano de un país.

La experiencia internacional lo demuestra: todo país que aspira a crecer y desarrollarse económica y socialmente, tiene que invertir en su gente, garantizándole salud y educación, multiplicando sus oportunidades -desde muy temprana edad- para desplegar al máximo posible todo el potencial humano del que son portadores. No hay inversión más estratégica para el desarrollo de un país que la inversión en su infancia.

No es una inversión que tenga que esperar la bonanza fiscal producto de un crecimiento económico acelerado y abundante, es más bien su condición, su necesario punto de partida. Queremos un país equitativamente desarrollado, es decir, cuyo progreso sea para todos, y que pueda ser sostenido a largo plazo por un pueblo más y mejor educado, no por élites sobre calificadas.

El Encuentro Nacional «Inversión en la Infancia, factor clave para erradicar la pobreza», organizado por el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, es una prueba tangible de todo lo que los ciudadanos podemos aportar en esta perspectiva, en colaboración y complementariedad con la indispensable acción del Estado, cuando sumamos voluntades, esfuerzos, pensamiento y ambición.

Necesitamos vislumbrar e implementar soluciones, no paliativos, a los problemas que afectan a nuestros niños más pequeños, sobre todo a aquellos que padecen mayores desventajas sociales. Hay que hacerlo, además, asumiendo los costos de esa decisión con convicción genuina, pues allí donde hay más pobreza se requiere invertir más todavía.

Para el Consejo Nacional de Educación, la educación, la salud y el desarrollo pleno de la primera infancia es un compromiso con un derecho elemental de todos los niños peruanos, sin excepción ni atenuantes. Pero es también un compromiso con nosotros mismos, es decir, con las posibilidades de llegar a ser un país con un desarrollo nacional basado en el auténtico bienestar de todos sus habitantes.

Andrés Cardó Franco,director del curso de Post-Grado de Audición - Lenguaje y Problemas de Aprendizaje en la Universidad Católica, así como vice presidente de Foro Educativo. Se especializó en Administración de la Educación y Desarrollo de la Comunidad en el extranjero.