ÍNDICE
|
OPINION
Inclusión educativa o segregación por "alto rendimiento"Por: Manuel Bello*
El Informe publicado el 4 de diciembre por UNESCO sobre los resultados de TERCE (Tercera Evaluación Regional de la Calidad Educativa), comienza así en su primer párrafo: “En América Latina y el Caribe, la cobertura y el acceso a la educación han alcanzado un progreso considerable y reconocido internacionalmente. Sin embargo, esto no es suficiente para cumplir con el derecho a la educación. Este derecho consiste en tres elementos: el acceso a una escuela, el derecho a aprender y escuelas inclusivas, capaces de atender la gran diversidad que caracteriza a los estudiantes, y de aportar a todos lo necesario para un logro educativo adecuado.” (el resaltado es mío).
¿Por qué, si la tendencia internacional es a construir escuelas inclusivas, el Ministerio de Educación del Perú se empeña en crear colegios exclusivos para estudiantes con alto rendimiento (COAR)? En este sentido, el llamado “Colegio Mayor” ya es un mal ejemplo de segregación y privilegio con dinero del Estado (de todos los peruanos). Ahora se quiere replicar esta experiencia en todas las regiones del país.
La obligación del Ministerio de Educación es garantizar el derecho a una educación de buena calidad a todos los y las estudiantes de la Educación Básica, sin discriminación. Además, tiene que asegurar que el sistema escolar contribuya a fortalecer la integración, la cohesión social, la convivencia democrática, la valoración y el respeto de la diversidad; la inclusión social (objetivo mayor del actual gobierno) no se va a lograr segregando a los mejores estudiantes en colegios especiales. Para ello, la experiencia escolar tiene que ser concebida como una historia de grupos de aprendizaje (promociones) que inter-aprenden, colaboran, conviven y construyen juntos el éxito personal y académico de todos, con el apoyo de sus docentes; no se debe percibir como un campo de competencia entre individuos, con unos pocos destinados al éxito y muchos condenados al fracaso y a la resignación o la amargura.
El argumento del Ministro Saavedra es que se quiere atender por separado las necesidades particulares de los estudiantes con alto rendimiento, y que ésta también es una forma de inclusión y garantía de derechos. Este es el argumento que se usó para justificar el apartheid en Sudáfrica (“las necesidades son diferentes y es mejor atenderlas por separado”) y es el mismo que se usa para mantener hasta ahora algunos colegios solo para mujeres o exclusivos para varones. En un sistema escolar democrático los diferentes estudian juntos, no separados. El desafío del sistema escolar y de cada escuela es atender las necesidades educativas de sus estudiantes, tomando en cuenta la diversidad cultural y sus particularidades individuales. Este criterio aplica tanto para los géneros, como para las discapacidades y para los talentos.
A todo ello se suma la evidencia de los resultados de la investigación educativa y de los sistemas escolares más avanzados. La investigación ha demostrado que el llamado “efecto par”, o influencia mutua entre los estudiantes de una promoción o grupo de aula, es muy importante para el aprendizaje, tanto de habilidades académicas como de las llamadas “habilidades blandas”. Por ello, separar a los estudiantes de alto rendimiento en colegios segregados perjudica a los demás integrantes de sus promociones y los priva a ellos mismos de aprender de los demás integrantes de sus escuelas de origen. La investigación también demuestra que permanecer en colegios integrados, con estudiantes diversos, no perjudica a los estudiantes talentosos o de alto rendimiento. Al mismo tiempo, en las evaluaciones internacionales los sistemas escolares con mayores niveles de eficacia y equidad son al mismo tiempo los menos segregados, los que mantienen y promueven escuelas inclusivas e integradoras.
La iniciativa de atender a las necesidades particulares de los estudiantes con alto rendimiento es, sin duda, plausible. Como lo es también el esfuerzo por atender las necesidades diferentes de estudiantes con discapacidades, y las de aquellos que pueden desarrollar otros talentos, no necesariamente académicos. Pero, la manera de hacerlo separando a los estudiantes en colegios diferentes o especiales en función de la naturaleza de sus necesidades es propia de una época superada; es un modelo que trajo más problemas que beneficios y que contradice los valores y los conceptos de la inclusión educativa, de la Educación de Calidad para Todos, del Proyecto Educativo Nacional, de la Ley General de la Educación, del Acuerdo Nacional y –finalmente- de la democracia y la cohesión social.
El enorme presupuesto que se está destinando para el colegio “mayor” y los “Colegios de Alto Rendimiento”, puede ser mejor utilizado para atender a los estudiantes con alto rendimiento, a otros estudiantes talentosos y a los niños y niñas con otras necesidades educativas especiales, en sus propios colegios de origen y no en colegios segregados. Un gran programa nacional de fortalecimiento –en todo el sistema escolar- de las capacidades para identificar y atender esas necesidades en cada institución educativa, con apoyo de personal especializado, acompañamiento apropiado a los docentes de aula, con horario extendido, con actividades diferenciadas dentro y fuera del horario regular de clases y otras estrategias pertinentes, permitiría que cada estudiante desarrolle al máximo sus potencialidades.
Señor Ministro de Educación: aún estamos a tiempo. No cometamos como país el error de aumentar la segregación escolar, cuando otros países están regresando con gran esfuerzo de modelos escolares altamente segregados, que han originado serios problemas educativos y sociales. Todas las instituciones serias, incluyendo a la UNESCO (ver informes de SERCE y de Educación para Todos) y la OCDE (ver informes de PISA) recomiendan optar por sistemas escolares inclusivos, integradores, con escuelas que atiendan la diversidad y construyan ciudadanía democrática, en las que los niños y niñas y adolescentes crezcan TODOS JUNTOS.
*Manuel Bello, educador, miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia
|