Edición 7
Setiembre de 2009
ÍNDICE
Comparta sus comentarios
Links que vale la pena visitar
OPINION
Compartir en facebook

Inversión en la infancia: ¿Cómo vamos?

Por: Maruja Boggio

Creciente conciencia de la prioridad de atención a la infancia, pero débiles resultados en la mejora de los servicios que los atienden.

Esta última década se ha venido desarrollando una creciente conciencia pública de la importancia de la atención a la infancia, la que inicialmente se ha expresado en la aprobación de un conjunto de normas protectoras (Código del Niño y el Adolescente-2000), así como de planes y diseño de políticas que priorizan el derecho superior del niño. Sin embargo, ha persistido una enorme distancia entre las normas, planes y políticas, y su concreción en la mejora efectiva de los servicios públicos que deben atenderlos. Las mejoras son lentas, con marchas y contramarchas, lejanas del sentido de urgencia que la situación requiere.

Los Programas Presupuestales Estratégicos: Una oportunidad para priorizar la inversión en la infancia.

Una de las razones de este desencuentro entre normas, planes y mejora efectiva de los servicios necesarios para implementarlas, es la inconsistencia entre lo que proponen los planes y lo que se efectiviza finalmente en los presupuestos (diseñados de manera inercial y desconectada de los planes). Esto está vinculado a serios problemas de desarticulación e inmediatismo al interior del Estado, pero también a desorden y corrupción, lo que tenemos que conectar con la necesaria voluntad política de los responsables a distintos niveles para concretar efectivamente lo que se propone en los planes, incidiendo en la reforma y reorientación práctica de la administración pública.

Como una manera de enfrentar estas trabas en la gestión pública, en el año 2008, resultado de una feliz concertación entre funcionarios públicos, congresistas y movimientos ciudadanos, se empezaron a implementar cinco Programas Estratégicos, orientados a priorizar la atención a la primera infancia en una lógica de gestión presupuestal por resultados, vinculando metas (resultados) con mecanismos presupuestales para efectivizarlas.

Cinco resultados claves a lograr en la calidad de vida de los niños.

Estos programas priorizan la asignación de recursos públicos a cinco resultados sustantivos para mejorar la calidad de vida de nuestros niños. El gobierno se comprometió en lograr metas de mejora en cada uno de estos aspectos.

Resultado: Reducción de la desnutrición crónica infantil. Brecha en el 2007: 22.6% niños con desnutrición crónica. Meta al 2011: Reducir a 16%.

Resultado: Reducción de la mortalidad y enfermedades materno-neonatales. Brecha en el 2007: 164 muertes maternas por 100 mil n.v. / 15 nacidos vivos mueren por mil n.v. Meta al 2011: Reducir a 120 / reducir a 15.

Resultado: Mejora de los aprendizajes en lecto-escritura y matemáticas en el 3º ciclo de educación básica. Brecha en el 2007: Solo el 16% logra aprendizajes esperados en lecto-escritura. Solo el 7.2% lo hace en matemática.

Meta al 2011: Incrementar resultados en lecto-escritura al 35%. Incrementar resultados en matemáticas al 30%.

Resultado: Registro de identidad. Brecha en el 2007: Aproximadamente 5% menores de 18 años sin registro. Meta al 2011: n.d.

Resultado: Mejorar el acceso a los servicios públicos esenciales (v. terrestre).

Brecha en el 2007: Tiempo de acceso a servicio de salud: 46 minutos. Meta al 2011: Reducir a 35 minutos.

Asimismo, la Ley de Equilibrio Financiero señala que la inversión en estas prioridades es protegida (no se reduce) y prioritaria hasta cerrar las brechas existentes en estos servicios.

Si bien existen diversos rubros que atienden directamente la calidad de vida de los niños y que no están contemplados al interior de los cinco Programas Estratégicos señalados, vamos a ver cómo ha evolucionado la inversión en estos cinco resultados priorizados a nivel nacional.

¿Cuánto hemos avanzado?

Entre el 2008 y el 2010 la asignación presupuestal a estos cinco Programas Estratégicos se ha incrementado en 1,129 millones de soles (pasando de un total de 2,726 millones a 3,777 millones), lo que representa un incremento del 29%. A la vez, sabemos que los recursos públicos también crecieron significativamente en estos años; entonces, cabe preguntarnos: ¿Cuánto se priorizaron efectivamente estos cinco Programas Estratégicos?

En el 2008 la asignación presupuestal en estas prioridades representó el 3.8% del total del Presupuesto Público, en el 2009 el 4.4% y en el 2010 el 4.9%. Vemos que la priorización avanza, pero lentamente. ¿Es suficiente este ritmo para lograr las metas?

La exposición de motivos del actual proyecto de ley de presupuesto para el 2010 sostiene que si se mantienen las mismas tendencias seguidas:

1) No se alcanzará la meta de reducción de la desnutrición infantil a 16%, pese a que se han logrado mejoras en este resultado, lo que exige esfuerzos adicionales en este programa.

2) No se alcanzará la meta de atención institucional al 70% de nacidos vivos, a pesar de las mejoras en la atención.

3) No se alcanzará la meta de logro de los aprendizajes esperados en el 35% y 30% de niños, a pesar de iniciales avances.

4) No se alcanzarán las metas de acceso a agua potable y saneamiento en hogares rurales (indispensables para la salud infantil). La excepción en el logro de estos programas la plantea la mejora de resultados en la reducción de la mortalidad infantil, que se redujo de 15 por mil nacidos vivos en el 2007 a 11 en el 2009.

Si bien es importante lograr las metas nacionales, sabemos que la exclusión y la pobreza son desiguales en nuestro territorio. ¿Está favoreciendo a todos por igual esta inversión en la infancia? Una buena orientación de estos programas es que han priorizado la inversión en cuatro regiones con mayores índices de pobreza. Pero está pendiente la atención a zonas de gran exclusión en el acceso a servicios, como las regiones amazónicas, y una mejor atención a las zonas rurales.

Finalmente, en relación a la descentralización en la asignación de recursos, las posibilidades de introducir mejoras en los servicios y atención a la infancia se concentran principalmente en el gobierno nacional, quedando poco margen de maniobra a los gobiernos regionales, ya que la gran mayoría de los recursos que les están asignados son para el pago inercial de la planilla ya existente. La ruta seguida en este período ha sido contradictoria: En el 2008, el gobierno nacional concentraba el 68% de los recursos de estos cinco programas, en el 2009 bajó al 57%, y en la programación del 2010 los recursos se vuelven a reconcentrar, controlando el gobierno nacional el 65%.

Mejor ritmo y ampliación de la ruta

Si bien estos Programas Estratégicos han logrado avances en la inversión en la infancia, es necesario ir perfeccionando esta ruta para cubrir las brechas con mayor oportunidad para la vida de los niños y lograr las metas nacionales establecidas:

1) Dándole un ritmo más rápido al crecimiento de la inversión en estos programas (no se atienden aún déficit dramáticos en personal y niveles mínimos de calidad en zonas rurales).

2) Mejorar la equidad en la asignación, atendiendo al conjunto de las zonas más excluidas, particularmente las zonas de la selva y las altoandinas.

3) Mejorar los procesos de gestión y sistemas administrativos involucrados para que los recursos no se pierdan en el camino sin concretarse en la oportuna mejora del servicio público.

4) Favorecer la descentralización de estos recursos hacia los gobiernos regionales, que son los responsables directos en la gestión de los servicios de salud y educación, fortaleciendo a la vez sus capacidades de gestión y los canales y procesos de vigilancia ciudadana en el territorio.


Maruja Boggio, socióloga y ex vice ministra de Desarrollo Social del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social. Ha formado parte del Comité Ejecutivo Nacional de la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza.

IR AL ÍNDICE

inversión en la infancia
Av. José Ramirez Gaston 235 Miraflores. Lima, Perú | 422-4241 | contacto@inversionenlainfancia.net