Edición 12
Noviembre de 2009
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Por una Educación para todos

Foro: “El derecho de los pueblos indígenas a una educación de calidad”

En el marco de este foro, organizado por el Grupo Impulsor de la Educación en Áreas Rurales (GIEAR), se debatió la importancia y vigencia de la educación intercultural bilingüe (EIB) como herramienta fundamental para generar ciudadanía y una idea de Nación. Reconocerse como diversos fue la primera lección de este encuentro, realizado los días 26 y 27 de noviembre, que busca implementar con recursos, infraestructura y compromiso una educación de calidad para todos y en particular para las poblaciones indígenas del área rural y amazónica. Aprovechamos la oportunidad para conversar con Maruja Boggio y Elena Sánchez, coordinadoras de este foro, acerca de la precaria situación de indiferencia que se respira en nuestro país con respecto a la educación y sobre la importancia de invertir en esa primera etapa como una apuesta para el desarrollo de la sociedad.

Hace una semana se celebraron los 20 años de la Convención de los Derechos del Niño, donde también figura este derecho vital a la educación, y en el país también se han llegado a acuerdos importantes. Si existe una base legal sólida ¿Qué es lo que falla? ¿Dónde se estanca el proceso?

MARUJA BOGGIO (MB): En realidad, hay un déficit de atención del Estado a la política educativa que viene de décadas atrás. No ha existido una priorización efectiva y recientemente, al ser acompañados de un crecimiento económico más auspicioso, se ha empezado a mirar de vuelta las políticas sociales, entre ellas la educativa. Son pasos iniciales, por ejemplo que el gobierno se ponga metas en términos de aprendizaje. Sin embargo, la dimensión del problema y el retraso de una educación pertinente y de calidad son abismales. Todavía no existe la suficiente voluntad política para ir a un ritmo mucho más potente, más urgente. No podemos ir poco a poco porque cuando los niños no reciben educación están perdiendo la oportunidad de su vida. Un niño no es un número más. Tenemos que impulsar, y ese es uno de los objetivos de este foro, este sentido de urgencia al atender estos problemas no solo del acceso de la educación sino a una educación de calidad y adecuada a la diversidad de situaciones, geográficas y culturales, que viven los niños.

Existe, además, una coincidencia casi trágica: esos sectores que no reciben educación de calidad o incluso no tienen acceso seguro a la educación, son los mismos que se encuentran olvidados en el mapa, los que tienen más necesidades. Entonces, ¿cómo abordar el tema de la educación?

ELENA SÁNCHEZ (ES): Ciertamente, pasa por un tema de inversión. Hay acuerdos, el aspecto normativo existe, se hablan de cifras, como que el 6% del presupuesto público destinado a la educación resolvería el problema; sin embargo, el gobierno, cada vez que se discute el presupuesto público para el año que viene, no toma en cuenta estos acuerdos. A nivel latinoamericano, somos el país que menos recursos destina a la educación. Debemos, entonces, enfocar la educación de la manera más amplia, pues tiene que ver con el tema de la salud, de la alimentación y, en este caso específico, de la educación intercultural bilingüe (EIB), con el territorio. Tenemos muchas diferencias en el país, pero los mismos derechos. Estos eventos previos, tanto de la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza como de la Iniciativa Inversión en la Infancia, han tenido una incidencia muy fuerte en el tema del presupuesto 2010 y, sobre todo, en la orientación que debe tener la inversión: los niños primero. Porque se forma un círculo vicioso, si no atendemos a este grupo más vulnerable, los pobres seguirán siendo los mismos y esos niños serán los pobres de mañana.

¿Por qué, si su importancia es tan evidente, no se avanza en el tema educativo en primera infancia y en las áreas rurales?

MB: Hemos señalado dos razones: la falta de asignación de recursos para elevar la calidad y facilitar el acceso a la educación, y la necesidad de una acción intersectorial entre distintas intervenciones. Y, sin embargo, si aún no conciliamos algo que resulta tan obvio es por la voluntad política y social. Detrás de eso, subsisten además dos problemas más culturales: la discriminación y la subvaloración a la diversidad cultural que hay en el país.

Eso estuvo presente en el testimonio de la estudiante de Tinta (Cusco), Vilma Mamani: “En el colegio me decían que tenía que aprender castellano para que me respeten”.

MB: Exacto. Hay un gran sector de la población, poseedor de una identidad más andina, más indígena o más mestiza, que es discriminado. También con el rol del productor rural, relegado solo a tareas manuales y no intelectuales. No es valorada de igual manera la labor que se realiza en el campo que la que se hace en la ciudad. Existe, entonces, una concepción cultural discriminadora que mella esa voluntad política o cualquier clase de compromiso. No existe todavía una conciencia sólida de lo que significa construir ciudadanía en el país. No nos percibimos como iguales y las políticas favorecen a los sectores de mayor poder, los que son considerados “que valen más”. La otra razón, mencionada por Carlos Iván Degregori, es que todavía se actúa desde el Estado con una lógica de pensamiento único, centralista. Las políticas que se diseñan en Lima, piensan, debe responder a una sola concepción, un solo enfoque. En un sentido más democrático, deberíamos afirmar que definir políticas educativas, por ejemplo, es incorporar lo diverso del país. Y para incorporar ello se debe involucrar la consulta, la participación y el diálogo. Eso significa concertar y cambiar la perspectiva acerca de cómo se hace política.

Es un tema de prioridades, es decir, se compran laptops para los niños pero no se construyen Wawasis ni se implementa centros educativos.

ES: Pasa por una redefinición y un entendimiento acerca de quiénes conformamos el Estado, que somos todos nosotros. Lo que el GIEAR pretende en esta mesa donde se articulan esfuerzos es plantear propuestas y asumir el rol que nos toca como sociedad. Vivimos un proceso de descentralización y miramos a nuestras regiones como espacios autónomos que deben tomar las decisiones más urgentes de acuerdo a sus necesidades; sin embargo, el Estado con el presupuesto 2010 ha vuelto a centralizar los recursos. Se han transferido las funciones a las regiones pero no los recursos. Cada vez que damos dos pasos hacia adelante, el gobierno retrocede tres.

Un primer paso es la consulta, la concertación. De ahí, ¿qué viene?

ES: Tiene que existir una instancia ejecutora que asuma las propuestas y recomendaciones a las que llegamos después del debate. Es además una instancia de gobierno, el Ministerio de Educación, la que tiene que tomar cartas en el asunto. Todo este proceso debe ser monitoreado por observatorios ciudadanos que vigilen que las acciones se realicen y sean efectivas.

MB: Cuando trabajamos propuestas, o como es el caso de este foro en particular, acciones para avanzar, no debemos pensar que está empezando la respuesta con nosotros, ni con nuestro evento ni con los personajes que convocamos. Hay procesos que están en marcha y la calidad de las propuestas va a estar en relación con la capacidad de insertarse en esos procesos. Tenemos que ver por dónde están esas dinámicas de cambio y transformación en el país, por dónde avanzan. A nivel de la sociedad civil, hay empeños y esfuerzos muy interesantes para discutir, para precisar; pero también desde el Estado, se están realizando acciones. Si siempre vemos al Estado como un cero, entonces ¿por qué nos tendrían que escuchar ahora?

Es un tema de prioridades, es decir, se compran laptops para los niños pero no se construyen Wawasis ni se implementa centros educativos.

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