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ENTREVISTA
Necesitamos una reforma de justicia que empiece por los más frágiles, las niñas, niños y adolescentesNecesitamos una reforma de justicia que empiece por los más frágiles, las niñas, niños y adolescentesLa exministra de Justicia, Marisol Pérez Tello, evalúa en esta entrevista el papel de la justicia peruana en favor de la infancia y niñez, cómo enfrentar mejor los casos de violencia y cuál debe ser el rol de los actores sociales. Doctora, sabemos que la mayor carga procesal son temas de familia. En ese caso, ¿quiénes son las víctimas? Sin duda, las mujeres, niños, niñas y adolescentes. Sin duda. El 50 % de la población, cuando hablamos de mujeres. La tercera parte de la población cuando hablamos de niños, niñas y adolescentes. Estamos hablando de muchísima gente que padece por un sistema de justicia anquilosado, que no llega a todo el país, donde hay mucho papel, pero no hay tanta justicia. Es una pregunta que debería dolernos a todos, porque detrás de esa demora no solo hay cifras que traen consecuencias. Detrás de esto hay caras, hay niñas que se quedan sin comer por un juicio de alimentos dilatado, una niña ultrajada. Creo que debemos entender que cuando se habla de justicia en el Perú hemos perdido de vista que detrás de la eficiencia o ineficiencia hay gente. Tendríamos que empezar a atender de forma más inteligente. Por ejemplo, empezar con los juicios de alimentos, que es un sistema más fácil y permitiría que no se congestione el sistema. Finalmente, debemos entender que no es un problema, es el sistema que no está funcionando. Para eso creamos un Estado de derecho, para eso pagamos impuestos, para recibir del Estado claridad en cuál va a ser la conducta del otro. El poder de los Estados se concentra en la capacidad de hace cumplir la ley. Cuando un Estado no tiene la capacidad de hacer cumplir la ley, pasan los linchamientos, justicia en mano propia. Si no sentimos esa presencia, la tentación de tomar la justicia por mano propia es muy grande. ¿Qué hacer, doctora, para darles justicia a las niñas y adolescentes que aún no la encuentra? Primero, creo que es ser conscientes de que esto existe, está ahí, que no es un gobierno u otro, sino que necesitamos una reforma a largo plazo, que debe empezar y poco a poco ir consolidándose. Sin duda, ¿por dónde tiene que empezar esta reforma? Por los más frágiles del sistema, las niñas, niños y adolescentes. Para empezar, las prioridades en las decisiones de reforma, de financiamiento, de presupuesto tendrían que estar orientados en los más débiles. Me encantaría que fuese solo eso, pero no. Es que para que exista transparencia, primero debe existir información. ¡La información ni siquiera existe! Si no existe, ¿cómo tomas decisiones de políticas públicas? Primero, las autoridades deben generar información para que, en función de esta, se pueda actuar. ¿Cómo sabes en dónde ha nacido un niño con anemia, que corre peligro una niña o adolescente violentada? Creo que cuando veamos un niño violentado, con anemia, con desnutrición, no pensemos que es un niño ajeno, pensemos que es nuestro hijo. Y, sobre la base de eso, comencemos a preocuparnos. Pensemos que no tienen a nada ni a nadie más que a nosotros. Si nos desentendemos de ellos, que son lo más frágil de la sociedad, no tenemos futuro como país. |