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ENTREVISTA
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Carlos Eduardo Aramburú, antropólogo

“El reto para cerrar las brechas en desnutrición y anemia infantil es empezar a trabajar con los alcaldes”

Entrevista: Fernando Gamio

"El reto del 2015 es convertir lo que es una política nacional relacionada a la primera infancia en una política local", afirmó Carlos E. Aramburú
El antropólogo, profesor de la Universidad Católica y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, Carlos Eduardo Aramburú, hace un balance sobre las políticas dirigidas a la primera infancia durante el año 2014 y los retos para el 2015. Resalta la importancia de trabajar “desde abajo” con los gobiernos locales, a fin de convertir las políticas nacionales dirigidas a la infancia, como el combate contra la desnutrición y anemia infantil, en políticas locales, para cerrar las brechas que existen en el país. 

¿Cuál es su balance de las políticas dirigidas a la primera infancia en el 2014? 

Se han dado avances y retrocesos. En cuanto a la política en general, hay avances. Leí comentarios del ex presidente, Alan García, que no me parecen justos. Él sostuvo que la reducción de la pobreza ha sido inferior a lo que se dio en su gobierno, eso es cierto, pero teníamos una pobreza de 48 por ciento. Es más fácil bajar la pobreza de 48 a 28 por ciento, que hacerlo de 28 a 18 por ciento. Eso hay que tenerlo en cuenta…

¿Y la primera infancia?

En cuanto a la primera infancia, lo que ha ocurrido en el 2014 es que los indicadores han ido mejorando, pero a un ritmo más lento, incluso ha habido casos en donde hubo un deterioro, sobre todo en cuanto a la anemia infantil, especialmente en algunas regiones del país, como las amazónicas, lo cual nos debe preocupar. En un país tan heterogéneo como el Perú, importan no solamente los promedios nacionales, sino también las brechas; hay que echarle mucho ojo a este tema. En el 2014, las brechas en desnutrición infantil no disminuyeron, pese a que en el promedio hubo ligeras mejoras. El principal problema es de gestión.

¿Qué ha faltado para que el Estado tenga una mejor gestión en los programas dirigidos a la primera infancia? 

Falta un liderazgo más claro y un compromiso más operativo. No es que no existan intentos, he estado durante un mes en la región Loreto y menciono un caso muy particular e interesante del distrito de Mazan, en la provincia de Maynas: en este distrito el alcalde ha creado, dentro del municipio, una unidad para la primera infancia, con un médico a cargo, que hace un seguimiento individualizado a cada niño menor de cinco años, cualquiera sea su condición, capacitan a las madres y las acompañan de tal manera que se hace vigilancia no solamente a las familias, sino a toda la comunidad. Esta es una medida muy importante que esperamos tenga grandes resultados. Debemos promover que las autoridades y la población se involucren y tomen en serio el tema de la primera infancia, desde el alcalde hasta las propias madres de familias. Lo que tenemos que empezar ahora es un trabajo de filigrana, de ir al detalle. Las políticas nacionales existen, el tema es empezar de abajo hacia arriba, con las familias, con la comunidad, con el distrito. El reto para cerrar las brechas en desnutrición y anemia infantil es empezar a trabajar con los alcaldes, que deben tomar en serio este tema. 

¿Se puede decir que la infancia ha estado en la agenda política?

Depende. No ha estado en la agenda de todas las autoridades como que debió estar, aunque sí ha estado en la agenda política del gobierno central. Lo importante es que esté en la agenda política de todos los distritos, especialmente en aquellos distritos que tienen indicadores negativos en infancia. Hay muchos distritos en los cuales el tema de la primera infancia ni siquiera está en los registros. Pero hay otros lugares en los que sí se ha trabajado a favor de la primera infancia, como el distrito de Mazan en Loreto, al cual reitero mi felicitación, pero también el Gobierno Regional de Piura, que ha hecho un trabajo muy interesante con el programa Familia Feliz, que trabaja con hogares con niños muy pequeños. Esos ejemplos deben ser difundidos e imitados por otras regiones, provincias y distritos.

¿Frente a este panorama, cuáles son los principales retos para el 2015?

Hay que comenzar a trabajar los temas relacionados a la primera infancia a nivel distrital. En cada distrito los niños y las familias viven en condiciones muy particulares, muy específicas, en cuanto a abastecimiento de agua, saneamiento, acceso a vacunas, educación inicial, parto seguro de las madres, planificación familiar, entre otros temas. Debe haber un compromiso no sólo de las autoridades locales, sino también de las familias, de trabajar los temas relacionados a la primera infancia.

¿Cuál es el reto más importante para este año?

El reto del año 2015 es convertir lo que es una política nacional relacionada a la primera infancia en una política local que tenga en cuenta las circunstancias específicas de cada lugar. El segundo tema es tener una idea muy clara de las metas que queremos lograr. Son las metas y los planes estratégicos los que unen a la sociedad en torno a valores compartidos. Se ha hablado de metas en cuanto a la reducción de la desnutrición crónica infantil, pero no tenemos metas más cualitativas como, por ejemplo, relacionadas al trato a la infancia. Debe existir un programa distrital de atención a la primera infancia, esa es una meta más cualitativa, más institucional, que nos permitiría asegurar que se están haciendo esfuerzos para lograr resultados.

¿Se ha dado una prioridad real a la inversión en la primera infancia?

El presupuesto en educación ha tenido un incremento importante. Programas como Pensión 65 y Beca 18, que tienen méritos propios, pueden distraer los recursos para la primera infancia. Creo que es importante reiterar, sobre todo en el caso de la primera infancia, que más que gasto público en servicios directos, hay que hacer gasto públicos en prevención y en educación, y eso implica una estrategia diferente, comunicativa, de asesoría y acompañamiento. 

La anemia se ha venido incrementando en el país. ¿Cómo enfrentar este problema? 

La anemia es un tema de ausencia de hierro en la sangre. Se necesita el micronutriente que, en pequeñas cantidades, es indispensable para el desarrollo del niño, como su capacidad de prestar atención. Un niño anémico no es un niño enfermo, no es un niño que tiene fiebre, diarrea, vómitos, ni es un niño flaco, es un niño que tiene sueño, que no tiene energía, que no presta atención, todo  por no tener la chispita de la vida que es el hierro. Hay alimentos que son ricos en hierro, básicamente las carnes rojas, el hígado, la sangrecita, pero también, en menor medida y con mayor dificultad de asimilación, algunos alimentos de origen vegetal, como las lentejas. Las carnes rojas no son habituales en la dieta del niño; se le prefiere dar papilla, leche materna, que son buenas pero no tienen una cantidad suficiente de hierro. Es ahí donde se introdujo el famoso tema de las chispitas, que es un suplemento de hierro, pero que si no es bien suministrado tiene un sabor muy fuerte, por eso se tiene que combinar con algunos alimentos que tienen grados de acidez. En el futuro, esto implica generar una campaña educativa nutricional para que la población sepa cómo se da la anemia, porque si no se combate a nivel del hogar, no habrá hospital que pueda hacerlo.

¿Cuál es el rol de los gobiernos locales para combatir la anemia y la desnutrición infantil?

Hay que lograr el compromiso político de las nuevas autoridades a favor de la infancia, estableciendo prioridades de acuerdo a la situación de cada provincia y distrito. En la mayoría de distritos rurales y de mayor pobreza hay malos indicadores en primera infancia, que no sólo tienen que ver con salud, también tienen que ver con trato, seguridad, educación inicial, y con todo aquello que garantiza el desarrollo del niño.

¿Qué se debe hacer para priorizar efectivamente las acciones para mejorar la situación de la primera infancia?

Necesitamos impulsar un pacto, un compromiso por la primera infancia, como lo viene haciendo el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, pero a nivel distrital, porque es allí donde están los problemas. En segundo lugar, este pacto se tiene que traducir en acciones muy concretas. Cada municipio debe tener un equipo o una unidad encargada de la primera infancia que trabaje con la
"Hay que lograr el compromiso político de las nuevas autoridades a favor de la infancia", indicó Carlos E. Aramburú.
comunidad y la familia, que garantice un desarrollo sano de la niñez. En tercer lugar, a nivel nacional las autoridades deben reiterar la importancia política y ética que tiene un pacto por la infancia, de tal manera que haya un reflejo político que llegue hasta el poblado más lejano. Cuarto, ojalá que en el debate electoral, que aparentemente empieza en forma temprana este año, se aborde la atención a la primera infancia, aunque me temo que los temas que se van a tocar serán más de coyuntura, sin tocar los temas de fondo que tienen que ver con la primera infancia, calidad de la educación, empleo, entre otros. Nuestra labor como académicos es elevar el debate político, para que se aborden los problemas de fondo, como la situación de la primera infancia,  y no sólo temas coyunturales, en los cuales solemos perdernos.

¿Por qué es importante la movilización nacional contra la anemia y la desnutrición infantil que viene promoviendo Inversión en la Infancia?

Esta movilización es importante porque da información y porque ejerce presión en las autoridades. Esta movilización contra la anemia y la desnutrición crónica infantil, con un manual y curso virtual para alcaldes, es una iniciativa importante de Inversión en la Infancia. Este esfuerzo debe ser complementado con una campaña de difusión radial, sobretodo en las zonas más alejadas, con mensajes sencillos, para que no sólo las autoridades, sino también la madre nativa, campesina o alto andina, comprenda qué es la anemia y la desnutrición infantil y cómo puede prevenirlas. 


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