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ENTREVISTA
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Alejandro Cussianovich

“Invertir en la infancia es una responsabilidad ética y política”

Entrevista: Salvador Herencia



En la siguiente entrevista, Alejandro Cussianovich, educador y miembro del Grupo Impulsor de Inversión en la Infancia, destaca la dimensión ética y política de la decisión de priorizar el desarrollo de la primera infancia y cuestiona la cultura del mercado y la ganancia que predomina en el país.

¿Cuál es la importancia de firmar un Pacto Ciudadano por la Primera Infancia?

Yo hablaría de primeras infancias, porque no es igual nacer en una comunidad andina a más de tres mil metros de altura, donde el Estado no ha llegado y no hay servicios básicos, que nacer en Lima, donde mal que bien tienes al alcance cierto tipo de servicios. Tenemos que desglosar eso que llamamos primera infancia para saber dónde se ponen el acento y los recursos que estamos reclamando. Este pacto es importante porque como imaginario social, como sentido común global, todavía somos deudores del pacto social de la modernidad que declaró derechos para todos sin distención de edad, raza ni género. Formalmente todos somos sujetos de derechos, pero en la realidad hay exclusión, como las mujeres, los niños o los pueblos indígenas. Los niños están disminuidos social y políticamente; los hemos invisibilizado. Un pacto como éste, que levanta a los que siempre han sido invisibilizados, es importante, porque hace visibles a los niños y la visibilidad tiene que ver con la esencia pública de todo ser humano.

¿Por qué después de 20 años de la firma de la Convención de los Derechos del Niño no se ha logrado visibilizar a la primera infancia?

En estos 20 años de la Convención de los Derechos del Niño se han hecho cosas buenas a favor de la infancia, pero, efectivamente, se ha olvidado a la primera infancia, o a las primeras infancias. El Estado peruano ha firmado la Convención de los Derechos del Niño, pero el primer violador de los derechos del niño es el Estado. Si hemos firmado esta Convención hay un compromiso de cumplirla y el Estado puede ser denunciado ante un tribunal si no cumple. Alguien dirá que el Estado funciona si lo presionamos, pero ¿por qué el Estado no nos presiona a nosotros los ciudadanos para que cumplamos con nuestro papel? Este es un proceso de transformación cultural, y los ciclos de transformación cultural siempre son más largos que los ciclos de mejora de la normativa.

¿Qué rol tiene el Grupo Impulsor de Inversión en la Infancia en la tarea de crear conciencia para priorizar la inversión en la primera infancia?

Su función es ética, y por eso es política. El Grupo Impulsor de Inversión en la Infancia tiene un rol ético fundamental en una sociedad donde la ética está refundida y no es un eje articulador de la responsabilidad política y social. Nosotros no estamos peleando por centavos, estamos peleando por gente. Y la gente para ser gente necesita tener lo necesario. Este no es un tema solamente económico y financiero, es una cuestión ética. No se trata solamente de trabajar para sacar normas para la primera infancia, que son importantes, sino también de hacerlo por una transformación cultural que haga sostenible las acciones a favor de las primeras infancias. Hay que participar para sacar adelante las mejores normas y después hay que organizarse para que esas normas se pongan en marcha. Nuestro papel como Grupo Impulsor de Inversión en la Infancia debe ser nunca dejar de decir que invertir en la infancia es una responsabilidad ética y política.

¿Cuál es el problema ético y político en el país que hace que la inversión en la infancia no tenga prioridad?

Hay una ética de la ideología del mercado, de la cultura del consumo. Aquí el mercado manda, y eso es algo ético y político que ha pasado a ser normal. Los jóvenes tienen intereses individuales, de pequeños núcleos, están de espaldas al resto del país. Hay jóvenes que son una maravilla de compromiso, de solidaridad y de sentido social, pero no hacen fuerza social como para revertir la situación dominante. Estamos enfrentando un contexto social que es indiferente, cínico o que se siente sin capacidad de poder revertir la actual situación.

¿Cómo hacer para que en las próximas elecciones los candidatos incorporen propuestas para impulsar el desarrollo de la infancia?

Nuestra sociedad es adultocéntrica, por lo tanto no hay que pedirle peras al olmo, hay que trabajar para colocar en la agenda política el tema de la infancia. En ese sentido, es muy importante el trabajo de difusión y concientización que el Grupo Impulsor de Inversión de la Infancia está haciendo en el país, como las reuniones de Arequipa, Ancash, Piura.

En los países desarrollados se plantea el grado de inversión en la primera infancia como un factor para medir los indicadores de pobreza. Empresarios como Claudio Herzka y José Miguel Morales han recordado que hace 25 años los países asiáticos tenían peores indicadores económicos que los países latinoamericanos y ahora nosotros estamos por debajo de ellos, y esto se debe fundamentalmente a la inversión en la primera infancia y en educación que ha hecho los países asiáticos.

Plantear la inversión en la infancia en una lógica economicista de decir hay que invertir ahora en los niños porque eso significa un beneficio económico futuro, es un arma de doble filo. Nosotros, como Grupo Impulsor de Inversión en la Infancia, tenemos que manejar ese argumento económico, que es real, pero también otros argumentos de carácter ético, de responsabilidad humanitaria, porque si dejamos solamente el argumento de que invertir en la infancia representa una recuperación de dinero para el Estado y para quienes inviertan, creo que nos manejamos con la lógica del mercado y la ganancia, y no con la lógica que debe predominar en este tema, que es ética, de qué estatura humana tiene esta sociedad que ha descuidado a su infancia y que debe cuidarla no solamente porque eso le reportaría beneficios económicos. Bienvenidas esas circunstancias históricas de los países asiáticos que mencionas, porque creo que eso ha despertado conciencia. En América Latina, Cuba desde hace muchos años que cuida a la primera infancia. Otra experiencia interesante es la de las “madres maestras” en Panamá. El Hospital del Niño no estaba organizado por las especialidades médicas y de las enfermedades, si no por los barrios. Se juntaban a todos los niños de un barrio en una sección del hospital sin importar el tipo de enfermedad que tenían, porque ahí se descubría qué tipo de enfermedad provenía de ciertos barrios por factores de agua, desagüe, mosquitos. Esa es otra manera de pensar la atención a la infancia y a la primera infancia. En Ecuador hace diez años que existe el seguro universal de salud para los niños de 0 a 6 años. En cualquier lado un niño se puede atender gratuitamente. Ahora han extendido ese seguro de salud a las mujeres embarazadas. En el Perú tendríamos que lograr que para la primera infancia hubiese un presupuesto protegido, es decir que no cambie con la voluntad del político que sube al poder o del ministro, o ministra, de Economía de turno.

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