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ENTREVISTA
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Ian Walker, economista del Banco Mundial

“En una década el Perú puede reducir la desnutrición infantil a un nivel mínimo”

Entrevista: Carlos Noriega




"Hay países que han reducido radicalmente la desnutrición en períodos relativamente cortos sin que cambie mucho el nivel del ingreso de la población", señala Walker.
Ian Walker, economista principal del Departamento de Desarrollo Humano para América Latina y El Caribe del Banco Mundial, analiza la situación de los servicios de salud en el Perú, diagnóstico que forma parte del estudio “Derechos de los ciudadanos en la gestión por resultados: Los retos de la salud y la educación en el Perú”, realizado por el Banco Mundial. Si bien señala que hay avances en el tema de salud y en la disminución de la desnutrición crónica infantil, Walker dice que este avance es insuficiente, llama la atención sobre el hecho de que el Perú es uno de los países de la región que menos invierte en salud y asegura que la desnutrición infantil se puede reducir drásticamente en corto tiempo.




¿Cuáles son los hallazgos más importantes del informe sobre la salud en el Perú presentado por el Banco Mundial?
Este informe pretende repasar los avances de las reformas en el sector de la salud en el Perú durante la década pasada. Nuestro interés central es la interacción entre los derechos de los ciudadanos a los servicios de salud y la calidad del servicio que se les brinda. El diagnóstico es que hay avances interesantes, como el aumento en la cobertura de partos institucionales en las áreas rurales, que ha subido de 49 por ciento en el año 2005 a 55 por ciento en el 2010. Es un aumento relativo importante considerando las dificultades. La tasa de desnutrición crónica infantil en niños menores de cinco años ha bajado de 28 por ciento a menos de 24 por ciento. Han mejorado los servicios asociados al tema nutricional, como las consultas nutricionales en las que se mide a los niños y se asesora a las madres sobre qué hacer si su hijo no está creciendo bien.
 
Pero la Encuesta Nacional Demográfica y de Salud Familiar – ENDES 2010, revela que en el último año la desnutrición crónica infantil descendió a nivel nacional solamente medio punto porcentual y subió en ocho regiones del país.
Prefiero ver datos de varios años, especialmente cuando vamos a subdivisiones relativamente menores del país, porque hay inestabilidad estadística en los datos. Que las cifras suban o bajen puede deberse a errores de observación y no a lo que realmente está pasando con la población. Es difícil conseguir buenos datos sobre esta variable. La evidencia de los últimos años, con diferentes mediciones y fuentes, es que la situación de la nutrición infantil está mejorando.

Usted señala que hay avances en el país en la atención de la salud y en la nutrición infantil, pero ¿con el nivel de crecimiento económico que ha tenido el país en este tiempo se pudo haber avanzado más?
Sí, siempre se puede hacer mejor. No creo que haya nadie que trabaje en estos temas que se sienta cómodo con la velocidad de los avances. Yo quisiera haber visto un aumento más rápido en la cobertura de partos institucionales de buena calidad en las áreas rurales. Los avances son positivos, pero insuficientes.

¿El 23,2 por ciento de desnutrición crónica infantil que tiene el Perú es una cifra razonable para el nivel de ingresos del país o es una cifra alta?
Es una cifra todavía muy alta para el nivel de desarrollo que tiene el Perú. La buena noticia es que la desnutrición está bajando, pero todavía hay mucho trabajo por hacer. Mi opinión es que no se está mejorando lo suficientemente rápido y que se debe insistir más en las políticas públicas para mejorar el estado nutritivo de los niños.

¿Qué se debe hacer para acelerar la reducción de la desnutrición crónica infantil?
Aumentar más agresivamente la institucionalización del parto, que viene a institucionalizar la vida del niño que nace, lo que pone al niño en una situación de control de salud y nutrición desde su nacimiento. Un segundo punto es trabajar mucho con la calidad de la consejería nutricional que se brinda en las zonas rurales. El tema nutricional es un problema multisectorial, pero algo fundamental para bajar la desnutrición infantil es tener un sistema capaz de dar seguimiento al estado nutricional de cada niño, especialmente en las poblaciones de mayor pobreza. El Banco Mundial está apoyando un préstamo al Perú por 25 millones de dólares para fortalecer esta actividad de monitoreo del desarrollo de los niños y que va a premiar avances en la calidad de la consejería nutricional en áreas de alto riesgo. Necesitamos asegurarnos que los padres sepan el tipo de alimentación complementaria que necesitan los niños luego de los primeros seis meses de vida, porque la lactancia materna es fundamental y nutricionalmente suficiente en los primeros seis meses de vida del niño, pero después de ese tiempo el niño necesita una buena alimentación complementaria. Si se fortalecen los servicios y se cambian actitudes y opiniones de la población, se puede bajar rápidamente la desnutrición infantil.

¿Es factible en el Perú alcanzar el objetivo de desnutrición crónica cero?
Siempre se espera que en una población que está bien alimentada el 2,5 por ciento de los niños tengan desnutrición por razones genéticas. La meta en el Perú debería ser llegar a ese 2,5 por ciento de desnutrición crónica infantil. Esa meta es posible de lograrse.

¿Y en cuánto tiempo podría el Perú alcanzar esa meta?
Esa meta puede alcanzarse en una década. No veo por qué no podría lograrse eso. Hay países que han reducido radicalmente la desnutrición en períodos relativamente cortos sin que cambie mucho el nivel del ingreso de la población.

¿El Perú es uno de los países de la región que menos invierte en salud?
Sí, eso es correcto. Si bien el gasto en salud en el Perú ha crecido, no ha crecido lo suficiente para ubicarse al nivel de la mayoría de países de la región que tienen un ingreso similar al Perú. El Perú gasta relativamente poco de su PBI (Producto Bruto Interno) en salud. No se puede transformar la calidad de los servicios públicos si no se está dispuesto a invertir más recursos. Mi opinión es que la tendencia en el Perú va a ser a un incremento de los recursos destinados a la salud.

¿Cómo ha evolucionado la inequidad en los servicios de salud entre los sectores urbano y rural?
Las brechas de cobertura están principalmente en las áreas rurales, en las poblaciones indígenas. En cuanto al acceso a servicios de salud de alto nivel las inequidades sin duda se mantienen, sin embargo hay avances en políticas públicas que han ayudado a reducir las inequidades en la atención en salud. La medida más importante en este sentido ha sido la creación y expansión del Seguro Integral de Salud, que da aseguramiento especialmente a la gente en áreas rurales y que ha venido asociado con mejoras en el acceso a servicios. La mejora en la cobertura de la institucionalidad de los partos comenzó en los sectores urbanos en la primera parte de la década pasada, pero ha continuado en los sectores rurales en la segunda mitad de esa década. El programa Juntos es otro ejemplo de atención a los sectores rurales y de promoción de sus derechos en educación, nutrición y salud. Si el país quiere mejorar el déficit de personal de salud en áreas rurales, necesita asignar más médicos y más obstetras. Las áreas urbanas marginales también tienen problemas, porque tienden a crecer en población y los centros de salud están ahogados con la demanda.

Usted señala que las brechas entre los sectores urbano y rural se han reducido, pero la brecha de pobreza ha crecido y ahora la pobreza rural es tres veces mayor que la pobreza urbana y la extrema pobreza rural es diez veces mayor.
Cuando digo que las brechas se están reduciendo estoy hablando de datos de salud, no de ingresos. No me sorprende que los avances más rápidos en la eliminación de la pobreza extrema se hayan dado en los sectores urbanos. No hay excusa para que exista pobreza extrema en las áreas urbanas de un país del nivel de desarrollo del Perú. No es sorprendente que los beneficios en términos del aumento de los ingresos y del consumo de la gente sean más fáciles de conseguir en áreas urbanas que en las rurales. Pero no es que las cosas estén empeorando en las zonas rurales, sino que están mejorando más lentamente que en las áreas urbanas, y eso es normal. Lo bueno es que las cosas también están mejorando en las áreas rurales.

¿Cuáles son las principales recomendaciones que hace el informe del Banco Mundial para mejorar los servicios de salud?
Hay que seguir potenciando los derechos y garantías; el aseguramiento en salud es muy importante; hay mucho por hacer en reforma del sector público, porque el proceso de descentralización, que es positivo porque en un país del tamaño del Perú no es posible manejar los servicios de salud centralizadamente desde Lima, trae grandes retos; hay que mejorar las capacidades regionales; hay que resolver los problemas de dotación del personal de salud; hay que buscar una forma de descentralizar el sistema de presupuesto por resultados. Descentralización fiscal con rendición de cuentas es un buen término que resume cuál podría ser una tónica de políticas que permitan acelerar las mejoras, que son positivas pero todavía insuficientes.


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