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EDITORIAL
Medio millón de peruanos ingresaron a la pobreza en el último año. Son dos millones en pobreza extrema, según el INEI.Sube la pobreza y más peruanos con futuro inciertoImagen: difusión Google. Hablar de pobreza en el Perú parece haberse convertido en algo habitual donde
cada año las cifras toman mayor fuerza. Y es que según el informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI), reveló que más de medio millón de peruanos
(596 000) ingresaron a la línea de
pobreza en 2023, totalizando 9 millones 780 mil personas en esta terrible situación (29 %). ¿Y
ahora qué? De la pobreza podríamos decir una y mil cosas: que hay miseria aquí, en
el África, la recesión económica, la pandemia, conflictos sociales, el efecto climático, cambio
de gobiernos y una serie de justificaciones que bien podrían afirmarse o no. Pero hay temas que quitan todo sentido a la exculpación tales como el propio HAMBRE. Como siempre, la desgracia al amparo de los
más pobres. Ojo, hablamos de pobres, no de pobreza extrema. Respira. Es un efecto imán que envuelve sin pena ni gloria la vida de millones de personas. Claro, una cosa es hablar de pobreza, y otra de pobreza extrema. Cuando hablamos de esta dura realidad, es referirnos a que hoy estamos alcanzando al 5.7 % de los habitantes, lo que traduce a 1 millón 922 mil personas afectadas. En otras palabras, casi dos millones de personas que se encuentran en pobreza extrema. Entonces seamos sinceros, para qué tanta plata, inversión y discursos contra
la pobreza. A dónde nos están llevando las tan “honorables y distinguidas”
autoridades. Qué factor clave están haciendo no solo desde el gobierno central,
regional y local. Es cierto, en gestiones anteriores se hizo poco o nada, o
poco y mal. Pero lo que se necesita son resultados y alguien tiene que dar la cara.
Alguien tiene que decir cómo y para cuándo. Ya basta de seguir en lo mismo y pensar
en beneficios personales. Allí en algún lugar alejado a la realidad centralista, hay personas,
seres humanos, compatriotas nuestros, niños con necesidad y sin un pan que
comer. Con oportunidades escasas y tirados a su suerte. Para clarificar, por
ejemplo, en regiones como Puno, Ucayali, Loreto y Huancavelica, donde en
más del 80 % de su población no dispone de servicios básicos como agua, energía
eléctrica, telefonía móvil e Internet. Pues bien, el panorama es aterrador, sobre todo para las víctimas directas de esta calamidad. A pesar de todo, es necesario volver a reflexionar y creer en una gobernabilidad por el bien de todos. El trabajo entre diversos sectores como gobierno, sector privado y ciudadano, es trascendental para salir de toda crisis, pero con sentido de conciencia. Trabajo e impulso como realiza desde la sociedad civil Inversión en la Infancia, para garantizar derechos de cada ciudadano. ¡No podemos parar, hay mucho por hacer! |