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NOTICIA
Faviola Jiménez, directora de la Red Peruana de Alimentación y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia“El de Humala ha sido un gobierno de oportunidades perdidas”Al inicio de su mandato, el presidente Ollanta Humala anunció como sus prioridades la lucha contra la pobreza y la inclusión social, así como la atención a la primera infancia. Faviola Jiménez, directora de la Red Peruana de Alimentación y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, analiza las políticas contra a la anemia y la desnutrición infantil del gobierno de Humala, al cual considera “una oportunidad perdida” en este aspecto.
En los cinco años del régimen de Ollanta Humala, la anemia infantil se elevó, lo que ha generado la preocupación de los especialistas en el tema, mientras la desnutrición crónica infantil descendió, pero a un ritmo menor a lo esperado.
En entrevista con el Blog Inversión en la Infancia, Faviola Jiménez sostuvo que durante el gobierno de Ollanta Humala “se ha retrocedido y se han perdido oportunidades valiosas en la lucha contra la anemia y la desnutrición infantil. El gobierno de Humala ha sido de oportunidades perdidas. Lo más negativo es la desarticulación del trabajo que se venía realizando”.
Anemia
En el gobierno de Ollanta Humala la anemia entre los niños menores de tres años se elevó, según los datos oficiales de la ENDES, de 41,6 por ciento en 2011 a 43 por ciento en 2015. Entre los niños menores de cinco años, en ese mismo período la anemia subió de 30,7 por ciento a 32,6 por ciento. En el país hay actualmente cerca de un millón de niños menores de cinco años con anemia, lo que, al igual que la desnutrición, afecta seriamente su desarrollo.
Entre los años 2007 y 2011, la anemia entre los niños menores de tres años había disminuido de 56,8 a 41,6 por ciento, y entre los niños menores de cinco años había bajado de 42,5 por ciento a 30,7 por ciento.
“Reducir el combate contra la anemia infantil a la entrega de micronutrientes ha sido un error. Los micronutrientes ayudan mucho, pero la anemia es un problema mucho más complejo. La anemia es más democrática, está presente en todos los estratos sociales. Por eso, se tiene que promover el consumo de hierro de origen animal y garantizar la entrega de los micronutrientes a nivel nacional. Es una estrategia combinada. El punto de partida para poder solucionar tanto la desnutrición como la anemia infantil es abordarlas desde la perspectiva de los determinantes sociales”, señala la integrante del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, al referirse a la política del gobierno de Humala contra la anemia infantil.
En el área urbana, la anemia en niños menores de tres años es 41 por ciento, mientras entre los niños de las zonas rurales llega a 48,8 por ciento. De acuerdo a los últimos datos disponibles a nivel regional del año 2014, Puno es la región con mayor índice de anemia en niños menores de tres años: 82 por ciento.
Desnutrición
A diferencia de lo sucedido con la anemia infantil, entre los años 2011 y 2015 la desnutrición crónica infantil disminuyó, bajando de 19,5 a 14,4 por ciento entre los niños menores de cinco años, lo que implica un descenso de 5,1 puntos porcentuales. De acuerdo a diversos expertos, esta baja es menor a lo esperado. Entre 2007 y 2011, la desnutrición crónica infantil había disminuido 8,3 puntos porcentuales, de 27,8 a 19,5 por ciento.
En julio de 2011, al inicio de su gestión, el gobierno anunció como uno de sus objetivos erradicar la desnutrición crónica infantil, pero luego cambió esta meta y puso como objetivo para el año 2016 disminuir la desnutrición crónica infantil a un nivel de 10 por ciento. Esta meta no se ha cumplido. Actualmente, la desnutrición infantil es 14,4 por ciento, afectado a más de 400 mil niños menores de cinco años.
“Lo más negativo del gobierno de Ollanta Humala en la lucha contra la desnutrición infantil ha sido la desarticulación del plan nacional contra este problema que venía de la gestión anterior y que trataba de unir los esfuerzos de los diferentes ministerios. Tampoco se han atacado los determinantes sociales de la desnutrición, como la pobreza, la educación de la madre, el acceso a agua potable y saneamiento, vivienda segura, entre otros. El mapa de desnutrición es casi idéntico al mapa de pobreza del país. A más pobreza, más desnutrición infantil”, sostiene Faviola Jiménez.
Aunque ha disminuido en los últimos cuatro años, la brecha en desnutrición infantil entre las zonas urbana y rural sigue siendo amplia. La desnutrición infantil urbana es 9,2 por ciento, mientras a nivel rural se eleva a 27,7 por ciento. Al inicio del actual gobierno, en 2011, la desnutrición infantil urbana era 10,1 por ciento y la rural 37 por ciento. Huancavelica es la región del país con el mayor índice de desnutrición infantil, con 34 por ciento.
“La desnutrición ha sido reducida a un tema alimentario, por eso durante décadas hemos tenido el asistencialismo alimentario para los más pobres. El problema va más allá del problema alimentario, tiene otros factores. Todos los sectores y los niveles del Estado tienen que estar involucrados en la lucha contra estos problemas. Los gobiernos regionales y locales tienen que estar más comprometidos con este trabajo”, indica la doctora Jiménez.
En opinión de la directora de la Red Peruana de Alimentación y Nutrición, “para luchar contra la anemia y la desnutrición infantil también es importante el factor humano”. “En nuestro país –precisa- somos pocos los nutricionistas, esto también afecta en la lucha contra la anemia y la desnutrición. Los nutricionistas públicos tenemos una mirada de país, de los temas políticos, de los programas, de los presupuestos, de las estructuras, de los poderes del Estado. Eso es importante para enfrentar estos dos graves problemas. Desde el Estado se dice que se debe capacitar a los profesores en nutrición, pero no somos muchos los nutricionistas para hacer esta capacitación”.
Finalmente, Faviola Jiménez resaltó el trabajo que viene realizando el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia en colocar en la agenda del país los problemas de la anemia y la desnutrición infantil y en hacer incidencia política para la lucha contra estos males. “Esto muestra un compromiso real de los ciudadanos para poder superar estos problemas. Creo que esta experiencia se debería potenciar e incrementar. Con Inversión en la Infancia se ha creado un modelo de trabajo de hacer incidencia política que debería ser sistematizado”.
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