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ENTREVISTA
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Vania Masías, líder y gestora juvenil

“No hay una labor concreta del Estado para congregar a las redes de voluntariado”

"Los jóvenes está tratando de proponer cosas, insertar diálogos interesantes, pero la cuestión es ¿cómo una propuesta llega a ser concreta y tangible? ", señaló Vania Masías en entrevista en el programa Diálogo Abierto de Salgalú TV Online, con el padre Gastón Garatea, coordinador nacional del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia y Salvador Herencia, miembro directivo del grupo impulsor.
En el programa “Diálogo Abierto” de Salgalú TV Online, la lìder y gestora juvenil, Vania Masías, señaló que no existe una labor concreta del Estado para congregar a las redes de voluntariados juveniles, y que el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social debería ser el ente que se encargue de la articulación de las organizaciones juveniles.



¿Cuál es el rol de los jóvenes frente a la problemática social de nuestro país?

Los jóvenes está tratando de proponer cosas, insertar diálogos interesantes, pero la cuestión es ¿cómo una propuesta llega a ser concreta y tangible? Ese sería mi primer cuestionamiento hacia lo que se viene realizando.

¿Cómo luchar contra la pobreza?

La pobreza es como el huevo y la gallina. Una familia que no tiene recursos, tiene problemas de alimentación y educación. Los niños de 1 a 3 años, es decir la edad clave en el desarrollo neurológico del niño, no han tenido la alimentación necesaria y por lo tanto no han desarrollado ciertas habilidades; esto hace que no tengan una buena educación que les permita salir de la pobreza. Entonces, es como un círculo vicioso que no para. Por eso es importante que las políticas públicas entren y rompan esta situación. Está bien que hayan propuestas de muchos sectores para acabar con la pobreza,  pero me encantaría ver de qué forma se están concretando.

¿Crees que desde el Estado se vienen articulando las diferentes iniciativas para lograr un desarrollo social y se logre un mayor impacto dentro de la sociedad? ¿Existe un órgano que canalice y coordine estas acciones?

Me gusta el trabajo que viene realizando el Ministerio de Cultura; desde ahí se está armando una red de todas las iniciativas que se vienen dando desde la sociedad civil con respecto a temas sociales vinculados con la cultura. Pero ¿qué pasa con las iniciativas en salud y educación? Allí realmente falta mucha información. Sería increíble que exista un ente que triangule la información y si hay una necesidad de voluntariado puedan acceder allí. Podrían ver qué organizaciones de voluntarios trabajan en cada zona. Ya existen iniciativas, no es crear de la nada, falta una buena comunicación entre las organizaciones y una buena articulación.

¿Qué acciones se deben tomar para fomentar la participación de los jóvenes?

¿Por qué no planteamos por ejemplo un proyecto donde las universidades privadas que tienen escalas de pago fomenten la participación de los jóvenes? La gente que está becada, de alguna u otra forma tiene que devolver lo que se le está brindando. Eso es lo que hacemos en “Ángeles D1”, allí todos los chicos están cien por ciento becados, y hemos aprendido que en ellos así funciona mucho mejor el aprendizaje. Tienen entre 14 y 18 años, y cuando ven que su esfuerzo tiene frutos es reconfortante. No es dar todo gratis, es aprender y tener el deber y la responsabilidad para dar. De esa manera se puede canalizar una red de voluntarios.



"A penas escucho Estado me asusto, Todo es burocracia y mnucho papeleo", afirma Vanía Masías.
¿Y cuál es el rol del Estado?

Ya hay iniciativas de voluntariado, entonces el siguiente paso es que el Estado sea el ente regulador de ese tipo de actividades. Pero a penas escucho “Estado” me asusto. Todo es burocracia y mucho papeleo. Al final dices “mejor lo hago yo” y busco yo misma los fondos. Eso es más rápido que hacer todo el trámite. No hay una labor concreta del Estado para congregar a las redes de voluntariado. Tenemos un Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social que debería ser el ente que se encargue de la articulación -de los voluntariados juveniles- y tener un listado y una base de datos de todas las organizaciones juveniles que ya existen, que están haciendo una labor en cada región. Los presidentes regionales por ejemplo deberían tener conocimiento concreto de esto. Debería existir toda una red de trabajo orientado a trabajar con los jóvenes. Entonces sí vas a combatir el problema. Pero ¿por qué no pasa, por qué todo se queda en la mesa, por qué todo se queda en el papel?

¿Falta unificar al Perú real, donde aún existe exclusión social y al Perú virtual de bonanza económica?

Para eso se ha hecho el Ministerio de Inclusión Social. Para mi la inclusión social es la redistribución de la riqueza, y el voluntariado es un ejemplo perfecto de ella. Hay gente que no tiene nada y para colmo es voluntario, pero se puede ser voluntario teniendo una dosis extra de amor. Algunos han tenido más amor, otros más recursos y educación. En este último caso, ese extra les permite tener tranquilidad y tener un momento de su vida para poder ayudar a personas que no han tenido nada. De esta manera se está haciendo un poco de redistribución. Ese es el sistema que yo sostengo y que puede ayudar a otros. Creo en la auto sostenibilidad de los programas, y en nuestro caso es a través de las escuelas privadas de baile, como fuente de empleabilidad para los chicos que  formamos. Es romper el círculo, lo que trae como consecuencia la integración social.

¿Cómo se consiguen los fondos?

Es muy difícil conseguir fondos, tenemos que ser muy creativos y los peruanos lo somos para dar vuelta las cosas y poder encontrar de qué manera podemos auto sostener estas iniciativas, y luego, hacer de esas iniciativas políticas públicas. Allí es donde me engancho para poder lograr que esas políticas públicas queden en el tiempo y que no sean iniciativas de un gobierno. Hablamos con funcionarios estatales, pero nadie sabe si el siguiente gobierno dirá: todo lo anterior fue malo y como quiero ganarme todo el prestigio de lo que se haga ahora, entonces todo lo anterior no va. Si es así ¿cómo logramos transformar toda esta iniciativa de la sociedad civil en un derecho ciudadano para que se convierta en una política pública que se trabaje en conjunto?

¿Qué percepción de la realidad y del futuro tiene que tener una persona para manejar a un grupo de voluntarios?

Sin ir más allá, una persona que quiere ser psicólogo tiene que pasar una serie de exámenes rigurosos; mucha gente no pasa eso. Entonces los formadores de voluntarios deberían tener un filtro tan fuerte como en el caso de los psicólogos. Porque los formadores son las personas que van a formar a los niños y jóvenes, es decir la responsabilidad más grande del país. Un filtro debe ser de esa forma. Si queremos establecer qué deberían tener los formadores, debería ser un filtro importante y de esa manera poder tener un mejor control de lo que están recibiendo los niños.

¿Qué requisitos son indispensables para formar un voluntariado?

Con toda la gente que dice querer ser voluntaria, les digo que del dicho al hecho hay mucho trecho. Todo el tiempo me topo con muchas personas que dicen que van hacer algo, empiezan y se desaniman. De hecho hay programas educativos maravillosos como Kúrame. Mi mensaje es que si se comprometen comprométanse con lo difícil y bonito. Hay una parte muy linda en el voluntariado, pero también hay una parte muy dura que tienen que estar dispuestos a batallar. Creo que el perfil del voluntario es bien particular, muy especial.

¿Cuál ha sido tu motivación?

No aguantar la falta de oportunidades para jóvenes con mucho potencial; ver que mi país tiene tanta riqueza en las personas y que nuestro sistema no las cubre. Siento que conozco mucho a mi país, lo amo y  quiero vivir acá y quiero que la gente viva bien. Es lo que quiero hacer con mi vida para aportar un granito de arena.

Vania Masías en conversación con el padre Gastón Garatea durante entrevista en el programa Diálogo Abierto
¿Qué actitud tomar frente a la violencia que se da en algunos jóvenes?

Particularmente no soporto la violencia, no la tolero, no veo películas violentas. Creo que con amor podemos cambiar. Frente a acciones violentas, cuando se reacciona con amor vez un cambio, y eso te motiva a pensar que podemos hacer un país mejor porque esa persona, ese joven cambió.

¿Cómo empezó tu proyecto?

Empezó viendo un problema, chicos haciendo acrobacias en un semáforo. Ellos responden así a una necesidad pero en mi caso vi una oportunidad. Pensé, si estos chicos han aprendido acrobacias, y yo las aprendí en un club privado con colchonetas y con todos los beneficios; si estos chicos lo han aprendido en el asfalto son chicos con garra, con coraje, con ganas. Entonces mi hipótesis fue: ¿qué pasaría si estos chicos fueron líderes de cambios? Quiero aclarar que Ángeles de Arena es otro grupo, nuestro grupo se llama Ángeles D1, y toda la asociación se llama D1.

¿Qué te inspira a seguir trabajando?

El hecho de conocer a personas que buscan cambiar la realidad. Imagínate si podemos juntarnos y articular esfuerzos. Podemos hacer un trabajo en conjunto y conseguir una retroalimentación; eso debería hacer el Estado.

¿Cuál es tu opinión sobre los jóvenes profesionales que a pesar de ser competitivos son poco solidarios?

Creo que la sensibilización viene a través de las experiencias y vivencias. Una persona que te dice que su horario va de acá a acá hace respetar su derecho obviamente, pero se necesita la pasión de realmente querer hacer un cambio, necesitamos personas completamente comprometidas y son las que faltan. Se debe formar a formadores, se debe elegir bien el perfil del profesional, elegir bien al voluntario. Al final se debe aplicar el filtro correcto.

Para terminar ¿qué se necesita para que los jóvenes puedan unir esfuerzos por el desarrollo del país? 

Hay la necesidad concreta de poder armar una red, sentarnos, vincularnos, hablar y conocer quiénes son las personas que están vinculadas, hacia qué y saber qué se está haciendo, para no seguir teniendo iniciativas particulares sino ver de qué manera podemos trabajar mas en conjunto.


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