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OPINION
Un legado que no podemos olvidar, POR: MARISOL PÉREZ TELLOImagen: difusión.
La partida del padre Gustavo
Gutiérrez significa el hasta pronto de un hombre que nos enseñó el verdadero
amor. Por eso sostengo firmemente que está de luto la justicia y la humildad
que él representaba. A sabiendas de quienes lo conocimos, su palabra y su
legado fue de un hombre que estableció, sin duda, un cambio revolucionario en
el centro de la preocupación de la Iglesia sobre los pobres, a los que hoy el
papa llama los descartados. No solamente la pobreza material
es todo aquello de lo que no queremos hablar. Todo aquello de lo que muchas
veces queremos huir y permanecer indiferente, él puso en el centro de su
discurso por ese amor genuino y bondadoso. El padre Gustavo Gutiérrez nos
inspiró pese a sufrir perseguimiento y hostilidad, como lo son siempre quienes
quieren cambiar el “statu quo”. Pero, a pesar de todo esos hechos terribles en
la historia del Perú que debiera, sin duda avergonzarnos, representa hoy y representará
siempre un ícono para la iglesia: la iglesia de los pobres, la iglesia de
Jesús, la iglesia del padre Gustavo Gutiérrez. Entre muchas cosas cómo no
resaltar la parte humana del padre Gutiérrez,
pues quienes lo concinos sabemos que no tenía espacio para el
resentimiento e indiferencia. Con su amor nos enseñó a perdonar, a caminar juntos
y que las grandes transformaciones comenzaban por los pequeños gestos de amor:
de dar la mano, escuchar, pensar en el otro y ponerse su zapato. Ese es el mensaje que debiera quedar
para nosotros y la gran tarea pendiente. En ese sentido, atender a la niñez que
son el presente y el futuro del país, y que están abandonados a su suerte. ¿No
es inmoral que no nos preocupemos de los más débiles y de los más frágiles? Por
eso es importante encontrar todo aquello que nos une sobre la base de nuestros
valores y de los sueños compartidos de un país diferente, justo con libertad solidaria
por los más vulnerables. Creo que el mensaje del padre
Gustavo Gutiérrez seguirá vivo, pero claro, si seguimos su ejemplo y su
enseñanza con nuestras futuras generaciones. |