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OPINION
La violencia contra la infancia: problema prioritarioPor: Patricia Ames1
Recientemente, una encuesta de Ipsos para el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia reveló que la violencia contra la infancia es uno de los dos principales problemas que afectan a la infancia y que deberían ser atendidos por el próximo gobierno. El problema que recibió más menciones fue la anemia y la desnutrición infantil (31%), mientras que 28% de los encuestados indicó la violencia contra los niños. Estos resultados se difundieron en el reciente Diálogo por la infancia al que fueron convocados los candidatos a la presidencia, y en el que participó el candidato de Peruanos por el Kambio.
Estas cifras muestran algo muy significativo: una mayor conciencia de la existencia de la violencia contra los niños como un problema y por tanto la necesidad de erradicarla. En el pasado, la sociedad peruana ha sido muy tolerante a la violencia contra los niños y niñas. Ello ha permitido el desarrollo de diversas formas de explotación, abuso sexual y maltrato infantil, y recientemente vemos que aumenta de modo alarmante la trata de niños, niñas y adolescentes. Además de estas formas extremas, existe también una violencia más cotidiana y más extendida: Me refiero al castigo físico, en el hogar y en la escuela, y en diversas instituciones que supuestamente “cuidan” a los niños. De acuerdo a la ENDES2 , cerca de un tercio de la población declara que utiliza el castigo físico como medida correctiva en su hogar.
Esta violencia está arraigada en la creencia de que el castigo físico es una estrategia adecuada para educar a los niños y niñas, para enseñarles a portarse bien, y de que un poco de castigo es inocuo. Esta creencia está equivocada y más de 20 años de investigación en el mundo nos permiten afirmar que el castigo físico no tiene efectos positivos en el bienestar del niño y sí tiene un conjunto de efectos negativos en su desarrollo a corto, mediano y largo plazo3.
En efecto, diversos estudios han demostrado que el castigo físico está asociado a mayores niveles de agresión, tanto en el niño, como posteriormente, en el adulto en que ese niño se convierte. Los niños que sufren castigo físico muestran mayores niveles de agresión y comportamiento antisocial hacia sus pares, lo cual puede estar a la base de las situaciones de bullying que han cobrado notoriedad en los últimos años. El castigo físico no es más efectivo que otros modos de corrección de la conducta. Es más, el castigo no enseña a actuar diferente: enseña que el conflicto se resuelve con violencia.
El castigo físico tiene efectos negativos en la salud y la educación de los niños. Diversos estudios muestran que el castigo físico durante la infancia está asociado a un conjunto de problemas en la salud mental de niños, jóvenes y adultos como la depresión, la ansiedad, el abuso de drogas, etc. Asimismo, el castigo físico está asociado a un menor desarrollo cognitivo y afecta negativamente el logro académico (medido en los resultados escolares).
A pesar de su importancia, la violencia contra los niños suele ser un tema poco atendido, invisible en las agendas electorales de los últimos meses, subsumido quizás en el tema de seguridad ciudadana. La encuesta de Ipsos muestra sin embargo que no es un tema menor para los electores.
Para ellos, es positivo recordar que a fines del año pasado, Perú se convirtió en el 9º país de América Latina en prohibir toda forma de castigo físico contra los niños, niñas y adolescentes en cualquier entorno (hogar, escuela, etc.), al aprobar la ley 30403. Este es un paso importante para continuar los esfuerzos que se vienen realizando para erradicar la violencia contra los niños. Para ello es necesario proveer a padres, maestros y adultos en general a cargo de niños, de herramientas de disciplina positiva, no violenta. La prevención, tanto como la atención, debe ocupar un mayor espacio en las políticas y programas destinados a atender esta problemática.
1 Investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos, docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
2 Encuesta demográfica y de salud familiar
3 Ver por ejemplo: Durrant, Joan and Ron Ensom (2012) Physical punishment of children: lessons from 20 years of research. Canadian Medical Association Journal 184(12): 1373–1377 y Gershoff, Elizabeth T. (2013) Spanking and Child Development: We Know Enough Now To Stop Hitting Our Children. Child Development Perspectives 7(3): 133–137.
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