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EXPERIENCIA
En el Cercado de LimaBiblioteca comunitaria enseña y brinda seguridad a niñas y niños en entornos de violenciaEn entrevista en el programa la Primera Infancia Primero, Ana Karina Barandiarán, coordinadora y gestora de la Biblioteca Miguelina Acosta, habló sobre su iniciativa impulsada (la creación de una biblioteca comunitaria) junto a Verónika Ferrari, para ayudar a niñas y niños que se han visto afectados por la pandemia. Espacio recreativo y de educación, donde además, brinda espacios seguros para prevención de violencia doméstica.
Biblioteca Miguelina Acosta se encuentra ubicada en el jirón Contumazá, Cercado de Lima. Ana Karina Barandiarán, señaló que las niñas y los niños de Contumazá no están escolarizados, pues la mayoría sufre violencia y hacinamiento. “Vimos que es una zona olvidada por el Estado donde hay mucha inseguridad, robos, bares clandestinos, por ello nos propusimos fundar la biblioteca, misma que está abierta todo el día ya que es un ambiente seguro para las niñas y los niños”.
Explicó además, es un espacio de recreación en el cual los NN, debido a que viven en pequeños cuartitos en sus hogares, tienen este tipo de espacios para jugar y tener un lugar seguro.
Sobre los recursos o apoyo que reciben de organizaciones para el mantenimiento de la biblioteca, Ana Karina Barandiarán indicó que “en principio ella y Verónika Ferrari – ambas fundadoras – solventan el alquiler y los servicios del espacio donde funciona la biblioteca con sus propios sueldos. No tenemos ninguna alianza con ninguna institución a pesar de que cuentan con un registro como biblioteca”.
La biblioteca ofrece servicios de lectura, talleres de arte, cuenta cuentos, pintura, diversos juegos para niños y también acceso a internet para sus clases virtuales de Aprendo en Casa, ya que los niños no cuentan con este servicio para seguir sus clases. Diariamente atienden a 15 niños y los fines de semana hasta 30 niños en total. . "Aquí los niños pueden leer, pintar y principalmente salir de sus hogares donde viven hacinados y en medio de violencia", resaltó Ana Karina.
Sobre el apoyo de personal que necesita la biblioteca, Ana Karina invocó el apoyo de voluntarias “ya que los niños necesitan orientación para hacer sus tareas, ya que las clases virtuales no son suficientes, necesitan un acompañamiento”.
Finalmente, en el contexto de la pandemia, Ana Karina Barandiarán señaló que desde que ingresan los niños se les pide que se laven las manos, incluso les hemos repartido mochilas que contienen alcohol, mascarillas y útiles escolares, que se consiguieron gracias a donaciones.
Vale precisar que la biblioteca comunitaria, que se sostiene solo con el ingreso de las dos activistas fundadoras de la Biblioteca Miguelina Acosta, necesita el apoyo de la sociedad civil para adquirir libros, acuarelas, materiales didácticos, instrumentos musicales, entre otros.
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