Falta mucho por hacer a favor de los niños

Hay una relación muy estrecha entre pobreza e infancia, porque para poder trabajar bien con los niños hay que vencer la pobreza. Entre los pobres, los niños son los más débiles. Y entre los niños la pobreza es mayor. Eso ocurre porque el ser pobres o no serlo es algo que no depende de los niños. En un país como el nuestro, donde el niño no es prioridad, el niño pobre es pobre de verdad. Hay que imitar a otros países, donde uno se da cuenta que los niños son como dones de Dios. Los norteamericanos, los franceses, los ingleses, por ejemplo, tienen una veneración por los niños muy bonita, son toscos a veces, pero son respetuosos del niño. Al niño hay que integrarlo a la vida de su país. 

Que en un país con los niveles de crecimiento económico y desarrollo del Perú tengamos los índices de desnutrición y anemia infantil que tenemos, es un crimen. Pero este es un crimen explicable, porque los que obtienen las ganancias no tienen las urgencias de la pobreza. Si la gente tuviera más sensibilidad, no tendríamos brechas sociales tan grandes en el país y los pobres la pasarían mejor. Quisiera ver a la gente de la Iglesia, que camina con mucha calma, buscando que el otro pueda vivir mejor.

No llegamos a unos grados satisfactorios de igualdad porque no queremos llegar. A mucha gente le importa poco que muchas personas, muchos niños, se mueran de hambre, les importa poco que en el país haya medio millón de niños con desnutrición y cerca de un millón con anemia. Y muchas de las personas que piensan de esa manera, son las que tienen, muchas veces, poder político.

El gran mecanismo de redistribución de la riqueza para reducir las brechas sociales son los impuestos. Los sectores de mayores recursos económicos deben pagar impuestos para que éstos sean usados para financiar las políticas dirigidas a los sectores más pobres, más vulnerables. Es verdad que mucha gente evita pagar impuestos, pero también es verdad que en el país no se hace nada para animar a la gente a que pague impuestos. En Suiza la gente paga impuestos que son, comparados con los impuestos que se pagan en el Perú, muy altos, casi matadores para nosotros, en Francia casi el 50 por ciento de los ingresos de una persona se van en pagar impuestos, pero en esos países la población tiene una cantidad y calidad de servicios públicos muy superiores a los que tenemos nosotros. Debe haber un manejo justo, equitativo, de los recursos que tiene el país.

 

Es importante el fondo para combatir la desnutrición y la anemia infantil que ha sido anunciado hace unos días por el Gobierno. Hay ideas sobre la importancia de priorizar la inversión en los niños, ideas que hemos venido promoviendo desde el Grupo impulsor Inversión en la Infancia, que han penetrado, que han ganado espacio entre las autoridades y la sociedad en su conjunto. Es importante lo que en ese sentido hemos ganado, como Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, mostrando la necesidad de que los pobres necesitan subsidios válidos e importantes. Pero hay que estar seguros de que haya honestidad, sin honestidad no se puede hacer nada.

La educación es fundamental. La educación debe ser un mecanismo para cerrar las brechas sociales. Todos los niños tienen derecho a recibir una educación de calidad y tener las mismas oportunidades de un desarrollo pleno. Pero con preocupación veo que el futuro de la educación en el país es nebuloso.

La educación es un problema muy difícil en la vida de los seres humanos, y hoy nos estamos dando cuenta que no sabemos educar o que no hemos sido tan idealmente educados. Todos nosotros tenemos fallas. En educación tenemos muchas cosas buenas; el Foro Educativo que existe en nuestro país es una maravilla, muchas personas me han dicho que si existiera un Foro Educativo en sus países el cambio seria radical, pero para superar los vacíos que hay en la educación, debemos retomar el tema educativo en su conjunto.

Sabemos qué hacer para mejorar la educación, nuestro problema es cómo hacerlo. Antes decíamos que no sabíamos qué hacer para mejorar la educación, que no teníamos plata, ahora sí sabemos qué hacer y tenemos plata, pero se van priorizando otras cosas en vez de éstas, como la educación, que son de vida o muerte. En ese sentido, hay una dificultad muy grande frente a los niños en el Perú, que es también una tragedia frente al problema educativo.

Es verdad que hemos avanzado en algunos aspectos, por ejemplo aunque las brechas entre los sectores urbano y rural siguen siendo importantes se han reducido, pero es indudable que nos falta mucho por hacer para que todos los niños y niñas del Perú tengan acceso a servicios de calidad, una buena educación, atención en salud, nutrición, afecto, cuidado, es decir, para que tengan asegurados todos sus derechos y un desarrollo con igualdad de oportunidades para todos.