ÍNDICE
Comparta sus comentarios
Links que vale la pena visitar
ENTREVISTA
Compartir en facebook

Uriel García, ex ministro de Salud

"La muerte de recién nacidos por causas evitables se debe a una injusta distribución de la riqueza"

"Hay que tener presente que es necesario proteger al bebe con cosas tan simples como abrigarlo, o como ponerlo en el pecho de la madre, porque no hay mejor incubadora que el pecho de la madre", señaló el ex ministro de Salud, Uriel García.
Entrevista: Carlos Noriega

En la siguiente entrevista, el doctor Uriel García, ex ministro de Salud, quien fue uno de los expositores en el encuentro sobre salud materno neonatal y lactancia materna organizado recientemente por el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, aborda a fondo estos dos temas. Asegura que la injusticia social es la causa de que cada año mueran más de 2,200 recién nacidos por causas que podrían evitarse fácilmente. Llama la atención sobre la importancia vital de la lactancia materna para el niño y cuestiona duramente a la industria, y a los médicos, que promocionan el consumo de leche artificial sustituta a la materna.


La mitad de las cerca de 4,500 muertes de niños antes de cumplir el primer mes de vida que cada año ocurren en el país podría evitarse, según los expertos, con medidas sencillas y de bajo de costo. ¿Cuáles son esas medidas?

Efectivamente, esas muertes pueden ser prevenidas con simplicidad. Por ejemplo, el recibir a un niño recién nacido con abrigo inmediatamente después de salir del vientre de la madre evitaría muchas muertes de niños recién nacidos. Dentro del útero de su madre el niño ha vivido a 37 grados de temperatura, y de ahí salir a una habitación que, en Lima, está a unos a 27 grados, son 10 grados menos, y si está en la puna está a 1 ó 2 grados de temperatura, entonces eso es un shock tremendo para el niño. Hay que tener presente que es necesario proteger al bebe con cosas tan simples como abrigarlo, o como ponerlo en el pecho de la madre, porque no hay mejor incubadora que el pecho de la madre, y darle al recién nacido de lactar inmediatamente. Ese calor que la naturaleza ha puesto en los pechos de las madres y que contienen una serie de sustancias que son defensivas para el nuevo mundo al que está entrando el recién nacido, protege al niño. Que la persona que atiende un parto se lave las manos antes de hacerlo reduciría la mortalidad entre los recién nacidos. Esas son cosas tan simples con las cuales la mortalidad de los recién nacidos puede ser prevenida…

¿Qué está pasando que esas medidas tan simples, que cada año evitarían la muerte de más de 2,200 niños recién nacidos, no se aplican?

Porque desafortunadamente en los últimos años se ha creído que la verdadera atención del parto debe ser hecha en un hospital, con incubadoras y con todos los implementos, y se ha descuidado totalmente el parto a nivel de una choza, a nivel de un pequeño puesto de salud, en donde se podría implementar cosas sumamente simples para evitar precisamente esos factores de mortalidad de los recién nacidos que pueden ser totalmente erradicados de una manera tan sencilla. No existe una normatividad que diga: ‘vas a atender un parto, entonces primero lávate las manos, y segundo, córtate las uñas para que no haya mugre y no haya contagio’. Esas cosas tan simples desafortunadamente se han descuidado porque la mayor atención y el mayor gasto en salud está dedicado a atender los centros de salud más grandes, y, por supuesto, los hospitales.
 
Uriel García indica que "si llega una justicia social, si se tiene buen salario, buena habitación, buenos servicios higiénicos, buena educación, que son componentes de la justicia social, las enfermedades evitables desaparecen"
¿Hay una mala distribución del presupuesto, descuidando la atención a la población de mayor pobreza, la población rural, que presenta los mayores índices de mortalidad materna y neonatal?

Si nosotros hacemos un estudio para saber dónde están los mayores riesgos de enfermar y morir en la atención del parto, y luego vemos dónde están concentrados los mayores recursos para atender eso, vamos a encontrar que esos recursos están precisamente para atender a los sectores socioeconómicos más elevados, no a la población donde se presentan los mayores riesgos de que la madre mueran durante el parto o que muera el recién nacido. Esa es una muestra de que se ha descuidado totalmente la atención a este sector de la población. La prioridad al momento de designar el presupuesto debería ser al revés.

¿La pobreza y una mala distribución de los ingresos que genera grandes brechas sociales en el país es causa central de estas muertes evitables de niños recién nacidos?

Sí, por supuesto. La pobreza, la injusticia social, es causa directa de enfermedades, hay una patología de la pobreza. Sí llega una justicia social, sí se tiene buen salario, buena habitación, buenos servicios higiénicos, buena educación, que son componentes de la justicia social, las enfermedades evitables desaparecen, y las enfermedades no evitables disminuyen. En un estudio realizado en Londres se ha visto que entre aquellas personas que viven en pobreza  el índice de cáncer, de infartos, es diez veces más que en los sectores socioeconómicos más altos. Los médicos del Perú, todos los trabajadores de la salud, deben pensar que la pobreza es causa de enfermedad.

¿Sin una política de redistribución efectiva de los ingresos y de justicia social las políticas de salud no tendrán la eficacia esperada?

Así es. La muerte de los recién nacidos por causas evitables se debe a una injusta distribución de la riqueza. Si la tecnología elemental para resolver esas causas evitables de muerte de los recién nacidos no va acompañada de una justa distribución de la riqueza, será algo así como que el sector salud trate de secar el piso inundado de una habitación donde el caño está roto, pero sin reparar el caño roto, que es la causa de esa inundación. En este caso, la causa de esas muertes evitables es la pobreza. La justicia social debe ser lo primero que el Ministerio de Salud tiene que implementar. Desafortunadamente, en el país la  justicia social que debiera estar bajo un solo paraguas, está dividida en múltiples ministerios. Todo plan de salud tiene que ir acompañado por un programa de elevación de la justicia social, porque sin eso estaremos trapeando el piso sin cerrar la causa del piso mojado, que es la injusticia social.

¿Hay en el país un vació en lo que es la medicina social, dirigida a las poblaciones de mayor pobreza?

No la hay. En el progreso de la biomedicina el país está avanzando a niveles que son comparables con cualquier parte del mundo, ya se hacen trasplantes del corazón, de hígado, se hace diagnósticos de los más sofisticados, pero no hay un crecimiento de esa especialidad de la medicina social, que debe existir en cualquier parte del mundo. En realidad, eso sucede en toda Latinoamérica. En el Colegio Médico del Perú no existe la especialidad de médicos sociales. No hay especialistas en medicina social…

¿En las universidades no se están formando médicos sociales?


Se forman cardiólogos, dermatólogos, pero no se forman médicos sociales. En algunas universidades, como San Marcos y Cayetano Heredia, se está,  más o menos, llegando a formar médicos sociales, pero no existe la decisión política de considerar que esos médicos, sobre todo salarialmente, estén considerados al mismo nivel del gran cirujano, del gran patólogo. Considerar al médico social a ese mismo nivel es importantísimo, porque esos son los médicos que van a dirigir esas cosas tan simples para que exista una buena atención en el parto y se termine con las muertes evitables de recién nacidos. En la  choza más humilde se necesita un experto, un experto tan bueno como el científico más grande. El médico debe denunciar la falta de atención a los más pobres.

La lactancia materna es fundamental para disminuir la mortalidad neonatal y mejorar el desarrollo del recién nacido, pero en el país, especialmente en las ciudades, como es el caso de Lima, viene disminuyendo esta práctica. Cada año hay 320 mil recién nacidos, la mitad de los que nacen en el país, que no lactan en la primera hora de vida, como debería ser. ¿Qué está pasando?

Estamos ante una agresión de la industria alimentaria. No es ninguna novedad que empresas hayan sido denunciadas internacionalmente varias veces por grupos de defensa de derechos humanos porque tienen una política de entrar a los centros de maternidad y distribuir gratuitamente la leche artificial para que se las den a los recién nacidos. En los centros de salud donde separan al recién nacido de la madre y le dan esos alimentos supuestamente beneficiosos para los niños, lo que hacen es cortar el ciclo natural que existe entre la succión que el recién nacido hambriento hace en el pecho de la madre y el sistema nervioso y endocrino central de la madre para que la glándula mamaria segregue más leche. Rompen ese ciclo y hacen que ese niño, como si fuera un pequeño drogadicto, se acostumbre a esa leche artificial. Lo que es peor, les obsequian a las madres dos o tres latitas de leche artificial para que se la den a sus hijos y así se suprima ese reflejo de succión del niño que incentiva la producción de leche materna. El recién nacido se llena el estómago y se satisface con esta leche artificial y pierde el deseo de succionar y así se pierde la lactancia materna. De esta forma, la pobre madre, muchas veces, se ve amarrada a comprar la leche artificial de todas maneras y si no tiene el dinero para hacerlo, entonces le da té con azúcar a la criatura.

¿Esta disminución de la lactancia materna es un problema de salud pública?

Es un problema, efectivamente. Felizmente, veo con agrado que en los últimos tiempos en los centros maternos infantiles ya no existe esa zona, aunque creo que en algunas clínicas privadas desafortunadamente todavía existen, donde se lleva al recién nacido para que se le dé agua con leche, amarrando a esa criatura a la leche artificial. Por lo menos en los hospitales públicos de Lima ya no pasa eso. Es un hecho biológico ya establecido en las normas de salud del mundo, que lo mejor para el desarrollo del recién nacido es la unión más temprana posible entre la madre y el bebe, de tal manera que el recién nacido esté en el regazo de la madre succionado la leche materna. La lactancia materna dentro de la primera hora de vida del nuevo ser es fundamental y debe ser una cosa obligatoria.

"Existe desafortunadamente en la lactancia materna una intromisión antiética de la industria" afirmó el ex ministro de Salud.
¿Cuál es el papel de los médicos en esa promoción del consumo de leches artificiales en lugar de leche materna?

La venta de la leche artificial ha subido y en eso existe desafortunadamente una colaboración de médicos y cirujanos en las maternidades, que promocionan la leche artificial porque reciben beneficios de las empresas. Eso también existe con otros medicamentos. Los congresos "científicos" son financiados por las compañías que venden esos medicamentos y esos productos lácteos, esas compañías pagan los pasajes del médico para esos congresos, y también el pasaje para su esposa.

¿Y el Estado no cumple con regular la promoción de la leche artificial sustituta de la leche materna? 

Hay un reglamento sobre esto, pero no se aplica. Existe desafortunadamente en la lactancia materna una intromisión antiética de la industria, con una suerte de olvido de sus funciones por parte del Estado. Esta  situación tiene que ser vista por los comités de ética de los colegios profesionales, porque ellos son los que deben regular…

¿Alguna vez el Colegio Médico del Perú ha tratado este tema de la conducta de los médicos que promocionan el uso de leche sustituta a la materna con los efectos negativos que eso tiene en los recién nacidos?

Que yo sepa, no. Por ende, no ha sancionado a nadie por esto. Los comités de ética deben ser, en primer lugar, comités permanentes que no estén al avatar de los grupos políticos que se disputan las directivas, en segundo lugar, debe haber representantes de la sociedad civil, como la Defensoría del Pueblo o la Asociación de Consumidores, con voz y voto, para que así la protección de estos niños sea bien llevada. Lo que ocurre con la venta de leche artificial sustituta de la leche materna, que está subiendo, es un abuso.


IR AL ÍNDICE

inversión en la infancia
Av. José Ramirez Gaston 235 Miraflores. Lima, Perú | 422-4241 | contacto@inversionenlainfancia.net