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ENTREVISTA
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Leonardo Yanez, Fundación Bernard van Leer

“Los países que han tenido más éxito en tener un desarrollo sostenible han sido los que más protegen a sus niños”

"Perú tiene en sus manos la posibilidad de llegar a una de las coberturas más altas de esta región en educación inicial", afirmó Leonardo Yanez de la Fundación Bernard van Leer.
Entrevista: Fernando Gamio

En entrevista para el Blog Inversión en la Infancia, Leonardo Yanez, oficial de programas para América Latina de la Fundación Bernard van Leer de Holanda, analiza el vínculo entre desarrollo social y el desarrollo económico, la necesidad de hablar de desarrollo sostenible priorizando la inversión en la primera infancia y el rol de la sociedad civil en la lucha contra la pobreza.

En el caso peruano, ¿hay un vínculo entre desarrollo económico y desarrollo social?


Diría que no van por el mismo camino pero que hay esfuerzos por llegar a que eso ocurra. No van por el mismo camino porque en general los distintos modelos de desarrollo económico tienen algunos elementos que producen más problemas que soluciones en el área social, en el área ambiental. Este no es un caso sólo del Perú, también lo hemos visto en otros países, como Uganda, Tanzania, Indonesia, entre otros. Las áreas que se desarrollan degeneran más rápido su ambiente, producen más diferencias entre ricos y pobres, eso es normal porque llega tecnología que desplaza el empleo. Hay muchas cosas que tienen que ver con esto, por ejemplo, aumenta la clase media, entonces hay una sensación de bonanza porque los mercados parecen crecer, pero los que quedan excluidos hacen que aumente el abismo entre los que están arriba y los que están abajo, es una gran disparidad.

¿El contexto económico y político peruano es favorable para darle un real impulso a la inversión en la primera infancia?

Creo que sí. El momento no podría ser mejor. Perú es el país que económicamente parece estar teniendo su mejor momento. Sin embargo, en tiempos de crisis Estados Unidos nos está dando el ejemplo de que la infancia tiene que ser priorizada. Y no es una cosa nueva en los Estados Unidos, porque desde hace muchos años empezaron a reconocer que debían invertir en la infancia y en los pequeños si querían ver algo de justicia social e inclusión. Luego parece que lo olvidaron con la idea del liberalismo total, que hizo aumentar la pobreza en más de 50 millones, y ahora han vuelto a pensar que hay que invertir en los más pequeños como una inversión del país. Esto significa que no hay que pensar que en los tiempos de crisis, en los tiempos de recortes, hay que olvidarse de los niños más pequeños; por el contrario, es el momento en el que hay que pensar más en ellos. En el caso particular del Perú, con el auge económico que ha tenido, lo que vemos es que faltan peruanos preparados para administrar este auge económico.

¿A todo nivel?

En muchos niveles. Hay peruanos extraordinarios, pero no se está incluyendo a una parte de la población porque no han tenido acceso a educación, a oportunidades de formarse, y obviamente son fácilmente reemplazables por gente de otros países, y no tengo nada contra los profesionales de afuera. Creo que para sostener un desarrollo como éste y sobre todo para hacerlo más sustentable, a Perú le hace falta crear nuevas industrias, no solamente optimizar las que tiene. Hay que crear cosas nuevas y para eso va a necesitar peruanos que puedan asumirlas.


¿Y qué se necesita para asumir ese reto?

El cerebro en sus primeros mil días prácticamente define su destino. Si en los primeros mil días ese niño no es alimentado, no es estimulado y vive con miedo, su cerebro tendrá muchas menos probabilidades de tener una infancia segura, de aprovechar las oportunidades educativas, de aprendizaje. Esa es, desde nuestra óptica, la razón por la cual queremos invertir en movimientos como Inversión en la Infancia.

El Perú ha crecido en forma importante en los últimos años, su Producto Bruto Interno (PBI) aumentó 40 por ciento en los últimos cinco años, pero si bien la pobreza y la desnutrición crónica infantil han disminuido esa disminución no ha ido a la par del crecimiento económico. ¿Cómo hacer para que el crecimiento económico se traduzca en un mayor desarrollo social, en la eliminación de la desnutrición infantil?

Una de las cosas que nos pasó en el Perú es que fuimos abordados por una organización especialista en nutrición. Nos planteaba que eliminar la desnutrición crónica infantil era algo que no se podía lograr a corto plazo. En estos días que he estado en Lima he escuchado a un especialista diciendo que este un tema a largo plazo, ya que no se puede, según él, resolver la desnutrición infantil en el corto plazo. Para una institución como la nuestra, que la eliminación de la desnutrición infantil sea a largo plazo no nos interesa tanto, somos pequeños e independientes y lo que queremos son cosas que puedan cambiar en el más corto plazo posible. No queremos que un niño llegue a los 15 años para conseguir la cura de un problema que tuvo a los 3 años, y en el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia escuchamos que sí es posible eliminar la desnutrición crónica infantil en el corto plazo.

Leonardo Yanez indicó que "con una política de austeridad que no invierte en la primera infancia sacrificamos esta generación y después la siguiente".
¿Se puede hablar de desarrollo sostenible sin una importante inversión en la primera infancia?

No lo creo. Con una política de austeridad que no invierte en la primera infancia sacrificamos esta generación y después la siguiente. Algunos economistas hablan de la política de la “cascada”, pero con esta política recién se a poder llegar a los más pobres cuando esta “cascada” funcione. El problema con esa política de la “cascada” es que, salvo que tengas el ánimo de Herodes y decidas eliminar físicamente a todas esas criaturas, esas criaturas van a crecer y estarán creciendo sin alimentación. Estarán creciendo con miedos, temores, inseguridad, expuestos a peligros y con poca estimulación de aprendizaje. Esa carga humana el niño la va a llevar y no será fácil para él adaptarse y ser parte de la comunidad. Podría convertirse en algo mucho más costoso cuando sea una persona adulta y se quiera unir a áreas desafortunadas de la sociedad, como las ligadas al crimen, prostitución, mendicidad.

¿Esas serán las consecuencias de una mala atención al niño?

Lo que no hiciste con el niño lo vas a pagar y con creces. Si uno quiere tener un desarrollo sostenible sin hacer una limpieza étnica, sin hacer un genocidio, lo mejor es incorporar a la gente. A mí me encantaría llegar alguna vez al Perú y que el Parlamento peruano tenga la misma proporción de caras indígenas como la población general del país, eso me encantaría, significaría que cada niño, no importa quién sea, tuvo la misma oportunidad, eso sería para mí lo sostenible. Los países que han tenido más éxito en tener un desarrollo sostenible han sido los más inclusivos, los que más protegen a sus niños. No es casual que cuando se habla de desarrollo sostenible siempre se mencione a los países escandinavos, a Suiza, que son países criticados por los economistas por ser países con una política de Estado de Bienestar; son muy criticados por eso, pero en los tiempos de crisis la población de esos países está bien.  

¿Qué acciones concretas deberían darse para universalizar la educación inicial, para eliminar la desnutrición infantil? ¿En cuánto tiempo se podrían lograr esas metas?

Cada país es un mundo distinto. Tengo un gran problema para hablar sobre esto, porque soy un incurable optimista. Pero la realidad a veces es terca y las cosas toman más tiempo. Creo que un país como Perú tiene en sus manos la posibilidad de llegar a una de las coberturas más altas de esta región en educación inicial. Las herramientas existen, el dinero también. Cuando se piensa en educación inicial no se piensa en los aprendizajes del niño, se piensa en la estructura física donde van a estar los niños. La gente piensa en la escuela, en el certificado del maestro, piensa en qué tipo de materiales van a tener, y se olvidan que el cerebro de ese niño aprende de muchas maneras y en diversos ambientes.

¿Cuál es el problema de la educación en el Perú?

El problema para el Perú no es la iniciativa ni la creatividad. El problema del Perú, que comparte con otros países de la región, es que la supervisión, el monitoreo y la evaluación han sido pobres. El que va y supervisa tiene que estar capacitado para saber que el aprendizaje no es lo que ocurre dentro de una escuela, el aprendizaje ocurre dentro del cerebro de un niño, y si lo ven de esa manera y si logramos que nuestros dirigentes, sindicalistas, colegas y conciudadanos entiendan eso, y que se pongan los intereses del niño por encima de todos los demás intereses, entonces será fácil mejorar la educación. Ahora en la forma en la que normalmente se hacen las cosas es complicado, porque te enfrentas a conflictos de intereses. No creo que meter una computadora dentro de cada escuela vaya a resolver el problema de justicia social y de acceso igualitario a la educación; va a favorecer a los que tengan acceso a ese programa, pero a los demás no les va ir necesariamente mejor, y hay pruebas que lo demuestran. La computadora es útil cuando la educación, el educador, el enfoque, es inteligente, sino vas a tener miles de computadoras y laptops metidas en aulas que no funcionan.

¿Cuál es el rol de la sociedad civil para mejorar la educación?

La sociedad civil es el cliente, vamos a decirlo así, el beneficiario último. No importa si la sociedad civil son redes de madres o empresarios, o si son notables que se reúnen para pensar sobre un tema, es cualquier persona que se preocupa por los niños de su país, esa es la sociedad civil. Un niño de 0 a 3 años tiene su propia opinión, aunque es muy difícil leerla. Cuando un niño entra a una sala de educación llorando es porque algo hay que no le agrada. Él no puede decir: esto no parece ser bueno para mi”, entonces tienen que ser los adultos, empresarios, otros sectores, trabajadores o productores, quienes piensen en el futuro de sus hijos y los representen, porque no siempre los padres representan los mejores intereses para sus hijos. La sociedad civil tiene que hacer la tarea de vigilancia para que se brinde un buen servicio de educación a los niños.

¿La sociedad civil asume ese papel?

Tiene que haber una sociedad civil más fuerte, que compense a las familias cuando no puedan hacer el trabajo, familias que por cualquier razón, como estrés, infancia difícil, no tiene buenos padres. Entonces, esa familia necesita a alguien que represente a esos niños. Creo que iniciativas como la del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, los movimientos de Inversión por la Infancia, nos parecen atractivas porque están conformadas por grupos de notables, personas con gran trayectoria, reconocimiento, prestigio, que deciden que los niños tienen que estar primero en la agenda. Para mí eso no es lo único que hay que hacer, pero es un gran paso. El siguiente paso es que necesitamos que los gremios de transportistas, de productores, la policía, otros sectores, piensen también que nuestros hijos son lo primero. Necesitamos que hasta las iglesias, los partidos políticos, participen, porque una sociedad es viable si los niños comienzan bien, porque así tendrá buenos profesionales.

¿Qué rol juegan los gobiernos locales y regionales en la educación?

En cada país es distinto, y siento que el Perú es uno de los países que ha llegado tarde a la descentralización. La descentralización crea capacidades, pero hay un primer momento transicional en la que se crea más injusticia. Por ejemplo, en estos momentos la descentralización del Perú beneficia a los municipios de Lima o cercanos a Lima, o a las grandes ciudades, como Cusco y Arequipa, pero no a los municipios pequeños, rurales. Creo que la Red de Municipalidades Urbanas y Rurales, REMURPE, debería tener la capacidad técnica para poder ayudar en la creación de ese equilibrio, pero también creo que el Estado debe crear sus mecanismos autónomos, crear algo que permita hacer una buena gestión.

¿Qué experiencia exitosa de lucha contra la desnutrición infantil en América Latina puede resaltar?

Cuando en Brasil el ex presidente Lula lanzó su programa “Hambre Cero” recibió duras críticas por parte de la prensa y del sector empresarial, sin embargo luego la misma prensa y el mismo sector empresarial que fueron muy adversos a esa iniciativa han reconocido que ese programa de “Hambre Cero” ha sido un gran logro. La evaluación ha concluido que este programa ha salvado del hambre a miles de familias.

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