Los Niños Semilla del proyecto Wiñaq Muhu

Una propuesta de educación inicial, distinta y original, basada en el arte. Esa es la apuesta del proyecto Wiñaq Muhu (“niños semilla” en quechua), que la ONG Warmayllu ha puesto en práctica desde el año 2005, con el financiamiento de la Fundación Bernard Van Leer. Wiñaq Muhu es un proyecto de educación inicial intercultural que tiene en el arte un aspecto fundamental, y del cual los niños y niñas, así como sus padres, docentes, líderes y demás autoridades de la comunidad, forman parte integral y activa. Este proyecto se ha implementado en seis comunidades de Cajamarca: Cushunga, Chamis, Sexsemayo, Shicuana, Candopampa y Corisorgona; en el distrito de Pacucha, en Andahuaylas; y en el distrito de Ventanilla y los asentamientos humanos de Oasis, Pesquero I y II, Unión, Ronceros y Yoshiyama, en El Callao.

¿Cómo lo hacen? Warmayllu parte de considerar la importancia del arte, no solo como una disciplina creativa, sino también como una manera de hacer educación y favorecer una formación integral, como un acercamiento lúdico que conserva el enfoque intercultural de la identidad de cada comunidad. Para ello, se han desarrollado tres estrategias fundamentales: i) la asamblea: el encuentro de niños, niñas y docentes para conversar, cantar, contar historias y tomar decisiones; ii) los rincones de juego y trabajo: espacios acondicionados donde los niños juegan, interactuando entre sí y con el docente; iii) los proyectos de aprendizaje: que tienen en cuenta el calendario comunal y los intereses y necesidades de los niños y niñas.

¿Qué es lo que se busca? El desarrollo de la percepción (visual, auditiva, táctil); estimular la creatividad (no solo en el arte, sino también en diversos ámbitos prácticos) y las actitudes interculturales (autoidentificarse con lo propio y procurando el interés por lo diferente); y la participación activa de los niños y niñas (a través de iniciativas, ideas y consensos).

En este proyecto educativo, los espacios de formación son únicos y de vital importancia, p brindando respuestas a las necesidades y expectativas particulares de cada grupo. Es por ello, además, que la educación a través del arte alienta la consolidación de una identidad personal y cultural en los niños, docentes y en el resto de los miembros de la comunidad (padres, autoridades), usualmente apartados del proceso educacional. La regla común es que los programas de los “jardines” y centros de educación infantil en el país, sean similares, tanto en sus contenidos como en sus metodologías, sin prestar atención a las necesidades culturales propias de cada espacio. Este proyecto rompe con eso.

Poco tiempo ha transcurrido desde el inicio de esta iniciativa y, sin embargo, ya existen logros perceptibles. A nivel de aprendizaje, queda claro que el niño es el principal actor. Los niños de las tres zonas del proyecto (Cajamarca, Andahuaylas y El Callao) reciben una educación contextualizada según su propia realidad, en el marco de respeto a su identidad y sus saberes. La mayoría de los niños logran niveles de participación sobresalientes, mostrando su capacidad creativa en la resolución de problemas. Los docentes y las animadoras reconocen la importancia de implementar ambientes de aprendizaje dentro y fuera del aula.

Además, se ha obtenido una mejora en las relaciones de respeto y de afecto entre los niños, y de éstos con sus padres y con la comunidad. Los padres desempeñan un rol activo en la educación de sus hijos, y las comunidades visualizan su desarrollo a partir de la educación de los niños.

El año 2005, cuando se inició este proyecto, en las seis comunidades de Cajamarca donde se ha implementado no existía el servicio de educación inicial; ahora son 160 los niños matriculados en educación inicial en estas seis comunidades. Se ha capacitado a más de 500 docentes y animadoras en Cajamarca y en El Callao. La Municipalidad de Pacucha, en Andahuaylas, ha decidido impulsar esta propuesta en las instituciones educativas del distrito.

Una dimensión necesaria en el aprendizaje es la satisfacción de cada niño cuando descubre sus capacidades para crear y transformar a través del arte. Visto así, la mayoría de los niños de Wiñaq Muhu se convierten en semillas, que crecen y participan de su realidad, en el marco de una educación pensada en y para ellos.

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