Víctimas de trata de personas son en su mayoría niñas y adolescentes mujeres

De acuerdo a los informes “La trata de personas en agravio de niños, niñas y adolescentes”, y ”Por ser niña: Situación de las niñas y las adolescentes en América Latina”, de la Defensoría del Pueblo y Plan Internacional respectivamente, sobre la situación de niñas y adolescentes en el Perú y América Latina, la mayoría de las víctimas del delito de trata de personas en el Perú, son niñas y adolescentes mujeres.  

De acuerdo al informe de la Defensoría del Pueblo, tomando información del Sistema de Registro y Estadística del delito de Trata de personas y afines (RETA-PNP), al mes de abril de 2012 se registraron 763 víctimas de trata de personas menores de 18 años, de las cuales el 91 por ciento fueron niñas y adolescentes mujeres.

El 2012, el Observatorio de la Criminalidad del Ministerio Público reportó 457 casos de trata que involucraron a 754 víctimas, de ellas el 83 por ciento son mujeres y de este grupo el 59 por ciento adolescentes entre los 13 y 17 años de edad. Hasta noviembre de 2012, la Defensoría del Pueblo registró 81 casos de trata de personas, y el 91 por ciento involucró a menores de 18 años.

Estos informes, que tuvieron como objetivo visibilizar la problemática del delito de trata de personas en el Perú, así como revertir la situación de invisibilidad de las niñas y adolescentes en nuestro país y América Latina, así como las políticas públicas que siguen ignorando las particularidades de ser niña y adolescente mujer, fueron presentados el 27 de mayo por el defensor del Pueblo, Eduardo Vega; Mayda Ramos, de la Adjuntía de la Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo; y Mariella Greco, directora representante de Plan Internacional Perú.

“La vulnerabilidad, el engaño y la pobreza son los factores principales factores para que las niñas y adolescentes caigan en las redes del tráfico para ser explotadas sexualmente. La trata afecta principalmente a adolescentes mujeres quienes mayoritariamente no concluyeron su educación escolar y que provienen de distritos ubicados en el mapa de pobreza del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) “, afirmó Eduardo Vega.

El informe de Plan Internacional señala que el  hogar es  el primer espacio donde las niñas y adolescentes sufren violencia por parte de sus padres, madres o cuidadores, produciéndose incluso violaciones sexuales. En la escuela son víctimas de bullying así como de violencia ejercida por los docentes; mientras que en la comunidad, la violencia  se expresa en el pandillaje, robos y agresiones de las que pueden participar o ser víctimas.

Según este estudio, desde el 2001 al 2011, en los Centros de Emergencia de la Mujer se reportaron 16,715 niñas entre 6 a 11 años que fueron víctimas de violencia familiar y sexual. Las niñas de 12 a 17 años que han sido afectadas por el mismo problema ascienden a 32,909; en el caso de los niños, esta cifra asciende a 7,883.

Plan Internacional, en su informe, señala que el 62,3 por ciento de mujeres entrevistadas en la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2011 indicaron que fueron golpeadas por sus padres o madres. Asimismo, el 18.2 por ciento de estas mujeres respondió afirmativamente a la necesidad del castigo físico para educar a sus hijos e hijas.

Mayda Ramos, frente a los casos en que responsables de trata de personas fueron absueltos, señaló que ambos informes, de la Defensoría del Pueblo y Plan Internacional, señalan que la trata de personas en el Perú afecta principalmente a adolescentes mujeres. En consecuencia, los problemas que existen en la forma como las normas de aplican, muchas veces generan impunidad que afecta principalmente a las adolescentes mujeres”.

Por su parte, Mariella Greco afirmó que “muchos de los  casos, las niñas y adolescentes encuentran el peor de los peligros en su propia casa, siendo sus agresores los miembros cercanos a sus propias familias. Las escuelas tampoco son lugares totalmente seguros para las niñas sobre todo en las zonas rurales. La discriminación por género, agudiza aún más la inseguridad creciente de las niñas y adolescentes en sus escuelas”.