Inversión en salud de la primera infancia: ¿dónde estamos?

Por: Ariela Luna

La primera infancia es una etapa de la vida que es fundamental ya que se dan los procesos de crecimiento y desarrollo más importantes de la vida. En los dos primeros años de la vida, el desarrollo cerebral es muy intenso y marcará la vida del niño o niña, influirá en su desempeño escolar y, por ende, en su vida futura. Definimos "cuidado" como la suma coherente y sinérgica de acciones que garantizan al niño no sólo protección sino también apoyo a su salud, nutrición y aspectos psicosociales y cognitivos de su desarrollo. En este sentido, el "cuidado" es uno de los factores esenciales a la hora de fomentar el desarrollo óptimo de los niños.

En la primera infancia los niños y las niñas deben lograr tres resultados que les permitirán un adecuado desarrollo de su vida futura: deben desarrollar habilidades en el lenguaje, así como destrezas de lectura y escritura; les corresponde lograr un buen desarrollo socioemocional, que incluya la capacidad para socializar con los demás; y obtener un buen bienestar físico y crecimiento, lo cual abarca estatura, peso, estado nutricional y otros indicadores físicos.

Para lograr los resultados antes mencionados, un factor fundamental es el desarrollo del cerebro del niño o niña. El desarrollo cerebral se da desde la concepción hasta la adolescencia, pero la mayor intensidad de desarrollo se da en los primeros años de vida. En los primeros años se consolidan una serie de aspectos vinculados a lo físico, lo emocional y lo cognitivo, lo cual repercute en la vida escolar y en la vida post escolar y adulta. Como sociedad, no podemos permitirnos postergar la inversión en los niños hasta que sean adultos, ni podemos esperar hasta que lleguen a la edad escolar, etapa en la que puede ser demasiado tarde para  intervenir.

Por lo señalado es necesario que como país lleguemos a un consenso amplio sobre los resultados que debemos lograr a favor de la primera infancia, y la forma en cómo se deben entregar a los niños y niñas. Para esto es necesaria la identificación de una cartera de servicios que el Estado debe brindar a través de sus instituciones a las familias peruanas, a fin de lograr las mejores condiciones tanto en los hogares como en el entorno territorial en el cual viven los niños.

Para esto se requiere que existan algunas condiciones: Liderazgo al más alto nivel de decisión política, ya que se requiere la articulación intergubernamental y multisectorial; asignación y reglas claras de asignación presupuestal; roles claramente definidos para las instancias que participan en la entrega de los servicios; y, mecanismos para mejorar la gestión para la entrega de la cartera de servicios a los ciudadanos.

La atención integral a la infancia debe constituirse en una política de Estado, ya que el buen inicio de la vida es el mayor derecho que tienen nuestros niños y niñas, y es deber del gobierno y de la sociedad el garantizarlo.