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Alejandro Cussiánovich, María Olave y Mario Coronado

Expertos opinan sobre el trabajo infantil en nuestro país

Sobre la problemática del trabajo infantil, sus consecuencias en la educación y salud de los niños, niñas y adolescentes, opinan: Alejandro Cussiánovich, educador y catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; María Olave, representante del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); y Mario Coronado, director de Fundación Telefónica.

Alejandro Cussiánovich: “En la sierra o la amazonía, ¿qué niño o qué niña no trabaja?”

“Un millón 650 mil niños y adolescentes que trabajan, como dicen las cifras oficiales, son únicamente los chicos de 14 a 17 años que trabajan, pero en total son como 4 millones. Hay toda una realidad que no nos puede ocultar una estadística. Ni siquiera a nivel internacional se tiene realmente un conocimiento preciso del volumen que representa este fenómeno social del trabajo infantil. No es verdad que los chicos que trabajan no estudian, eso es muy relativo, está demostrado que el trabajo no es el principal factor para no ir a la escuela. No se trata de a partir de qué edad deben trabajar, sino a partir de qué cultura. En la sierra o la amazonía, ¿qué niño o qué niña no trabaja? Hablo del mundo rural. En ese caso, el trabajo no es sinónimo de explotación o maltrato, es parte del proceso de socialización. Es muy relativo poner un criterio estrictamente cronológico de a partir de qué edad se puede trabajar. Este es un tema polémico, que reposa sobre una especie de delito común de compasión por el niño que trabaja. Me parece lamentable que la ministra de la Mujer, Ana Jara, haya expresado que cuanto antes hay que liberarse de esta ´lacra´, al referirse a los niños que trabajan. ¿Lacra? Decir eso es contrario a las normas y al espíritu de la Convención sobre los Derechos del Niño. No podemos usar un lenguaje lleno de negatividad en relación a niños que son de carne y hueso”.

María Olave: “Si queremos acabar con el trabajo infantil doméstico, uno de los primeros pasos es lograr que éste sea un trabajo protegido”

“El Día Mundial contra el Trabajo Infantil fue instalado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el año 2002 para mantener activo el compromiso y la movilización del mundo en la necesidad de proteger a los niños y niñas de formas de trabajo infantil que atenten contra sus derechos fundamentales, como el derecho a la educación, a la salud y a desarrollarse como personas. Cada año este día se dedica a un tema específico, en función a las tendencias de esta problemática. Este año se dedicó al trabajo infantil doméstico, porque la OIT, en el año 2011, adoptó un nuevo convenio sobre trabajo doméstico para personas adultas. Este tipo de trabajo, especialmente para las mujeres, es menospreciado, estigmatizado, discriminado, y con muy baja protección de derechos laborales. La apuesta de la OIT es que si queremos acabar con el trabajo infantil doméstico, es decir niños y niñas que trabajan en casa de terceros que no son su familia, trabajo que es peligroso especialmente para las niñas, uno de los primeros pasos que deberíamos dar es lograr que el trabajo doméstico sea un trabajo protegido, con derechos, y que represente una oportunidad para la realización de la vida de las personas”.

Mario Coronado: “El crecimiento económico del país y la reducción del  trabajo infantil no han ido de la mano”

“Uno de cada cuatro niños en nuestro país trabaja. Comparado con la estadística latinoamericana, que es hoy día de un niño que trabaja de cada diez, nos muestra una brecha importante. Afortunadamente, hoy se ve una apertura en los medios de comunicación para tratar el tema del trabajo infantil y hacer una difusión más amplia de esta problemática, que va acompañada de la preocupación que todos tenemos por la calidad de la educación, la permanencia de los chicos en las escuelas, pero, sobre todo, el impacto que tiene la deserción escolar en la vida de estos estudiantes que ven comprometido su proyecto futuro de vida con pérdida de años de escuela. La gran preocupación es que el crecimiento económico del país en los últimos cinco años y la reducción del  trabajo infantil no han ido de la mano. Hay discrepancia entre el aumento de ingreso en el país y el efecto que estamos viendo sobre el bienestar de los niños, por eso nos parece importante poner énfasis en el derecho de los niños a una educación y a un crecimiento con posibilidad de futuro”.


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