Expertos se pronuncian contra nuevo Código del Niño y Adolescente

“Por muchos años, en el Perú se ha asentado un cultura de derechos de los niños, niñas y adolescentes, sin embargo, el dictamen presentado en el Congreso para un nuevo Código del Niño y Adolescente es una muestra de querer volver hacia una época dictatorial”, fue una de las conclusiones del evento “Reflexiones y Perspectivas de la Academia frente al Dictamen sobre el Nuevo Código del Niño y Adolescente”, organizado por la Red de Estudiantes de Maestrías y Diplomados de Infancia (REMDI) el 13 de noviembre.

El dictamen de este nuevo Código del Niño y Adolescente, que sustituiría al actual Código del Niño, Niña y Adolescente, fue aprobado al final de la legislatura anterior por la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, que en ese entonces era presidida por Alberto Beingolea, congresista de Alianza por el Gran Cambio.

Los principales cuestionamientos y preocupaciones sobre esta propuesta de un nuevo Código del Niño y Adolescente se centran en cuatro áreas: el derecho a opinión y participación de la infancia, las limitaciones la salud sexual y reproductiva, el castigo físico y humillante, y la ausencia de un lenguaje inclusivo. (Sobre este tema ver entrevista a la congresista Marisol Pérez Tello, actual presidenta de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, en nota “Congreso no debe aprobar propuesta del Código del Niño y Adolescente, que es regresionista en protección de los derechos de los niños y niñas”). 

Panel de expertos

En el evento “Reflexiones y Perspectivas de la Academia frente al Dictamen sobre el Nuevo Código del Niño  y Adolescente”, participaron como expositores: Rosa Vallejos, representante la Adjuntía para la Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo; Rubén Aponte, representante de la Dirección General de Niñas, Niños y Adolescentes del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables; Lupe García, decana de la Facultad de Piscología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; Consuelo Barletta, catedrática de la Universidad Católica; Alejandro Cussiánovich, catedrático de la Universidad de San Marcos y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia; Teresa Carpio, especialista en temas de participación; y Jorge Valencia, catedrático de la Universidad de Lima.

“La Defensoría del Pueblo ve este dictamen con una gran preocupación, porque no coloca limites para el castigo que sufren los niños,  niñas y adolescentes. Se debe tener en cuenta la importancia de darles libertad a los niños para que puedan desarrollarse como sujetos de derechos. Se eliminan derechos que se tienen en el Código actual”, señaló Rosa Vallejos.

Rubén Aponte calificó como “un salto muy marcado hacia atrás” el dictamen que propone un nuevo Código del Niño y Adolescente. “Los cuestionamiento al dictamen parten porque no se reconoce la realidad en la que vive nuestro país. Nuestra sociedad busca una idea fundamental y básica de igualdad y de derechos, temas que este dictamen no respeta ni contempla”, aseguró Aponte.

En opinión de Lupe García, la propuesta para un nuevo Código del Niño y Adolescente es “dañina porque deja la puerta abierta para que se cometan actos graves contra la niñez y adolescencia, que con ese Código podrían ser justificados”. “Tanto la no prohibición del castigo físico y la exclusión de los niños, niñas y adolescentes a la opinión y participación, generan grandes trastornos psicológicos, porque éstos se sienten menospreciados y sin utilidad en la sociedad. No debemos permitir que la niñez y la adolescencia sean excluidas”, afirmó Lupe García.

Consuelo Barletta indicó que “el dictamen se aleja de la doctrina de ver a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos y como sujetos activos sociales. Los padres y el Estado tienen el rol  de ayudar para que los derechos de todos se cumplan y no el de supervisarlos y limitarlos. Este dictamen tiene la concepción de que los niños, niñas y adolescentes son sujetos incapaces de aportar conocimiento alguno a la sociedad. Lamentablemente, este dictamen es un significativo retroceso”.

Alejandro Cussiánovich manifestó que “este dictamen propone una protección cerrada de los niños, niñas y adolecentes, lo que no contribuye a su crecimiento integral; se debe proteger para desarrollar las capacidades que se tienen. Tenemos el deber de escuchar la voz de los niños, niñas y adolescentes porque es una forma de que existan socialmente. Si no los escuchamos, entonces: ¿de qué democracia estamos hablando? Estaríamos volviendo a tiempos de dictadura”.

“Existen contextos políticos, económicos, religiosos y sociales que han influido en la elaboración de este dictamen. La imaginación de estas personas ha llevado a plantear que la violencia hacia los niños y en general de la sociedad se acabará simplemente con el hecho de que los padres puedan controlar y restringir los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Los derechos ganados por las personas, especialmente los derechos de los niños, niñas y adolescentes, no pueden ser retirados”, señaló Teresa Carpio.

Jorge Valencia manifestó que “con esta propuesta de Código del Niño y Adolescente está el mundo al revés, es un regreso a décadas en las que unos mandaban y otros simplemente obedecían”.