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ENTREVISTA
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Salomón Lerner Ghitis

“El gobierno no le ha dado la fuerza necesaria a la prioridad de la primera infancia”

"Que tengamos más de medio millón de niños con desnutrición crónica y casi un millón de niños con anemia es sumamente grave para la sociedad en cuanto a su futuro", señala Salomón Lerner.
Entrevista: Carlos Noriega

En la siguiente entrevista, Salomón Lerner Ghitis, primer ministro en la primera etapa del gobierno de Ollanta Humala y miembro del Grupo impulsor Inversión en la Infancia, analiza los resultados, luego de dos años de gobierno, de los programas sociales y las políticas para la primera infancia. Llama la atención sobre el incremento de la anemia infantil y una disminución de la desnutrición infantil a un ritmo menor del esperado. Lerner destaca la importancia de la convocatoria a la “Alerta Ciudadana por la Primera Infancia”, que se realizó el 27 de agosto,   

El 27 de agosto el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia convocó a una “Alerta Ciudadana por la Primera Infancia” ¿Cuáles son  la principales alertas en el tema de primera infancia?

Hoy día tenemos más de medio millón de niños con desnutrición crónica y casi un millón de niños con anemia. Creo que estos son temas sumamente graves para la sociedad en cuanto a su futuro. Me parece que el tema de anemia, que ha ido aumentando en lugar de decrecer, es un tema que nos da una alerta y nos hace un llamado muy importante para que se trabajen programas que comiencen a disminuir la anemia. Es importante tocar fuertemente el tema de anemia, y acelerar todo lo que son los programas sociales y la inversión en combatir la desnutrición infantil para ir bajándola hasta erradicarla. Los porcentajes (de disminución de la desnutrición crónica infantil) no están en la velocidad de los compromisos que hay para que al año 2016 podamos bajar a 10 por ciento la desnutrición infantil en todo el país.

En el gobierno actual se han incrementado los presupuestos para los programas sociales, sin embargo se dan estos resultados donde la anemia sube y la desnutrición baja pero a un ritmo menor del esperado. ¿Qué está pasando? ¿Qué es lo que no está funcionando?

Seguimos sin poder llegar como Estado a una serie de lugares geográficos del país. Si uno ve el Infobarómetro de la Primera Infancia se puede apreciar que siguen habiendo regiones de pobreza o extrema pobreza en el país donde, inclusive, ha aumentado la desnutrición infantil. Esto se debe a que no llegamos con los programas sociales con la efectividad que podemos tener. Esto es sumamente preocupante, sobre todo en las zonas rurales del país, donde se dan estos índices altísimos de desnutrición y de anemia infantil. Creo que la estructura del Estado debe preparase eficiente y convenientemente para llegar a estos lugares y podamos hacer que estos índices comiencen a disminuir. Diría que ahí el complemento fundamental es el trabajo con los gobiernos regionales y locales, y también, indudablemente, la sociedad civil que está alrededor de todo esta problemática. A pesar de que los recursos suponemos que no van a ser iguales en cuanto a los ingresos tributarios, los programas sociales de esta naturaleza no deberían disminuir, sino, al contrario, deberían ser reforzados en el futuro…

Pero los ajustes económicos suelen comenzar por recortar la inversión social.


Hemos estado haciendo fondos de reserva. Tenemos un fondo de reserva de contingencia de 7 mil millones de dólares, que es un fondo bastante grande, que es la envidia de muchos países latinoamericanos, al que se puede recurrir para que los presupuestos de estos programas sociales no disminuyan de ninguna manera. Los recursos destinados a la infancia no son un gasto, son una inversión en el futuro.

¿Este fondo de 7 mil millones de dólares garantiza que los recursos para las políticas públicas para la primera infancia, para los programas sociales, no disminuyan?

En mi criterio, desde el punto de vista de las políticas sociales no debería haber ningún problema con los presupuestos, e inclusive se pueden incrementar en algunos casos, como para combatir la anemia, que está aumentando, para poder derrotar este problema que tenemos en la infancia peruana.

¿A dos años de gobierno, cuál es su balance de las políticas de inclusión social, que es la principal bandera política de la gestión del presidente Humala? ¿Qué opina de los cuestionamientos que se hace a los programas sociales por tener un enfoque asistencialista?


Las ideas primigenias de estos programas sociales eran que se desarrollen en una etapa inicial para pasar luego a etapas productivas. Creo que el tiempo nos ha dispersado esta idea y no se ha avanzando en ese sentido, desarrollando, sobre todo, microcréditos hacia los pobladores que reciben estos programas sociales, especialmente Juntos, Pensión 65, que son programas donde podría haber una reproducción del dinero que se entrega en algo más efectivo que solamente entregar dinero, y así estas personas tengan la capacidad de ser un pequeño sujeto financiero de microcrédito. Es decir, que estos programas dejen de ser asistencialista y pasen a ser programas productivos. Creo que la salida de la ministra (Carolina Trivelli), que desde el MIDIS (Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social) era una de las personas que iba a poder llevar a cabo estos programas productivos, puede retrasar aún más que se pueda llegar a esto.

"No llegamos con los programas sociales con la efectividad que podemos tener, esto es sumamente preocupante, sobre todo en las zonas rurales del país", asegura Lerner.
¿Por qué se ha dado este retraso en pasar del asistencialismo a programas productivos?

Porque más se ha estado buscando si estos programas sociales están perforados, es decir si hay personas que no debían recibirlos, se ha estado buscando más la transparencia de los programas, las filtraciones, para que los reciban las personas más necesitadas, y no se ha a aprovechado el desarrollo mismo de los programas sociales para volverlos de asistencialistas a programas productivos. Además, hay que ver el contexto de los programas sociales, sobre todo los que llegan a las regiones más pobres del país, donde falta agua, luz, conectividad, carreteras, eso no les da otras oportunidades que ser asistencialista, entregar dinero y que las personas puedan utilizarlo en un gasto corriente en lugar de efectivamente hacer más productivo el dinero que se entrega. Hay que complementar los programas sociales con una capacidad de conectividad, que las personas que viven sobre todo en la parte rural del país tengan las mínimas condiciones de agua, saneamiento, electricidad y carreteras, para que se vayan incorporando a una actividad más productiva para el país.

¿Una debilidad de la política social del gobierno es mantener invariable el contexto macroeconómico y no hacer cambios en las causas económicas que generan esta situación de exclusión, de pobreza?

Creo que debe haber un tipo de nueva direccionalidad que apoye mucho más, por ejemplo, las posibilidades de avanzar en la disminución de la desnutrición infantil y, sobre todo, en el tema de anemia, que es muy preocupante porque está aumentando en el país. Estas políticas se tienen que dar en el marco de una nueva ministra de Desarrollo e Inclusión Social (Mónica Rubio), que esperamos que en las próximas semanas pueda tener un diagnóstico muy importante de su sector para poder cambiar esas políticas que es necesario modificar.

¿Se necesita reformular las estrategias, las políticas, en los temas específicos de anemia y desnutrición?

Sí, porque en un caso no están dando los resultados de disminución que se habían previsto para llegar al 10 por ciento de desnutrición infantil en el 2016. En el otro caso, la anemia está aumentando, lo que estaría significando que no se está haciendo la previsión necesaria. Esa es una alerta muy importante. Hay algunos temas de los programas alimenticios de cero a tres años y de tres a cinco años que deberían ser revisados, porque, justamente, la anemia podría estar ocasionada por la falta de una serie de aspectos vitamínicos o proteicos que en la infancia son necesarios para evitar la anemia…

Se ha denunciado que se ha reducido el presupuesto para la alimentación complementaria para los niños de cero a tres años…

Eso me parece un tema que hay que revisarlo rápidamente. Hay que actuar con mucha rapidez en volver a retomar estos programas alimenticios.

Al inicio del gobierno, cuando usted como primer ministro presentó el plan de gobierno en el Congreso, habló específicamente de una prioridad en la inversión a favor de la primera infancia, con metas ambiciosas, como proponer como objetivo nacional erradicar la desnutrición crónica infantil - luego el gobierno pasó a una meta del 10 por ciento de desnutrición infantil para el año 2016- o universalizar la educación inicial. ¿Dos años después, cree que ese impulso inicial dado por el gobierno a la prioridad a la primera infancia ha perdido fuerza?

No se le ha dado la fuerza necesaria que debería tener. Los niños que no acceden a educación inicial, que tienen problemas de desnutrición, de anemia, están en desventaja frente a otros niños. Si no se hacen las previsiones necesarias en los niños de cero a cinco años, eso trae consecuencias. Hay que poner el énfasis en la primera infancia, en combatir la anemia, la desnutrición.  Ese es el esfuerzo que no se ha hecho con la debida intensidad, con la debida fortaleza que requeriría este tipo de acciones.

¿Existen los recursos económicos y la capacidad técnica, pero lo que está faltando es la decisión política para impulsar acciones más decididas a favor de la primera infancia?

Diría que se requiere decisión política y decisión administrativa de la burocracia estatal para llevar adelante estas políticas. Cuando digo burocracia estatal no solo me refiero al gobierno nacional, sino también a los gobiernos regionales y locales, que creo deben imprimir un sello muy importante en su trabajo en el sector de la infancia.

Presidentes regionales y alcaldes se quejan de que la burocracia del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) traba una serie de proyectos de inversión social. Señalan que el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) pone problemas a proyectos de desarrollo humano y direcciona la inversión a proyectos de infraestructura, a fierro y cemento. ¿Esa queja tiene sustento? ¿Qué se hizo cuando fue primer ministro para cambiar esta situación? ¿Cómo está este problema ahora?

Nosotros planteamos que el efecto nocivo de que no haya una buena correlación entre gobierno nacional y gobiernos regionales y locales lo podíamos superar con una descentralización administrativa. No estoy llamando a una descentralización de orden completo, sino a pasos necesarios para que cada una de las regiones, de las municipalidades, tome decisiones importantes en la parte fundamental que es impulsar el trabajo productivo en su localidad. Ese paso luego no se dio. Se trató de ver cómo implementar esta descentralización con un tipo de fiscalización para que se invierta en cosas que efectivamente sean prioritarias en cada una de las regiones. Pero después las cosas se dejaron ahí y se volvió un poco al centralismo de Lima, al centralismo del MEF, no se siguió con estos pasos de la descentralización. Creo que lo fundamental aquí es hacer una descentralización efectiva, que haya autonomías regionales respecto de las autoridades centrales del país, no digo que se haga desde un inicio en todas las regiones, pero por lo menos comenzar implementándola en las primeras seis macroregiones que planteamos…

"Hay que poner el énfasis en la primera infancia, en combatir la anemia, la desnutrición, ese es el esfuerzo que no se ha hecho con la debida intensidad", dice Lerner.
¿Ese proyecto de avanzar con esas seis macroregiones que tenia la PCM (Presidencia del Consejo de Ministros) bajo su gestión en el inicio del gobierno, ha quedado congelado?

Eso ha quedado congelado, efectivamente, y eso es lamentable. Eso es una de los defectos y consecuencia de centralizar todo en el MEF. Hay que ir a una reestructuración del Estado haciendo regiones transversales que tengan autonomía económica y administrativa, que comiencen a trabajar en proyectos conjuntos. Esa era la propuesta inicial de hacer las macroregiones. Se debe dar un sentido práctico a la descentralización, tanto de los programas sociales, como de la inversión pública.

¿Con su experiencia frente de la PCM, diría que el MEF representa una traba para profundizar la inversión en desarrollo humano?

El MEF en estos últimos años ha estado estructurado más como un Ministerio de Hacienda que como un Ministerio de Economía, ahí está una de las dificultades, porque la parte económica es también poder dinamizar, incentivar, la economía de cada una de las regiones…

¿Diría que el MEF ha tenido una visión más de cajero que de impulsor de un desarrollo económico sostenible?

Por lo menos esa ha sido la fórmula que han trabajado en los últimos años desde el Ministerio Economía y Finanzas.

Se habla mucho de crecimiento económico, pero poco de desarrollo humano. ¿No se le está dando al desarrollo humano la importancia que tiene?

Creo que un evento para decirle al mundo que el Perú ya no tiene desnutrición infantil, que ya alcanzó un grado cero de anemia, es mucho más importante que un “road show” para mostrar las capacidades del país en minería, porque el inversionista va a ver que estamos formando un capital humano para que el día de mañana pueda cumplir un rol fundamental en los cambios de desarrollo económico del país. Al desarrollo humano hay que darle la importancia necesaria y por eso como Grupo impulsor Inversión en la Infancia estamos haciendo esta alerta por la primera infancia. Creo que es una alerta muy importante porque necesitamos trabajar para que el futuro esté realmente cristalizado en el país. El futuro son nuestros infantes.

¿Cuál es el rol de la sociedad civil para impulsar políticas que prioricen el desarrollo humano?

El rol de la sociedad civil en este momento es ver que se mantengan los presupuestos para las políticas sociales, para los programas a favor de la infancia, porque viene en el Congreso una discusión del Presupuesto Público para el próximo año; ver que estos programas sociales sean monitoreados y que se descentralicen; ver que se ponga énfasis en los puntos en los que no se ha avanzado, como en el caso de la desnutrición infantil en cuya disminución no se está avanzando a la velocidad que se requiere o en el caso de la anemia que se ha incrementado. Hay que hacer un llamado a quienes tienen responsabilidad en estos temas: los médicos, las empresas de responsabilidad social, las familias. Es fundamental tener conciencia de que si no lo logramos ganar el combate a favor de los niños tendremos para el futuro del país una carga muy negativa. Hay que hacer un llamado a todos los ciudadanos a participar, a dar las ideas necesarias para que podamos tener éxito en reducir drásticamente la desnutrición y la anemia infantil en el Perú.


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