Violencia contra niñas aumentó en 50% por pandemia

La pandemia por el coronavirus y las prolongadas cuarentenas han provocado un incremento de hasta en un 50% de trastornos clínicos en los niños, niñas y adolescentes, así como las conductas violentas intrafamiliares. A esto se suma las graves consecuencias que puede acarrear una insuficiente inversión para prevenir la violencia en esta parte vulnerable de la población, señaló el Grupo Impulsor para Poner Fin a la Violencia Contra las Niñas, Niños y Adolescentes.

Este panorama se muestra de acuerdo a las cifras del Centro de Emergencia Mujer del 2021, que señala que solo en enero 2021 se registraron 1086 casos de violencia sexual, y en lo que va del año ya suman 9800 los casos. De esta manera, vemos como la niñez y la adolescencia es la más afectada.

Lourdes Febres, directora de Acción por los Niños e integrante del Grupo Impulsor, advirtió que estas condiciones pueden traer diversas secuelas ya que una niña o niño violentado tiene un 5% menos de desarrollo cognitivo, menos probabilidades de culminar exitosamente la escuela, de desertar y tener menos años de estudios, de que existan más embarazos no deseados de niñas que tendrán mayores probabilidades de no culminar la escuela o terminarla tal vez muchos años más tarde.

También durante la pandemia el 60% de niños de 6 a 11 años, el 44% entre 1.5 a 5 años y el 59% de adolescentes fueron maltratados físicamente por sus cuidadores. Además, el 40% de adolescentes, el 34% de niños de 6 a 11 años y el 25% de menores de 1.5 a 5 años fueron violentados psicológicamente, según el Instituto Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud.

Por su parte, Sofía García, vocera del Grupo Impulsor explicó que, en nuestro país, 1 de cada 2 niños, entre 2 y 17 años, ha sufrido algún tipo de violencia y el Estado solo invierte menos de US$ 0,69 por niño. Igualmente, 6 de cada 10 niñas y niños, de 9 a 11 años, alguna vez fueron víctima de violencia familiar por una persona con la que vive y solo se invierte US$7 anuales por niño.

Si a este escenario le sumamos el embarazo adolescente que en el Perú sigue siendo un problema de salud pública el panorama es desalentador, ya que las jóvenes que presentan más riesgo de embarazarse antes de tiempo son quienes viven en zonas rurales, en la selva, aquellas en situación de pobreza y las que no han accedido a la educación.