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EXPERIENCIA
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Programa de educación inicial de Tierra de Niños en Pachacutec

La ventaja de ser libres

Un niño libre va a desarrollar mejor sus habilidades motoras y psicológicas.  Es por esto que la ONG Tierra de Niños desarrolla, desde el año 2008, en Pachacutec, Ventanilla, el programa de educación inicial “Promoviendo la psicomotricidad en mi escuela”, que consiste en capacitar a las docentes de  educación inicial para que estimulen el desarrollo psicomotriz de niños de entre tres y cinco años en base al juego libre. Este programa, que capacita a los maestros de tres Centros de Educación Inicial y de nueve Programas No Escolarizados de Educación Inicial (PRONEI), es parte del proyecto piloto Nuevo Pachacutec “Una comunidad digna para vivir”.

Son cerca de 900 niños entre tres y cinco años que se han beneficiado con este programa para desarrollar su psicomotricidad. “El trabajo que hacemos lo que busca es tener niños más autónomos y responsables”, dice Valeria Díaz, responsable del área de educación del proyecto piloto “Una comunidad digna para vivir” y encargada de la aplicación del programa de educación inicial “Promoviendo la psicomotricidad en mi escuela”.

“Todo lo que los niños viven dentro de la sala de psicomotricidad los ayuda a relacionarse mejor con su entorno y a ser cada vez menos impulsivos, que era el principal problema que encontramos en los niños en un inicio”, señala Valeria Díaz.

La idea es darle libertad al niño para que explore a través del juego sus capacidades creativas y también de liderazgo. El ambiente libre se refleja en cómo está organizado el día para el menor. La mañana comienza con la asamblea, en la que los niños conversan sobre los acuerdos en el aula. “Al participar de la asamblea los niños aprenden a respetarse.  Son los propios niños los que ponen las reglas y saben que quien incumple se va al rincón de los no juegos, y ¿quién no va a querer jugar?”, afirma Lucy Spencer, docente del Centro de Educación Inicial “Angelitos de Pachacutec”.

Un segundo momento es el de la expresividad motriz, donde se trabaja el juego libre. Los menores  se disfrazan y construyen casas o torres con los elementos de la sala psicomotriz. “Este es un momento esencial para el desarrollo creativo del niño”, asegura Valeria Díaz.  

Luego viene la expresividad plástica, que es el momento en el que los niños, luego de haber jugado, recrean en dibujos lo que han jugado. Después pasan al momento de la verbalización, en el que los niños cuentan en clase lo que han jugado durante el día.

“Había niños que tenían mucha energía negativa por el mismo entorno violento en el que viven, pero a raíz de que aplicamos la propuesta de psicomotricidad  logramos canalizar esa energía negativa hacia algo positivo. Ahora ellos muestran una mayor disciplina y autonomía. Además, desarrollan la creatividad y el respeto a los demás”, dice Lucy Spencer.

Una de las dificultades para poner en práctica este nuevo tipo de enseñanza fue la inicial resistencia de los padres, con quienes se llevan a cabo charlas para que se involucren en promover la psicomotricidad en su hijo. Al inicio también hubo resistencia en algunos maestros a aplicar este programa.

“Promover la psicomotricidad  busca  también que las docentes mejoren su sistema de actitudes, que sean docentes con mayor capacidad de escucha, más empáticos y que realmente puedan entender el proceso por el que pasa el niño. Al principio de un grupo de diez docentes sólo tres iban a las capacitaciones. Los resultados positivos en la expresividad y autonomía de los niños lograron que se fuera aceptando esta propuesta. Ahora las escuelas se han apoderado de esta propuesta y por más que los docentes se vayan el proyecto queda”, señala Valeria Díaz.

Yliana Parravicina, docente del Centro de Educación Inicial “Caritas Felices”, es una de las maestras capacitadas por este programa. “Nosotras tenemos una estructura en la que pensamos que debe haber una clase con muchas reglas, sin embargo ahora estamos viendo que hay mejores resultados mientras los niños son más libres. Este tipo de enseñanza permite un desarrollo integral del niño”, asegura Yliana Parravicina.


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