Módulos para educación inicial en cuatro distritos de Puno

Lampa y Azángaro, son dos de las trece provincias de la región Puno, ubicadas a más de 3,900 metros de altura, en la zona norte de esta región. Desde el año 2004, en el distrito de Cabanilla, en Lampa, y en los distritos de José Domingo Choquehuanca, Tirapata y Santiago de Pupuja, en Azángaro, la ONG Visión para el Desarrollo (VIPADES) viene implementando el proyecto “Construyendo aulas para Educación Inicial en las comunidades rurales de Puno”. Este proyecto cuanta con el apoyo económico del gobierno de Japón.

Este proyecto, que ha construido doce módulos en estos cuatro distritos de Puno, tiene como objetivo brindar a los niños de 4 y 5 años de estas provincias puneñas, aulas de educación inicial dotadas de una adecuada infraestructura y de los materiales educativos necesarios para su educación.

Esta iniciativa ha beneficiado, entre el 2004 y 2012, a un total a 1,700 niños. En Cabanilla, donde el proyecto opera desde 2011, se han construido dos módulos que beneficiaron a 100 niños. En Santiago de Pupuja se han construido, desde 2004, cuatro módulos para 900 niños; en José Domingo Choquehuanca, desde el 2006 son dos los módulos construidos para 300 niños; y en Tirapata se han construido, desde 2008, cuatro módulos que han beneficiado a 400 niños.

Cada módulo cuenta con un aula, un comedor, una cocina para preparar los alimentos de los niños y servicios higiénicos. Cada aula está equipada con mesas, sillas, estantes, escritorio para el profesor y una pizarra acrílica.

Angel Cotacallapa, presidente de VIPADES, señala que “es importante crear ambientes adecuados para el aprendizaje de los niños. La construcción de estos módulos ha sido muy gratificante para ellos, ya que estaban hacinados en aulas de adobe, con techito de paja o calamina que no les permitía tener una adecuada formación. Ahora están en un ambiente más cómodo, con piso de madera, paredes acogedoras y techo más apropiado para soportar el frío”.  

Cada módulo de educación inicial, totalmente equipado, cuesta 110 mil dólares. La Embajada del Japón ha otorgado 100 mil dólares para cada módulo y las municipalidades distritales han puesto una contrapartida por los 10 mil dólares restantes. Para seleccionar los distritos donde se construyen los módulos se vienen priorizando aquellos que no cuentan con los recursos económicos necesarios para invertir en estas  aulas para educación inicial.

El apoyo de la Embajada del Japón en el Perú nació cuando les solicitamos apoyo para construir un aula para educación inicial. Ellos nos pidieron que hiciéramos no un aula sino un módulo compuesto por un aula, comedor, cocina y servicios higiénicos. Lo más importante es que estos módulos están construidos con material noble, es decir, con cemento y ladrillo; probablemente duren unos 100 años si es que se les cuida bien”, indica Cotacallapa.

“La duración del proyecto dependerá del apoyo que nos siga brindando la Embajada del Japón. Mientras sigan confiando en nosotros, vamos a continuar construyendo más módulos para educación inicial. Las necesidades de infraestructura educativa en el Perú se solucionan primero en Lima y después en los distritos más alejados del país. Lamentablemente, el gobierno no ha invertido en infraestructura educativa, especialmente en las zonas rurales. Cada aula que construimos es necesaria para una adecuada formación de los niños”, recalca Ángel Cotacallapa.