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ENTREVISTA
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Carlos Amat y León

“El 2013 es un año decisivo para la inclusión social y, por lo tanto, para la legitimidad del sistema democrático”

Carlos Amat y León, señaló que "el gobierno no está liderando una movilización a favor de la inclusión social, no en las magnitudes que debería hacerlo", en diálogo con el Blog Inversión en la Infancia.

Entrevista: Carlos Noriega

A propósito de la decisión del gobierno de declarar el 2013 como “Año de la Inversión para el Desarrollo Rural y la Seguridad alimentaria”, el ex ministro de Agricultura y actual miembro del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, Carlos Amat y León, dialogó con el Blog Inversión en la Infancia sobre la política agraria para los sectores campesinos más pobres y excluidos, y lo hecho durante el actual gobierno en inclusión social. Amat y León destaca algunos avances, pero advierte que falta voluntad política para impulsar una efectiva inclusión social y que si no hay avances importantes en este aspecto se puede poner en riesgo la legitimidad del sistema democrático.


El gobierno ha declarado el 2013 como el “Año de la Inversión para el Desarrollo Rural y la Seguridad Alimentaria”. ¿Cuál es el significado de esto y cómo hacer para que no quede solamente en una declaración sino que se traduzca en acciones efectivas para impulsar el desarrollo rural y la reducción de las grandes brechas sociales que existen en el país, con un 56 por ciento de pobreza rural contra a un 20 por ciento de pobreza urbana, una pobreza extrema rural (20,5%) quince veces mayor que la pobreza extrema urbana (1,4%), y cerca de 39 por ciento de desnutrición crónica infantil en las zonas rurales, con distritos en los que se eleva hasta 80 por ciento, frente a 14 por ciento de desnutrición infantil en el área urbana?

Esta declaración de “Año de la Inversión para el Desarrollo Agrario y la Seguridad Alimentaria” es importante porque compromete no solamente al presidente Humala, al gobierno, sino a toda la clase política que apoya la idea de la inclusión social, que es un gran consenso que nadie discute, al menos declarativamente. Esta declaración debe tener la exigencia para la asignación de recursos en el Presupuesto de la República y que eso se concrete en proyectos de magnitud y con capacidad ejecutiva para llevarlos con efectividad al campo. Un primer dato alentador de eso es la noticia de que el presidente Humala ha estado hace unos días en un distrito de Cerro de Pasco donde ha inaugurado un tambo. Ya se han creado 150 tambos en todo el Perú. La idea de construir estos tambos en las zonas rurales es una idea por la que yo he abogado desde hace muchos años. Estos tambos, construidos en las zonas rurales a más de cuatro mil metros de altura, que son las zonas más excluidas del país, reúnen a las distintas instancias del Estado para atender a esta población rural. En estos tambos están la agencia agraria, el Banco de la Nación, las instancias administrativas que dan títulos de propiedad sobre la tierra, los Centros de Salud y los Centros de Gestión de Producción y de Comercialización. Todo en un solo punto…  

Pero más allá de la construcción de estos tambos, ¿cuáles son las políticas que se requieren para promover un desarrollo productivo y el acceso al mercado de los pequeños campesinos, que se estiman en unos dos millones y son el sector más excluido?

Se requiere una inversión en capital institucional, que se lleve un “staff” de profesionales a los lugares rurales más aislados, más excluidos, donde está la extrema pobreza, y ahí se dé capacitación para apoyar un desarrollo productivo. En ese sentido, los tambos tienen la función de dar seguridad jurídica a los campesinos sobre sus tierras, generar innovación tecnológica en la producción agraria, darles créditos, apoyar en la comercialización de los productos de los campesinos dándoles acceso a los mercados, dar servicios básicos de salud, de educación y de seguridad ciudadana, acceso a la Justicia para resolver los conflictos. La idea de los tambos es colocar en ellos todos estos servicios y capacidades y desde ahí irradiarlos para que lleguen al campesino más apartado.

¿Considera que estos tambos son el eje de una política de desarrollo agrario?

Más que de desarrollo agrario, de una política de desarrollo de las poblaciones aisladas de la sierra y de la selva…

¿Con estos tambos es suficiente para impulsar el desarrollo de estas poblaciones más aisladas y excluidas?

Estos tambos tienen que estar organizados con un “staff” de profesionales de primera calidad, que las agencias agrarias y el Banco de la Nación que se pongan ahí tengan líneas de crédito a largo plazo para los campesinos, y que eso sea complementado con la inversión del gobierno nacional, y de los gobiernos regionales y locales, en infraestructura para que esas comunidades aisladas tengan carreteras, puedan tener comunicación con fibra óptica, puedan tener acceso a celulares para comunicarse y a servicios básicos de capitalización social, como educación, salud, seguridad.

Un aspecto clave para que esta declaración de “Año de la Inversión para el Desarrollo Rural y la Seguridad Alimentaria” se traduzca en una política efectiva en ese sentido es el presupuesto que se le otorgue a estas políticas. ¿El Presupuesto del año 2013 refleja una prioridad del desarrollo agrario?

Han asignado para la creación de estos tambos 155 millones de soles en el Presupuesto para este año….

"Debe haber un impulso y una voluntad política para enfrentar este problema del sector rural con una extraordinaria movilización de recursos", dice Amat.
¿Pero esos 155 millones de soles para un año le parece una cantidad suficiente para promover el desarrollo del sector rural?

La creación de estos tambos, que son una propuesta integradora de los distintos servicios del Estado, es un inicio muy alentador, pero lo que falta es que estos tambos se multipliquen y que se destinen más recursos para esto, porque 155 millones de soles no son suficientes. Esa cantidad debería multiplicarse por diez. Un buen punto para el ministro de Agricultura, Milton von Hesse, es que ha logrado que desde el MEF (Ministerio de Economía y Finanzas) se incluya en el Presupuesto del 2013 algo así como mil millones de soles para la construcción de reservorios de agua en las zonas rurales. Eso es un buen paso, pero eso debe complementarse con otros pasos…

¿Qué pasos están faltando para avanzar en una política de desarrollo agrario?

La inversión del Ministerio de Agricultura en la construcción de reservorios de agua debe complementarse con el manejo del uso de esa agua, con riego tecnificado para cultivos que sean rentables, y para que sean rentables esos cultivos tienen que tener buenos rendimientos y poder ser vendidos, porque si no hay gerencia de mercado esos reservorios se van a quedar en piezas arqueológicos, como buena parte de la obra pública y de la obra asistencial de muchas ONG. Falta que la inversión del Ministerio de Agricultura en reservorios de agua se articule con una política de capitalización agropecuaria.

La política agraria del actual y de anteriores gobiernos es cuestionada por darle prioridad a la agroexportación y abandonar al pequeño campesino. ¿Coincide con esa crítica?

Tradicionalmente el pequeño campesino ha estado aislado, excluido, por eso es que en esa zona rural está la extrema pobreza y se ha dado esa expulsión de los pobres del campo a las ciudades. Veo que ahora se están dando pasos interesantes a favor de los pequeños campesinos, como estos tambos, pero hay que exigir que para estos tambos se otorgue el presupuesto necesario, que los ministerios de Educación, Salud, Transportes, Vivienda, Agricultura y otros, estén nucleados con la idea de los tambos para que así se puedan capitalizar las zonas más excluidas del país. Un paso positivo a favor de ese sector rural pobre de pequeños campesinos es Sierra Exportadora, donde está Alfonso Velásquez…

Sierra Exportadora viene del gobierno anterior, pero ha sido un proyecto que nunca despegó…

Es que las declaraciones y las propuestas de los titulares están muy por encima de los recursos que se han asignado. Sierra Exportadora tiene grandes y lindas ideas, pero con 10 millones de soles no se hace nada. Si hablamos en serio se le deberían dar mil millones de soles…

¿Y ahora cuánto está recibiendo?

Me temo que no es más de 20 ó 30 millones de soles…

Entonces Sierra Exportadora sigue siendo un saludo a la bandera.

Ese es el problema, hay lindos proyectos, muy puntuales, pero muy pequeños y que no responden a la magnitud del problema de la realidad del país.

El gobierno del presidente Humala tiene como principal bandera en su discurso la inclusión social. ¿Cuánto se ha avanzado en este tema en el año y medio de gestión del actual gobierno?

En el gobierno de Humala hay un cambio notable en la asignación de recursos a los programas sociales y en el potenciamiento de estos programas en comparación con lo hecho por los gobiernos de García y Toledo. Ahora hay un Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, con una muy buena ministra, que está haciendo cosas muy buenas en términos de darle mayor racionalidad al gasto social y mejorar la focalización, monitoreo y calidad de los programas sociales. En eso se está avanzando en un año y medio lo que no se ha avanzado en 30 años. Pero el límite para la inversión social es la traba que pone el andamiaje burocrático del Estado a la inversión social. La forma como está organizado y reglamentado el Estado sofoca, asfixia, al gobierno, tanto al de Humala como antes a los gobiernos de García, Toledo, Fujimori, Belaunde, hasta Ramón Castilla. Tenemos un aparato estatal burocrático creado por los borbones, que es vertical, clientelista, y todas las políticas sociales son obstaculizados por este manejo. Ahí está el mayor cuello de botella histórico del país.

¿No se está avanzando en cambiar esos mecanismos burocráticos del Estado que traban la inversión social?

No veo avance en ese sentido. En eso no hay un cambio sustantivo. Si no se reforma el Estado para terminar con esas trabas a la inversión, entonces las políticas de inclusión social van a naufragar.

Al comentar sobre las políticas de desarrollo rural y, por lo tanto, de inclusión, usted ha destacado la construcción de tambos y de reservorios de agua en las zonas rurales alejadas, ¿pero eso no le parece insuficiente para hablar de una real y efectiva política de desarrollo agrario?

Los tambos y la construcción de reservorios de agua son pasos positivos, como lo ha sido el impulso a la construcción de carreteras rurales en los dos gobiernos anteriores, que han tenido un impacto muy importante, pero comparto la idea de que todo esto es insuficiente. Si estamos hablando del problema más grave del país, si la clase política está hablando de que hay un consenso de priorizar la inclusión social, si eso está en el Acuerdo Nacional, si el actual presidente ha sido elegido con el discurso de la  inclusión social y si eso es algo que nadie discute, entonces debe haber un impulso y una voluntad política para enfrentar este problema del sector rural con una extraordinaria movilización de recursos, como, por ejemplo, se dio en el caso de la reforma agraria para resolver el problema de la tierra o la movilización de recursos para derrotar a Sendero Luminoso.

¿No hay un real compromiso político a favor de la inclusión social?

No lo hay. No hay una movilización política y social sustantiva a favor de la inclusión social, como en los años ‘70 hubo una movilización por la reforma agraria y después para derrotar a Sendero Luminoso. El gobierno no está liderando una movilización a favor de la inclusión social, no en las magnitudes que debería hacerlo.

¿En los programas sociales del gobierno hay más asistencialismo que efectiva inclusión social?


Sí, totalmente. Está predominando la concepción de que la pobreza es la falta de alimentos y que la respuesta es entregar alimentos, que la pobreza es falta de educación y la respuesta es aumentar el sueldo a los maestros y construir más escuelas, pero eso no garantiza una mejora de la calidad educativa. La pobreza es la incapacidad de la población para generar su propia riqueza. Inclusión social es incorporar a la población excluida, rural, más pobre, en un sistema productivo, y en eso, salvo algunas gotas en el océano, no hay acciones. El 2013 es un año decisivo para la inclusión social y, por lo tanto, para la legitimidad no solamente del gobierno de Humala sino también del sistema democrático.

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