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ENTREVISTA
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Carlos Monge

“Tenemos un crecimiento económico que es excluyente en lo social y territorial”

Carlos Monge, investigador de DESCO, en entrevista en el programa Opinión de Salgalú TV Online


Entrevista: Carlos Noriega

En la siguiente entrevista, Carlos Monge, historiador, antropólogo e investigador asociado de DESCO (Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo), analiza la relación entre el crecimiento económico sostenido que ha tenido el país en los últimos años y la reducción de la pobreza y las brechas sociales. En opinión de Monge, el actual gobierno, que ha hecho de la inclusión social el centro de su discurso político, ha avanzado en mejorar los programas sociales, tanto en recursos económicos como en su manejo, pero no está enfrentado los problemas estructurales de la pobreza y la exclusión social. Presentamos un resumen de la entrevista a Carlos Monge en el programa Opinión de Salgalú Tv Online


En los últimos años el Producto Bruto Interno (PBI) del país ha crecido alrededor de 40 por ciento, mientras la pobreza ha bajado solamente 11,5 puntos. La pobreza rural es tres veces mayor que la urbana y la pobreza extrema en las zonas rurales es quince veces más alta que en las zonas urbanas. La desnutrición crónica infantil es 19,5 por ciento a nivel nacional, pero hay regiones como Huancavelica donde supera el 50 por ciento y distritos, como Omacha, en Cusco, donde llega al 80 po0r ciento. ¿Cómo ves este panorama de inequidad social en este contexto de crecimiento económico? ¿Se está perdiendo una oportunidad para cerrar las brechas sociales?

Hay que mirar el contexto para apreciar el significado de los logros que se han tenido. Vivimos un ciclo sin precedentes de crecimiento económico. Tenemos unos 20 a 25 años de crecimiento económico sostenido, entonces ha sido realmente una oportunidad sin precedentes para atacar los problemas de pobreza. Creo que dada la enorme oportunidad que hemos tenido con este crecimiento económico, los logos no son lo que hubiesen podido ser. Ciertamente, si hay un crecimiento económico va a disminuir la pobreza, porque hasta en la teoría más neoliberal hay algo de goteo, de chorreo, de llovizna o aunque sea de garúa, y van a haber sectores económicos que se enganchen a esa dinámica de crecimiento, pero hay una brecha enorme entre el 40 por ciento de crecimiento del PBI en los últimos cinco años y los 11 puntos de caída de la pobreza. La reducción de la pobreza tendría que haber sido mucho mayor.

¿Por qué este crecimiento económico no se ha traducido en una mayor reducción de la pobreza, en un avance en el cierre de las brechas sociales? 

Hay un estilo de crecimiento liderado primero por la venta de activos fijos del Estado en todos los sectores, cuando se privatizó pesca minería, petróleo, todo, y luego liderado por una inversión muy concentrada en explotación de recursos naturales y en actividades de servicios y finanzas, que es donde se ha concentrado mucho la inversión extranjera. Ese crecimiento liderado por la exportación de minerales y concentrado en servicios financieros, del gran comercio, genera una caída de la pobreza sobre todo en el espacio urbano y en algunos escenarios rurales que se logran enganchar y articular a los procesos de agroexportación, pero deja fuera a un importante sector de la población…

¿Es un crecimiento excluyente?

Es un crecimiento concentrado social y territorialmente, y, por lo tanto, excluyente de algunos territorios y de algunos sectores sociales. En las cifras se ve que si bien hay una caída general de la pobreza, hay una profundización de la desigualdad, y ese es un problema serio. Es una desigualdad que tiene ubicación y que tiene rostro: rostro indígena, de mujer, de niño, y tiene ubicación en la mancha india, porque es la zona rural, en particular la sierra sur andina, que concentra estos datos de pobreza que mencionabas al inicio y que viéndolos uno no puede declararse estrella mundial de nada. Cuando tienes un distrito con el 80 por ciento de niños con desnutrición, no puedes declarar alegremente que eres la estrella mundial del crecimiento junto a China, pero esos datos se ocultan detrás de los promedios. Como decía, hay un crecimiento que ha jalado a ciertos sectores, pero que ha dejado fuera a otros. 

¿Y qué se ha hecho para esos otros sectores sociales?

Para esos otros sectores se han diseñado programas sociales. Mi preocupación es cuán sostenible es esa salida de la pobreza en base a programas sociales, porque si a una persona se le da todos los meses 100 soles mensuales, como hace el programa Juntos, y después llega el medidor para medir la pobreza monetaria, entonces esa persona aparece por encima del dólar diario de ingresos y ya no está en una situación de pobreza extrema. Pero, ¿si un mes no llega el cheque de 100 soles?, en ese caso, esa persona vuelve a caer en el rango de pobreza extrema.

¿La cifra de pobreza nacional de 27,8 por ciento, que mide la pobreza monetaria, está subestimando la pobreza realmente existente? 

Creo que hay que ser más exigentes en la medición de la pobreza, hay que ver qué distorsión positiva está generando el impacto de los programas sociales y qué pasaría si no hubiera ese cheque mensual de 100 soles del programa Juntos, hay que ver qué distorsión en los ingresos están generando las varias economías ilegales que existen, como el contrabando, el narcotráfico, la minería ilegal y otras. Me gustaría ver las cifras de pobreza desagregadas, donde se mida pobreza por ingreso monetario, pero sin el cheque de 100 soles del programa Juntos,  porque, y esto va a sonar bien conservador, la única salida real de la pobreza en un escenario como este es cuando uno logra ser exitoso en el mercado, el día que un campesino pueda vivir decentemente vendiendo sus papas, kiwicha, fibra de lana, habas, y que no necesite el cheque del programa Juntos…

Cuando haya una inclusión productiva al mercado de esa población… 

Una inclusión productiva y ciudadana, donde una persona no dependa del apoyo del Estado, porque si no lo que estás haciendo es sosteniendo a un sector de la población que es inviable en las actuales condiciones en las que se configura el mercado, lo tienes agarrado de los pelos por encima de la línea de la pobreza con una inyección mensual de dinero. La pregunta es: ¿cómo serían los datos de la pobreza si excluyes de la medición esa inyección de dinero de los programas sociales? Junto con la inyección monetaria de los programas sociales, que es bienvenida porque hay gente que tiene que comer a fin de mes, hay que desarrollar las capacidades de inserción productiva de esta población. Pero ahí te estrellas con un tema de política pública: no hay en este país una política para recuperar el mercado interno para los productores locales. Te estrellas contra los Tratados de Libre Comercio (TLC) y el fundamentalismo talibán de cero aranceles, cero protección.

Este gobierno ha hecho de la inclusión social el centro de su discurso, su apuesta política principal. ¿Qué tanto está haciendo el gobierno por una real inclusión social? ¿Ha cambiado este modelo de crecimiento con exclusión al que te referías y el concepto de enfrentar la pobreza con programas sociales asistencialistas? 

"Mientras se mantega este dogma de mercado absoluto el campesino no va a ser viable y está condenado a ser siempre beneficiario de los programas sociales", señala Monge
El gobierno se mantiene dentro del modelo creado en los años ’90, que es una política neoliberal, de mercado absolutamente abierto, donde casi no hay un rol regulador ni promotor del Estado, y donde la única política pública es liberar, liberar, liberar el mercado, y donde sobreviven los que pueden y para los que no se enganchan están los programas sociales.

¿Es posible avanzar en una real inclusión social manteniendo intocable la esencia de ese modelo económico neoliberal de los últimos 20 años?

No, creo que no.

¿Hay, entonces, una contradicción entre el discurso del gobierno que habla de priorizar la inclusión social y su política económica que mantiene el modelo económico neoliberal? 

En el marco de este modelo fujimorista, neoliberal, Consenso de Washington, que permanece intocado desde los años ‘90 hasta ahora, hoy tenemos más dinero para los programas sociales, y ahora tenemos un equipo técnico profesional muy solvente a la cabeza del MIDIS (Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social): son gente honesta, bien intencionada y la mejor que vas a encontrar para hacer lo que se está haciendo en el marco de este modelo, le han puesto la puntería a temas de primera infancia, que estaban descuidadas antes, y están tratando de romper la sectorialización de la intervención para actuar como Estado con “proyectos combo” integrales; todo eso me parece muy bien. Sin embargo, el problema de fondo con este modelo es que el campesino no es viable por los recursos que tiene, por la tecnología que usa, por el capital al que puede acceder, por el tipo de parcela que maneja; no puede competir con la importación masiva de productos subsidiados que los saca del mercado. Mientras se mantenga este dogma de mercado absoluto abierto, ese campesino no va a ser viable, entonces lo estás condenando a que sea siempre beneficiario de una programa social, cuando la esencia misma de los programas sociales, y eso (la ministra de Desarrollo e Inclusión Social) Carolina Trivelli en buena hora lo ha repetido muchas veces, es que los programas sociales sean temporales. El objetivo de un MIDIS es dejar de existir…

¿Pero el modelo de desarrollo del gobierno apunta, por el contrario, a programas sociales y a un MIDIS permanentes?

El modelo económico apunta, efectivamente, a un MIDIS permanente, porque este modelo, por definición, genera exclusiones territoriales y de sectores sociales, exclusiones que en el Perú tienen connotaciones raciales, culturales y étnicas. El dato de que en más de un 80 por ciento de los casos una mujer india rural es igual a una mujer pobre, es un dato del Banco Mundial, no es un invento de algún izquierdista. El rol del MIDIS es un mientras tanto, pero quienes deberían atacar estructuralmente la pobreza son el Ministerio de la Producción y el  Ministerio de Agricultura…

¿Y están haciendo algo?

Siento que no. El Ministerio de Agricultura sigue concentrado en la producción de las plantaciones de agroexportación, porque sus indicadores de éxito son volumen de exportación, cantidad de divisas generadas, cantidad de productos colocados en el mercado externo, pero no veo en las declaraciones, acciones y políticas del Ministerio de Agricultura una preocupación central por la producción campesina pobre de la sierra centro – sur. Hay que ver cómo se potencia este sector campesino pobre, cómo se vuelve competitiva su producción, cómo recupera mercado, cómo se convierte en un espacio de acumulación. El énfasis sigue siendo costero. No veo nada que apunte al pequeño campesino andino.

Si se habla de inclusión social una política pública que impulse el desarrollo de los pequeños campesinos es fundamental, porque es en ese sector que se dan los mayores niveles de exclusión…

Así es. Debería haber una inversión masiva del Estado en, por ejemplo, promover la búsqueda de mercados externos para esta agricultura campesina que tiene como valor agregado la biodiversidad, la producción de especies y variedades que no existen en ninguna otra parte del mundo. Y al mismo tiempo habría que tener una política más agresiva del consumo interno de los productos de este sector campesino, para reenganchar con la producción local el consumo interno, que ha crecido pero que tiene un componente importado bruta mientras hay una oferta interna de productos agrícolas que no tiene donde ir. En ese sentido, creo que en esta tarea, más importante que el Ministerio de Agricultura o que el sector Pesquería son Gastón Acurio, Mariano Valderrama y Mistura, por esta revaloración de la producción local en la clase media, en la clase media alta. Los  chefs que ha muerto en Ayacucho estaban yendo a hacer la tarea que debería hacer el Ministro de Agricultura de ver qué producen estos pequeños productores y  cómo traer sus productos a Lima.

¿Para el gobierno la inclusión social solamente pasa por darle más recursos a los programas sociales? 

"En la inclusión social hay más discurso que acción. Lo hecho en términos de inclusión social es deficitario frente a la magnitud de la promesa electoral"
Por darle a estos programas más recursos, por una mejor focalización, por incorporar  sectores de primera infancia y ancianos que antes no se tocaban. Me da la impresión que ahora hay un manejo menos clientelista, menos populista, más limpio, más decente, de los programas sociales. Eso es bueno porque se necesita un paraguas protector de gente honesta que no juegue a la política con el manejo de los programas sociales. Creo que en los programas sociales se está haciendo todo lo mejor que se puede hacer en el marco de un modelo económico que seguirá generando exclusión social y territorial, porque no da respuesta a las razones estructurales de la pobreza. Pero el problema es la falta de políticas públicas en el sector rural, en el sector producción, que les permitan a estos productores vivir razonablemente desde su condición de productores y no vivir razonablemente desde su condición de pobres asistidos por el Estado.

¿En el tema de inclusión social, en el gobierno hay más discurso que acción?

Diría que sí hay mas discurso que acción, es decir, para una campaña electoral donde la oferta principal fue la inclusión social creo que lo hecho en términos de inclusión social es deficitario frente a la magnitud de la promesa electoral. El discurso sobre inclusión social era exuberante, pero la acción no lo es. En el tema de primera infancia, creo que no hemos logrado que en la prioridad de la primera infancia se pase del discurso a la acción, pero, por lo menos, se ha avanzado en el discursos, por lo menos ya hay una política pública sobre infancia, antes ni siquiera había un reconocimiento público de la prioridad que debe tener la primera infancia. Dicho esto, creo que se ha dado un paso importante con la creación del MIDIS, se ha dado un marco institucional nuevo, especializado. Eso es importante. Y es importante haberle encargado la conducción del MIDIS a un equipo con el que puedes tener discrepancias de visión, pero que es un equipo que en su campo es solvente, profesional y decente. 

¿La política de inclusión social del gobierno basada en los programas sociales tiene una visión básicamente asistencialista que no va a un cambio de los problemas estructurales de la pobreza y la exclusión?

La parte de la oferta electoral de cambiar el modelo económico el gobierno la tiró por la ventana y se quedó con una continuidad pura en la parte macroeconómica pero con mejoras en los programas sociales. Eso no funciona porque no produce una solución sostenible y estructural al problema de la pobreza. Tienen que haber programas sociales y estos tienen que ser mejores y tienen que protegerse con equipos de calidad, solvencia y decencia, pero lo que el país tiene que poner en debate es cuál debe ser el modelo económico, cómo rescatar el mercado interno del abandono en el que se encuentra, cuál debe ser el patrón de acumulación que permita que el campesino pobre salga de la pobreza no porque es atendido por un programa social sino porque se puede integrar como agente económico productivo en el mercado y ser competitivo con sus productos. El problema para mi sigue siendo que hay una excesiva confianza en que los programas sociales son los que van a solucionar el problema estructural de pobreza, y no es así.

En el presupuesto del año 2013 se disminuyen los recursos económicos para programas sociales dirigidos a la primera infancia, como el Programa Articulado Nutricional y el Programa Salud Materno Neonatal, y la mayor disminución se da en los gobiernos locales y regionales. ¿Cómo ves esta disminución y esta recentralización del presupuesto en estos programas? 

No termino de entender cuál es esta doble racionalidad de, por un lado, reducirle el presupuesto a programas que todo el mundo festeja porque atienden a la primera infancia y tienen que ver con reducir la desnutrición y la mortalidad infantil, lo cual no tiene sentido porque somos una país que sigue creciendo, que sigue acumulando reservas, y el presupuesto público ha crecido en más de 13 por ciento para el año 2013, y, por otro lado, que el mayor recorte sea a quienes han gastado con más eficiencia, porque este año los gobiernos regionales han tenido una ejecución de su presupuesto más eficiente que el gobierno central. Hay, en general, un proceso de parálisis de la descentralización, con una campaña política muy fuerte de satanización de los gobiernos regionales como incapaces, inútiles. Esto viene desde la segunda mitad del gobierno de Alan García, cuando se frenó la descentralización. Desde entonces hay un conjunto de intentos sistemáticos del MEF (Ministerio de Economía y Finanzas) de recentralizar el presupuesto público en  general, y los programas sociales forman parte de esto. Si el MEF había aceptado que la primera infancia es una prioridad, entonces lo que uno esperaría es que no se recorte el presupuesto a estos programas en un contexto de bonanza económica.


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