“Hay una contradicción profunda entre la opulencia de Lima y la pobreza y desnutrición de su primera infancia”

La falta de acceso a agua potable y servicios de saneamiento es otro problema grave que afecta a los niños. En Lima hay, como podemos ver en el Infobarómetro de la Primera infancia, más de 290 mil viviendas en las que viven los niños que no tienen acceso a agua potable y más de 280 mil sin servicios adecuados de saneamiento.  

Esas cifras son elevadísimas. Estamos ante una situación muy grave. En términos de pobreza, Lima, que es una ciudad inmensa, tiene igual número de pobres que la suma de Apurímac, Ayacucho y Huancavelica. El gran problema de Lima son los tugurios que hay en el Cercado, en La Victoria, las viviendas en las laderas de los cerros, donde viven los nuevos pueblos que no pueden, por el alto riesgo en el que están, recibir un título de propiedad que les permita acceder a programas o esquemas de agua potable. Cuando no hay agua y desagüe, lo que hay es anemia porque los niños sufren de  diarrea, y eso si es crónico se convierte en desnutrición. Entonces, no basta abordar el tema viendo cómo se nutre a un niño, sino que hay que ver el conjunto de las condiciones en las que viven los niños. 

¿Qué está haciendo la Municipalidad frente a esta situación de la primera infancia? 

Como autoridad municipal nosotros tenemos responsabilidad frente a esta situación, junto con el gobierno central, que nos ha transferido solamente 18 de más de 150 funciones. Lima no tiene las funciones que sí tienen otras regiones. Todavía no nos han transferido recursos en temas como educación, salud o nutrición. El Ministerio de la Mujer nos transfirió algunas responsabilidades, como alimentación, pero eso tiene que ver con los Comedores Populares, no con la alimentación infantil. Hay responsabilidades en las que tenemos que trabajar codo a codo con los Ministerios de Desarrollo e Inclusión Social, de la Mujer, de Educación y de Salud; tenemos que hacerlo con una estrategia, no con un programa, porque tenemos un cementerio de programas en nuestro país, por ello necesitamos tener estrategias, es decir, maneras de trabajar. En la Municipalidad de Lima tenemos la estrategia Igualdad, que es importante ante la ausencia de recursos transferidos por el gobierno central. Hay que ver de una manera integral el asunto. No basta repartir en los desayunos pastillitas con hierro, eso evidentemente hay que hacerlo, pero hay que hacer una estrategia integral. Eso es lo primero. Lo segundo es tener liderazgo. En tercer lugar, hay que abordar lo que se llaman los determinantes de la vida de todos los niños. Si estamos hablando de la primera infancia, seria vivienda, acceso al agua potable y desagüe, educación de las madres, emprendimientos para ellas, no dejar solas a las jefas de hogares. En la Municipalidad de Lima estamos desarrollando programas de fortalecimiento familiar y de ejercicio de derechos.  

¿Cuáles son los programas de la Municipalidad de Lima contra la desnutrición infantil? 

El programa de alimentación infantil lo tiene el PRONAA (Programa Nacional de Asistencia Alimentaria), que está en el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), pero una parte de la atención alimentaria a la primera infancia también la tiene el Ministerio de Salud, son programas muy especializados, que a veces no llegan o llegan mal. Esa dispersión es uno de los problemas más serios que hay. En la Municipalidad de Lima estamos trabajando para poder llegar mejor a las zonas de mayor pobreza, a través de nuestro programa de fortalecimiento familiar y de la estrategia Igualdad. 

¿Cuáles son los logros que se han alcanzado?

Hemos aplicado en el año 2011 el programa de incentivos del Ministerio de Economía y Finanzas para el Programa Articulado Nutricional (PAN). A través de la Gerencia de Desarrollo Social y de la Sub Gerencia de Sanidad hemos llevado este programa a 117 mil niños. Hemos tenido una ejecución de 82 por ciento, a pesar de que tuvimos poco tiempo para implementarlo. Este año esperamos llegar al 100 por ciento. Adquirimos micronutrientes para 6 meses de alimento diario para los niños. En el Cercado de Lima hay 1,200 niños  menores de 3 años que han mejorado su nivel nutricional a través de la red de salud, distribuyendo los micronutrientes y generando condiciones generales de una mejor calidad de vida. Por otro lado, hay 3 mil madres y padres de niños menores de 3 años que desarrollan prácticas saludables. Tenemos 300 promotores de salud, del  Vaso de Leche y del Ministerio de Salud capacitados en sesiones demostrativas sobre nutrición y alimentación, reforzando todo lo que es la alerta temprana en nuestros niños con desnutrición, y tenemos también un plan de monitoreo de los niños. El programa del Vaso de Leche existe en todos los distritos, ahí hay una manera perfecta de llegar a los niños que tienen desnutrición. Esperamos este año llegar al 80 por ciento de los niños con desnutrición crónica. Es una meta concreta que nos hemos trazado. Tenemos que hacerlo junto a nuestros colegas los alcaldes distritales. La prioridad es el niño, la niña, eso es clarísimo. El buen inicio del año escolar ha sido central en la agenda de la Municipalidad de Lima. 

¿Por qué hay tantas dificultades para atender a los niños en Lima, donde no existen los problemas de las distancias que hay en las zonas rurales? 

Las barreras no son solo económicas, hay barreras de carácter cultural, también tienen que ver con el hecho de que mucha gente, sin importar a cuántas cuadras pueda estar de la municipalidad, simplemente no puede salir de su casa, porque tienen que cuidar a sus hijos, o a sus nietos porque sus hijos se han muerto. La pobreza es así de dura y fuerte, entonces nosotros tenemos que llegar donde están estas personas. 

¿Y qué están haciendo para lograr esto?

Tenemos un carrito que se llama Igualdad, que se mete por distintos lugares, que encuentra a las personas, porque hay personas que viven en tal nivel de abandono, soledad, sentimiento de orfandad, a la intemperie, en una situación de no saber dónde meter la cabeza, que sienten que no tienen derechos a nada. Eso no se llama asistencialismo, eso se llaman derechos. Y aunque ellos no crean que los tengan, nosotros sí sabemos que los tienen. Vamos a todos los lugares, hasta los más apartados. Lima ha crecido de manera sumamente irresponsable. Ojalá con el gobierno nacional ahora podamos reducir a la mitad los tiempos que demora una inversión para construir muros de seguridad para las personas que viven en las laderas de los cerros, para llevar agua a las poblaciones que no la tienen, para disminuir la anemia y la desnutrición. 

¿Es posible trabajar conjuntamente con todos los alcaldes distritales de Lima en la lucha contra la desnutrición crónica infantil?

Yo los comprometo a ustedes para que en la Asamblea Metropolitana de Alcaldes, que agrupa a los alcaldes de los 43 distritos de Lima y que es el órgano máximo de gobierno de nuestra ciudad, pongamos la inversión en la primera infancia como uno de los temas centrales en la agenda. Debemos hacer un trabajo de cooperación entre todos los distritos, identificando a los niños desnutridos que hay en cada distrito. Aprovecho la oportunidad para convocar a todos los alcaldes distritales a una presentación del Infobarómetro de la Primera Infancia, organizada por el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, para que nos puedan presentar los datos desagregados por distritos sobre la situación de la infancia, para unirnos en una cruzada contra la desnutrición infantil. Juntos, con el gran poder de la Asamblea Metropolitana, podemos hacer un gran esfuerzo para poner en el centro de la agenda el combate contra la desnutrición. Eso es factible, Lima tiene recursos.

¿Qué estrategias están desarrollando para cuando se culmine la transferencia de competencias y la Municipalidad de Lima asuma la responsabilidad de los sistemas de salud y educación en la capital?

El tema de la educación es una de las ciento y pico de responsabilidades que se deben transferir a la Municipalidad de Lima, pero es inmensa. Es el transatlántico, junto con salud. Lima tiene un régimen especial, al ser la ciudad capital, al albergar a uno de cada tres peruanos y peruanas. Lima necesita que se le transfiera educación, salud. En educación nuestro equipo ha hecho un trabajo con la ministra Patricia Salas. Hemos acordado tener dos prioridades en la transferencia: primera infancia e infraestructura escolar. Esta última es clave en la prevención de desastres. Por ejemplo, Huaycoloco tiene 6 escuelas, lo único que había que hacer era fumigar. Pero cuando yo llegué después de dos días ningún niño había asistido a la escuela porque no se tiene conciencia. Los pobres padres ya no pueden con su alma, y hacen que los niños los ayuden a tirar, recoger las cosas. Hoy día todos los niños están en la escuela. 

¿Cuál es la importancia de los niños para salvar a Lima?

Necesitamos a los niños, porque es a través de la presencia real de los niños que nosotros podemos convertir nuestra ciudad en una ciudad en la que se pueda vivir plenamente y con dignidad. En la Municipalidad de Lima decidimos todos por unanimidad. Todos los grupos presentes en la Municipalidad de Lima decidimos crear el Consejo Metropolitano de Niños, Niñas y Adolescentes. Hay uno en Miraflores y otro en Lima. Los chicos se han ido registrando, han hecho su reglamento, están dirigiendo su Consejo. Eso es importante para que expresen su voz, para que opinen qué hay que hacer para tener un buen inicio del año escolar, qué hacer por los hermanitos más pequeños que deben ir a la educación inicial y puedan hacerlo y no se queden sueltos en la calle mientras la mamá se va a trabajar. Ellos nos van a decir qué sitios son inseguros y seguros para poder mover a la policía y al serenazgo. Los niños tienen que ejercer su derecho a ser escuchados. Eso no es retórica vacía. Probablemente no escuchamos mucho a la primera infancia, pero hay manera de escucharlos, los niños dibujan, plasman de otra manera su punto de vista, no necesariamente pueden dar consejos, pero pensamos en muchas maneras creativas en que ellos puedan participar en el diseño de su propia vida y su propia ciudad. Una ciudad que se construye de espaldas a sus niños es una ciudad que crece con un criterio equivocado, y nosotros tenemos que enrumbar nuestra ciudad en una ruta diferente.