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NOTICIA
Opinión de Elena ValdiviezoLey para matricular a niños de inicial y primaria: razones para no adelantar su aprendizajeLa educadora y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, Elena Valdiviezo, expone una serie de razones psicológicas, neurológicas, pedagógicas, legales y económicas sobre por qué un niño no debe adelantar su aprendizaje, en el marco de la aprobación de la Ley que establece el 31 de julio como la fecha límite para matricular a los niños y niñas en educación inicial y primaria. De acuerdo a Elena Valdiviezo esta norma aprobada recientemente por el pleno del Congreso de la República, debe basarse en la pertinencia de los aprendizajes en relación con la edad, de acuerdo a la evolución neurológica de los niños y a sus capacidades de aprendizaje y comprensión. “Adelantar y forzar a los niños de manera prematura a ciertos aprendizajes en momentos que no son oportunos, puede ocasionar frustraciones innecesarias, baja autoestima, falta de motivación para el aprendizaje con el consiguiente rechazo a la escuela en general. Por ello, la edad de la matrícula es un asunto que compete a los especialistas en estos temas: psicólogos, neurólogos y educadores”, sostiene la educadora. La docente de la Pontificia Universidad Católica (PUCP), señaló que adelantar la enseñanza en niños no es un asunto de simple “opinión”, son decisiones que, por su naturaleza, competen a los profesionales de la educación. “Tenemos la obligación de cuidar que nuestros niños obtengan el mejor rendimiento no sólo en comunicación y matemáticas que son importantes, sino también que desarrollen una actitud científica, así como valores sociales y morales para la vida solidaria en comunidad. En este argumento como en el anterior, la edad de desarrollo tiene que ver con la oportunidad de los aprendizajes”, sostuvo. Valdiviezo agregó que los aspectos técnicos de esta ley deben ser definidos por especialistas del sector y no por personas de buena voluntad o congresistas o por grupos de interés que, en nombre del beneficio de los padres, determinan disposiciones que afectan negativamente a una gran mayoría de niños peruanos. Finalmente, la especialista indicó que no se puede anteponer argumentos económicos de ahorro familiar frente a las necesidades y capacidades de los niños, con presiones que atentan contra un sólido aprendizaje, que es garantía de éxito en la vida personal y profesional, lo que significaría un desperdicio o un gasto aún mayor a mediano y largo plazo por los fracasos escolares o en la universidad. “No pueden primar los intereses económicos por encima del interés superior del niño que se proclama en todas las declaraciones nacionales e internacionales”, concluyó. |