José Rivero: Una vida al servicio de la educación y los niños

 

Hace exactamente un año, un 27 de mayo de 2015, nos dejó quien en vida fue un reconocido educador y miembro fundador del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, José “Pepe” Rivero, quien dedicó su vida a  la educación, centrando sus esfuerzos en los niños más pequeños de las zonas rurales, siempre invocando la necesidad de que accedan a una educación de calidad e igualitaria.

Rivero fue integrante  directivo del Consejo Nacional de Educación. En el año 2006 recibió las Palmas Magisteriales en el Grado de Amauta en reconocimiento a su importante trabajo en favor de la educación. Durante dos décadas fue alto funcionario de la oficina regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para América Latina y el Caribe.

Sobre la movilización “Anemia y Desnutrición Cero”, convocada por Inversión en la Infancia, Rivero decía que “es necesaria e indispensable para enfrentar una de las mayores vergüenzas que tiene el país: el nivel de desnutrición y anemia infantil".

Además consideraba prioritaria a la educación inicial y a la educación pre-inicial de los niños menores a tres años, la cual se da en las casas. Es por ello que Rivero impulsaba que el Estado aumente los presupuestos de ayuda a las madres de zonas rurales, para que puedan darle una mejor alimentación a sus niños, de modo tal que cuando lleguen a la educación inicial puedan aprender como lo haría un niño en las ciudades.

Carlos Amat y León, exministro de Agricultura y actual miembro del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, considera a José Rivero “un ejemplo de vida, nos inculcaba siempre sus principios por la niñez y nos motivaba a seguirlos y ser mejores ciudadanos”.

La profesora y periodista ecuatoriana Rosa María Torres, quien lo conoció cuando Rivero estaba Unesco, lo describe así: “Fue un maestro, mentor, consejero, cómplice, AMIGO con mayúscula. Cálido, afectuoso, sabía crear confianza y autoconfianza, sobre todo amaba lo que hacía, amaba a los niños. Tenía un gran sentido del humor, nunca lo vi salirse de las casillas o ser displicente. Pepe sabía sortear las dificultades y los malos momentos con el espíritu en alto”

Es por ello que desde el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia, creemos que la mejor forma de honrar la memoria de nuestro querido “Pepe” es trabajar incansablemente a favor de los derechos de la infancia, como el acceso a una educación de calidad para todos, igualitaria, que no discrimine entre niños de zonas urbanas y rurales, que atienda adecuadamente a los menores de tres años. Esa era su voluntad y nosotros seguiremos su legado.

Les dejamos algunas de las frases que nos muestran la forma de pensar de José Rivero:

“La infancia es el tesoro más valioso que tiene un país. Debe ser la piedra angular de todo desarrollo y de todo esfuerzo por reducir sustantivamente la pobreza y la desigualdad”.

"No se trata de que haya más educación, sino mejor educación. No es una tarea de tres, cuatro o cinco años, es una tarea de décadas”.

“Tenemos que unir a todos los actores de la sociedad para tener más y mejores docentes comprometidos con la educación y eso significa mejores salarios, mayor capacitación, más incentivos para su trabajo, y contar con infraestructura mínima que permita a los docentes, los estudiantes, los padres de familia, tener garantías de contar con un ambiente escolar adecuado”.

“Tener más de un millón de niños con anemia y más de 400 mil con desnutrición crónica es inadmisible. Si hablamos religiosamente, diríamos que esto es un pecado social enorme”.

“Los altos niveles de anemia y desnutrición infantil significan una reafirmación de la exclusión, significan que nos hemos olvidado de los más pobres, de los que no tienen recursos”.