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OPINION
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Sembrando las bases de mejores aprendizajes

La necesidad de mejorar la calidad de los aprendizajes es un tema central en la agenda actual, pero se discute poco respecto a los procesos para promover una experiencia educativa exitosa. Así, un momento clave como el inicio de la experiencia escolar (y la preparación previa), continúa siendo aún bastante desatendido.

En efecto, en el Perú, la atención a la primera infancia es todavía mucho menor de la que se ha logrado para los niños en edad escolar. Así, apenas el 4% de los niños menores de 4 años reciben algún tipo de servicio educativo, y para los niños de 3 a 5 años la educación inicial universal es todavía una meta pendiente, con una tasa de cobertura del 64%. Es decir, cerca de un tercio de los niños pequeños en el Perú no acceden todavía a la educación inicial.

Sin embargo, no se trata simplemente de incrementar la cobertura, sino de hacerlo manteniendo y mejorando la calidad de los servicios destinados a los niños pequeños. Si algo hemos aprendido de la acelerada expansión de la educación primaria, es que los aspectos relativos a la calidad requieren ser atendidos desde el principio o corremos el riesgo de comprometer los resultados de aprendizaje. Esto es particularmente importante para el caso de los niños pequeños, que requieren de una atención integral que permita el desarrollo de sus potencialidades. Los esfuerzos entonces deben estar destinados a incrementar la cobertura sin perder de vista este objetivo, buscando asegurar experiencias educativas de calidad.

Los primeros grados de la primaria son también fundamentales para lograr un mejor desempeño en los años escolares posteriores, tal como lo evidencian numerosos estudios y como lo reconoce el Proyecto Educativo Nacional. La transición al primer grado resulta así un momento clave, ya que los niños que se adaptan bien desde un principio tienden a mostrar un mejor desempeño en los años siguientes. La experiencia previa es central, ya que los niños con acceso a educación inicial tienen más posibilidades de experimentar una transición exitosa al primer grado, por lo que resulta fundamental asegurar dicho acceso.

Sin embargo, en los estudios que hemos venido realizando en el marco del proyecto Niños del Milenio (www.niñosdelmilenio.org) hemos encontrado que los niños pequeños enfrentan muchos obstáculos para lograr una transición exitosa y reciben muy poca ayuda en este proceso. La coordinación y diálogo entre maestros de inicial y de primaria, por ejemplo, es muy débil, e inexistente en algunos casos, y se evidencia la falta de continuidad entre un nivel y otro en los ambientes de las aulas y el estilo de enseñanza. La falta de capacitación especializada para los maestros que enseñan en primer grado, de modo que puedan promover transiciones exitosas, es sintomática de la poca atención que se le da al inicio de la vida escolar, a pesar de ser esta una recomendación explícita del Proyecto Educativo Nacional.

Las escuelas no están haciendo un esfuerzo consciente para dar la bienvenida a los niños y aligerar los diversos cambios que enfrentarán. Por el contrario, las escuelas dejan sobre los hombros de los niños la pesada carga de la adaptación con un apoyo muy poco organizado. Es más, las escuelas reciben a los niños muchas veces con prácticas que los inhiben y amenazan, como el castigo físico y la negativa a reconocer y respetar su identidad indígena y su lengua materna. Es necesario entonces discutir estas cuestiones y tomar acciones que permitan un mejor comienzo en la experiencia educativa de los niños y niñas pequeños.

(*)Patricia Ames, doctora en antropología de la educación e investigadora del Instituto de Estudios Peruanos.

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