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OPINION
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Algunas lecciones a propósito de la inclusión social

Todas las personas deben tener las oportunidades y los recursos necesarios para participar plenamente en la vida económica, social y política de un país y para disfrutar de unas condiciones de vida normales. Lograr lo anterior significa la existencia de inclusión social.

Las brechas sociales existentes, los niveles de desigualdad en el reparto del ingreso y la persistencia de un considerable número de pobres –más de 8 millones en tal situación- pese al incremento sustantivo de fondos destinados  a la asistencia social, hacen del Perú un país donde la inclusión social sea aún una gran tarea por concretarse.

Una pregunta central por resolver es: ¿Cómo llegar a ser un país con mayor inclusión social?

Dicha pregunta engloba una respuesta vinculada con la vigencia en el país de por lo menos tres factores: integración, cohesión y justicia social, y con la generación de un proceso amplio con la participación igualitaria de todos los miembros de nuestra sociedad en lo económico, lo político, lo educativo y en lo cultural. El énfasis en áreas rurales e indígenas será factor decisivo en un país pluricultural y multilingüe como el nuestro.

Por razones de espacio, me limitaré a las lecciones aprendidas sobre inclusión social derivadas del último programa “Diálogo Abierto”, de Salgalú TV Online, sobre “Crecimiento económico con equidad en las áreas rurales”, en el que se presentó una de las experiencias más innovadoras en dicha materia, la de “Sierra Productiva”.

- Primera lección: el Estado peruano ha ido aumentando considerablemente los presupuestos destinados a obras sociales, cada gobierno casi ha duplicado los del anterior en esta materia. Sin embargo, persiste la pobreza. Casi todos los fondos son orientados a brindar asistencia a sujetos pasivos, sin estimularlos a salir de su situación de pobreza con una opción productiva antes que paternalista. El programa “Juntos” distribuyendo dinero a los más pobres y el pago de 600 nuevos soles a los pobladores del distrito de San Marcos de Ancash por reparto del canon de Antamina, son ejemplos elocuentes de ello.

- Segunda lección: los campesinos pobres tienen economías de sobrevivencia, que se explica por el contexto general que rige al país y por la carencia de algunos conocimientos y tecnologías. Si mejoran sus rendimientos, inmediatamente mejoran sus condiciones de vida. Ellos poseen ostensibles potencialidades en recursos naturales (agua, tierra y biodiversidad), recursos productivos (variedad de cultivos, crianzas, herramientas, etc.) y valores culturales (herederos de las civilizaciones más brillantes en manejo de los ecosistemas y la biodiversidad), que por lo general no son considerados en la acción oficial.

- Tercera lección: el Perú tiene 25,000 microcuencas hidrográficas, con diversos pisos ecológicos, allí se encuentra su principal riqueza: la megabiodiversidad, cuyos grandes custodios son pequeños productores y comunidades campesinas; la pequeña producción es una alternativa práctica para manejar estos variados y frágiles ecosistemas. La regionalización imperante es obstáculo para trabajar la descentralización, primando, más que los límites departamentales, el sentido de las cuencas y microcuencas, como lo sugieren estudiosos de la materia.

- Cuarta lección: los principales bolsones de pobreza están situados en el campo y los pequeños campesinos sobreviven en minifundios improductivos con alrededor de 2 millones de pequeñas unidades. La falta de riego por mal uso tecnológico y no aplicación de innovaciones que genere rendimiento en pequeños espacios, son causa que acentúa la pobreza y la desesperanza. El riego tecnificado, sin excepción alguna, debería ser un objetivo estratégico nacional para enfrentar la pobreza minifundiaria.

- Quinta lección: el Programa Sierra Productiva es una propuesta validada desde el año 2000 en que las familias campesinas la hacen suya y protagonizan su implementación y ampliación. A la fecha son más de 44,000 familias que vencen la pobreza y avanzan al progreso, utilizando 18 tecnologías que ha desarrollado el programa. Ahora no sólo tienen seguridad alimentaria plena, sino también logran ingresos diarios y crecientes con lo que envían al mercado.

- Sexta lección: el Estado, a través del Ministerio de Economía y Finanzas, tiene el mayor interés en mantener o elevar los niveles macroeconómicos, lo cual es loable, pero pone constantes trabas a iniciativas de gobiernos regionales, de la sociedad civil o a la de los propios sectores sociales a la hora de aprobar estrategias o recursos destinados a enfrentar la pobreza. Así, normas del Estado como el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) tienen en cuenta el riego mayor, que es bocatoma y canal, para riego por gravedad, aprobando sólo esa técnica, pues el riego tecnificado al ser utilizado en la chacra familiar del pequeño campesino pasa a ser “privado” y no merece inversión pública.

- Séptima lección: el Estado debe trabajar también la mejor forma de acercar a estas familias a los mercados, tanto regionales como también internacionales. No basta enfatizar la parte productiva descuidando el mercado, lo cual finalmente puede ser un obstáculo para que esas familias sigan desarrollando su economía. Ello será tarea del aparato estatal y no de un solo ministerio, incluyendo a los gobiernos regionales y locales.

- Octava lección: la atención estatal y pública en materia educativa procura dar respuestas a demandas de la educación formal del sistema educativo sin tomar en cuenta la potencialidad de la educación no formal. La fuerza y el impacto de promotores campesinos no titulados como los “yachachiq”, o maestros encargados de transmitir el conocimiento entre sus pares, es tan o más potente que la de maestros titulados que van con reticencia a medios rurales.

- Novena lección: si se utilizara solo el 4% del presupuesto anual destinado a obras sociales  en programas como “Sierra Productiva” hasta el 2021, se podría sacar de la pobreza a 1,2 millones de peruanos que viven en la sierra. Para que 400,000 mil familias implementen las primeras 10 tecnologías planteadas se requiere 480’000,000 de nuevos soles, a razón de 160’000,000 por año. En consecuencia, como en la sierra existen 1’200,000 familias, en nueve años se podría cubrir al 100%. Si se consideran los resultados, no parece algo imposible.  Ello implica que el Estado vea a este tipo de experiencias no como competitivas, sino complementarias a programas a su cargo.

- Décima lección: será importante que no sólo el gobierno central, sino que también empresas del sector privado, en coordinación con gobiernos regionales, apoyen iniciativas orientadas a superar la pobreza campesina.

Pregunto: ¿Cuántas experiencias cuya riqueza genera lecciones como las anteriores habrá por descubrir en el país?


José Rivero, educador, miembro del Consejo Nacional de Educación y del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia.


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