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OPINION
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La voz de los niños y su inclusión en la modernidad

Por: Alfredo Torres

La actitud de la ciudadanía hacia la educación es paradójica: no es percibida como uno de los cinco mayores problemas del país pero sí como la clave para solucionarlos. Es decir, a la población le preocupan la delincuencia, la corrupción, el desempleo, la pobreza y el costo de vida, pero a muy pocos la falta de calidad educativa. Sin embargo, cuando se pregunta cómo enfrentar los males nacionales, cómo continuar con el desarrollo económico o cómo avanzar en la inclusión social, la mayoría menciona a la educación en primer lugar.

Esta actitud favorable hacia la educación peruana se percibe con mayor intensidad en el estudio La Voz y Opinión de los Niños sobre la Educación, conducida por el Grupo Impulsor Inversión en la Infancia e Ipsos APOYO. De acuerdo a esta reveladora encuesta, dos de cada tres escolares entrevistados en el país piensa que la educación que reciben es buena y el resto la califica de regular, casi ninguno de mala. Esta percepción contrasta con la decepcionante realidad de las pruebas internacionales de educación PISA, en las que seguimos en los últimos lugares entre 65 países evaluados.

En el caso de los escolares encuestados es comprensible esta actitud positiva hacia su educación debido a que carecen de referencias comparativas. Pero sería un error que autoridades y maestros leyeran estos resultados con auto-complacencia. La realidad es que si bien durante los últimos años ha habido algunos avances, falta muchísimo por hacer no solo para recuperar el tiempo perdido durante décadas de retroceso, sino para no quedarnos atrás en un campo en el que se juega la competitividad de las naciones y, por lo tanto, la calidad de vida de sus ciudadanos.

El estudio La Voz de los Niños nos muestra que todavía hay mucho por hacer para reducir las desigualdades: hay todavía carencias básicas de infraestructura en escuelas de sectores marginales y algunas respuestas inquietantes como la de los escolares rurales para quienes el profesor ideal es el que asiste a clase. Evidentemente, no mencionarían este requerimiento si sus maestros cumpliesen regularmente con esta obligación básica de cualquier trabajador.

Pero lo más destacable de la investigación efectuada es, en mi opinión, la gran demanda por inclusión en la modernidad de los niños, niñas y adolescentes de todo el país. Esta demanda por modernidad se revela, en la abrumadora presencia de la Internet en sus vidas y en el reclamo escolar por mejorar la enseñanza del idioma inglés.
 
La Internet se ha vuelto la principal fuente de búsqueda de información para el 44% de los alumnos de primaria y el 79% de secundaria, por encima de los libros, los propios profesores y los padres de familia. El resultado es significativo porque supera a la existencia de servicio de Internet en las escuelas, que es de 36% en la primaria y de 51% en la secundaria. Es decir, muchos escolares acuden a las cabinas públicas a buscar información porque no hay Internet en sus colegios.

La conexión a Internet y la existencia de suficientes computadoras en los centros educativos representa no solo un reto en materia de equipamiento tecnológico sino también de contar con docentes preparados para aprovechar estas herramientas, orientar a los estudiantes a navegar en ellas y enseñarles a distinguir las mejores fuentes de conocimiento de las falsedades de las que también está plagada la red.

El otro gran reto que tienen las escuelas es la enseñanza del inglés. Es el curso que sale peor evaluado por los escolares encuestados y es percibido como más difícil aún que las matemáticas. La mala evaluación puede deberse a carencias de los maestros o de los métodos de enseñanza. En cualquier caso, es una llamada de atención a las autoridades educativas. Los países asiáticos que vienen avanzando más rápidamente en el mundo están poniendo un gran esfuerzo en que sus escolares aprendan este idioma, a pesar de estar muy alejado de su cultura. Las razones son obvias: es el idioma que más se emplea en la ciencia, la tecnología y la economía. El Perú, que está apostando fuerte por su integración con el mundo, no puede quedarse atrás. La voz de los niños debe ser escuchada. 


Alfredo Torres, presidente ejecutivo de Ipsos Apoyo. 

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